capitulo 25 -¿sincero o un tonto?

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Como todas las mañanas, Eren se dedicaba a ir a buscarme para asistir al trabajo.

Las cosas se hacían más agrias cuando ellos no estaban conmigo, ni Josh, tampoco Eren. Las horas se hacían más lentas, los minutos se detenían y el frio era cada vez más crudo. Los días nublados, y las noches más oscuras que de lo usual.

Solo me dedicaba a repetirme a mí mismo –ya lo olvidaras, ya lo olvidaras. El tiempo es lo único que debe pasar- pero más lo repetía, mas me agobiaba.

Es un pasaje sin fondo, un abismo infinito. Cuando la persona que quieres, te aleja de su lado, es un sentimiento... confuso. Lloras como si hubieras perdido a esa persona, como si nunca más pudieras verla. Te duelen los recuerdos, te duele ver los objetos que alguna vez te regalo o que alguna vez le quitaste para recordarlo, los objetos que rondan por todo tu cuarto.

La almohada y sabanas despliegan su fragancia, por más de haberla lavado mil veces con diferentes detergentes, con diferentes perfumes, nunca se esfuma, siempre queda ahí, en el aire, en tu nariz, incluso impregnada en tu ropa.

Tus labios tiemblan al saborearlos y darte cuenta que aun tienes su sabor, es el único que prefieres.

Sobre todo, a pesar de estar enamorado, sabes que lo olvidaras muy pronto como lo superes, y duele, pesa, quema. Todo tu cuerpo se mantiene inexpresivo, porque lo único que quieres, es a él, a tu lado.

Ni aun así los abrazos consolables de otras personas logran tranquilizar tu insensible corazón al tiempo. Tus pies se mantienen tan pegados al suelo, que logras enterrarte.

Los días libres en donde solías pasar a su lado, ya no están, son solo días solitarios y aburridos frente una portátil o televisión, cambiando canales sin saber que quieres ver en realidad.

Cada hora que pasa y caminas por las calles, mantienes una ilusión de cruzarte con él, de hablar, y que estuviera a tu lado sonriéndote, o esperándote sobre la acera con una sonrisa, diciéndote -¿Cómo estuvo tu día? ¿Me extrañaste?- pero no, tu mente juega en tu contra sabiendo que aquello nunca ocurrirá.

Ahora mismo volaba con mi imaginación. Sentado frente a la ventana de la universidad esperaba a que el tutor de la clase apareciese. Usualmente ningún profesor llegaba tarde, esta fue la excepción. Era una de las clases en donde Eren no cursaría conmigo hasta la próxima hora.

-disculpa. ¿Puedo ver tus anotaciones?- pregunto una persona que jamás había notado en mi vida. Asentí mostrando mis apuntes.

Aquel hombre parecía ser de mi edad. Vi como llevaba la pluma hacia su boca y mordía un extremo siendo la atención quien lo marginara del resto.

-no entiendo la letra- miro a mis ojos y algo me hizo verlo atractivo, quizás fue con la torpeza en el cual me hablo después de estar leyendo por más de media hora sin copiar ninguna anotación. Sus ojos brillaban entre la mirada cruzada de ambos.

-yo...- por un breve instante mi mente se despego de mi cuerpo al ver una persona tan atractiva como el. –puedo dictarte si quieres-

Negó.

-no hace falta, quizás no vuelva a esta universidad. Además... quería hablar contigo- que tipo más extraño (pensé).

-¿Por qué?- gire mi cabeza confundido y vi que el profesor acababa de llegar disculpándose con todos sus alumnos por la demora. –oh, ya llego-

Repentinamente se sentó a mi lado sin permiso. –soy Theo- estrecho su mano.

-Ezra- aun lo observaba confundido. -¿Por qué quieres hablar conmigo?-

Dejaría mi dignidad por ti (Gay - Yaoi)Where stories live. Discover now