capitulo 4 -entre la daga y la palabra-

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-nos vemos mañana- resonaban aquellas palabras en forma de eco en mi cabeza. ''nos vemos mañana'' mentiroso (pensé) ni siquiera lo vi en el parque aquella semana. Claro ''nos vemos mañana''. Chasqueaba con mi lengua haciendo repetitiva su frase. Que idiota, no se refería exactamente al otro día, fue un saludo espontaneo. ''nos vemos mañana'' '' ¿nos vemos mañana?'' por dios, no pude verlo ni un solo día.

-¿Ezra? ¿EZRA?-Josh miraba mi rostro de cerca mostrando un pestañeo instantáneo. –llevas horas durmiendo ¿estás bien?- aquel chico atento era como una madre.

-lo siento ¿Qué necesitabas?- espabile golpeando mis mejillas.

-necesito que me ayudes, tengo muchos pedidos y no se con cual mesa empezar. Pero antes ¿estás bien? Te vez muy pálido- verifico mi fiebre con su mano en mi frente.

-estoy bien, es solo que estoy algo exhausto. Lamento ser distraído- asintió con su cabeza inflando sus cachetes, seguido de una leve sonrisa.

-bien, ponte a trabajar que este día va a ser muy largo- era cierto, apenas estaba a mitad del día.

Aquella semana no había ido a trabajar en el club, Leviatan me había llamado para reprenderme, pero por alguna razón o fenómeno de la naturaleza, solo me grito y me dijo que me tomara esta dos semanas libres. Espero que sea una buena señal, la bondad de Leviatan.

El fin de semana se me había escapado de las manos. Como no trabajaba en el club, tome el tiempo completo en el café durante el fin de semana y por las mañanas los días de semana para trabajar con mi primo. Eren de seguro que no le gustara mucho lo que hice si se enterara del tiempo completo los fines de semana, pero es por su bien, no quiero que termine estresado o enfermo por mucho trabajo.

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En esa semana de clases, no paraban de escuchar sobre una fiesta en la universidad, era algo épicamente presentable, incluso superaba al club de Leviatan. Todo el mundo hablaba sobre aquella fiesta importante en donde recurrirían alumnos egresados y exitosos en aquella universidad. Tampoco fui capaz de mantenerme al margen de los rumores e insiste con furia a Eren que me acompañase. Fue tanta mi pesada exigencia que termine tomando a mi pequeño primo por la fuerza para que fuera.

Antes de hacer presencia, trate de sacar toda esa belleza oculta de Eren hacia afuera. Descubrí que los cachetes inflados no eran más que una pantalla engañosa, su cuerpo era delgado y formado, y su rostros, no hacía falta arreglarlo con maquillaje ya que siempre escondió un rostro hermoso e inocente por naturaleza.

Al fin de tres horas estábamos allí, aunque pareciera un lugar incomodo para aquel buen modelo escondido, siendo mi primo, no me arrepentía de haber asistido. Al menos eso creí hasta la siguiente hora, en donde solamente nos quedábamos a un rincón del salón y mirábamos a las personas en silencio. Estábamos ambos completamente aburridos. Empecé a jugar con mis instintos biológicos haciéndolo conmigo mismo, y me propuse lo siguiente, llevaría a la cama el primer hombre que me dijese su nombre.

Repentinamente me separe de Eren y comencé a vagar por el salón completamente solo y un vaso de cerveza hasta chocarme intencionalmente con un muchacho alto con anteojos, parecía ser uno de los alumnos antiguamente graduados, quizás su edad sobrepasaba los treinta, pero aun así estaba en perfectamente cerca de mi alcance.

-lo siento- su mirada brillosa se clavo en mis ojos. –Estaba muy distraído- balbucee.

-no, descuida. Por cierto, me pareces conocido- entrecerró sus ojos falsamente, típica escusa de idiota (pensé).

-¿enserio? No me acuerdo de haberte visto antes-

-me disculpo entonces- su sonrisa mostraba sinceridad, seguramente mi análisis de primera impresión había sido erróneo. –soy Jared- Estrecho su mano formalmente lo cual siempre fue indicio de una persona cortes y demostró que esta sería la persona que había elegido en el día de hoy.

Ambos nos fuimos a un extremo del gran salón para platicar entre nosotros y conocernos un poco. Su mente abierta me maravillo, con sus anécdotas y buena filosofía histórica, aunque en ese momento muy poco me importaba. Salimos hacia afuera sintiendo el frio denso de la noche nublosa. Nos quedamos parados mirándonos a los ojos sin decir nada al respecto, hasta que apareció un hombre detrás de nosotros.

-Alex. Jugando nuevamente con pollitos como este- ¿Alex? Estaba equivocado. Voltee para espantar al idiota detrás de nosotros y me lleve una gran sorpresa al ver el cuerpo delgado y alto con un sobretodo, bastante conocido. Abner nuevamente hacia una de sus apariciones sorpresiva.

-cállate, estoy en medio de algo- alejo el llamado ''Jared'' al ajeno.

-¿Alex? ¿Por qué me dijiste que te llamabas Jared?- pregunte atónito, transformando toda mi sorpresa en furia. Otra vez estaba siendo tratado como objeto. Esto era estresante y aburrido, siempre se repetía las mismas palabras, los mismos gestos y las mismas estupideces de las personas.

-vamos Ezra. Este tipo es un idiota que quiere llevarte a la cama y dañarte- Abner me estaba tomando del hombro enroscando su brazo en mi cuello.

-te dije que te vayas- el idiota quiso forcejear encontrándose con una mirada enojada de Abner. Jamás lo había imaginado de esa forma. Sus ojos ocultaban una arruga entre ellos, el seño fruncido y esos ojos sólidos como el hielo, entrar en ellos era como una avalancha interminable, sofocante y aplastante. Era como cavar tu propia tumba si te revelas contra ellos.

-¿enserio quieres meterte en una pelea con un abogado? Amigo mío, entre la daga y la palabra, siempre mata la palabra- Alex chasqueo su lengua y volteo para marcharse entre la niebla siendo víctima de un buen uso de palabras. Eso demuestra que la inteligencia era su mayor poder.

-vamos- termino llevándome hacia el parque donde solía verlo concentrado en la lectura.

-yo... te agradezco... por todo- no podía explicar la vergüenza que acababa de experimentar como idiota.

-no seas así conmigo. El tipo era un idiota. Pero deberías tener cuidado con los rumores que circulan de ti- ¿rumores? Aunque si suelo acostarme con cualquiera, siempre actué con cautela. –todos hablan de ti ¿de verdad te llaman la diva del local?- hubo una pausa para pensar antes de que asintiera con la cabeza tímidamente. -¿y tú lo aceptas?- lo mire a los ojos, las constelaciones podían reflejarse en ellos perfectamente.

-no- casi inaudible salió dentro de mí queriendo derramar lágrimas. Una voz tenue y sofocada. –pero la aceptación se te hace ignorancia cuando ya te cansaste de intentarlo- enseguida volteo su mirada hacia el panorama de la plaza obscura.

El frio se notaba en su aliento con el vapor que soltaba con cada suspiro. Me di cuenta que una de su particularidad era el silencio. Esa pausa comprensible comiéndose las palabras en suspiros para no ser expuestas. Esa falta de atención y claramente expreso en misterio. Era todo un experto en esconderse a si mismo bajo su propio rostro.

-fingiré que nunca escuche eso- sus ojos apuntaron hacia mí en forma de reproche. -nunca debes cansarte de seguir luchando por las contradicciones de las personas- además de eso, hace notoria su fuente de motivación. –Ya veremos que sucede cuando uno mismo se cansa de luchar en su contra- no era mi intención obtener el papel de víctima, pero tenía razón, el claro ejemplo a seguir siendo cómplice de sus pocos logros fue Eren, mi estimado primo. Un personaje muy admirable para mi existencia completa.

De inmediato Abner se alejo de mí, dejando a mimente reflexionar sus últimas palabras como paradoja. De un segundo a otrocomencé a tener viveza hacia mis actor y agradecer que no me permitió seguircon mi imprudencia, cosas horribles podrían haber pasado en los peores de loscasos gracias a un engaño y mi ingenua mente perversa. 

Dejaría mi dignidad por ti (Gay - Yaoi)Where stories live. Discover now