capitulo 24 -los recuerdos que valoro-

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-¿Cómo que todo está bien? No parecer estar nada bien-

...

-así es. Esto se acabo-

...

¿Cómo? Todo había pasado muy rápido. En ese momento no sabía qué hacer, como reaccionar, no sabía si podía o no soltar mis lágrimas que muy de pronto abundaron mis ojos, lo demasiado, como para pestañear repetitivas veces y mirar hacia abajo, lejos de la mirada incomprensiva del abogado. Lejos de los recuerdos.

Gire mi vista lejos de Abner para ocultar mis lagrimas, pero mi maldita voz me maldecía, se ahogaba, se presionaba por el nudo exhaustivo de la paciencia y lo razonable. Tragaba saliva intentando acomodar mi voz, iluso fracaso.

No pude controlar mis emociones, mucho menos mi inconsciencia intranquila al saber que la persona que más quería, me dejaría, así nomas, sin explicaciones. Solo así.

-¿sabes? los momentos en los que transcurren aquellos recuerdos son los que más valoro, y ¿sabes por qué?- sentía el goteo salado de mis emociones en mis labios.

Recuerdos entre pantallazos invadían mi mente: Su mano entrelazada a la mía sobre la tela blanca de las sabanas. Sus brazos alrededor de mi cuerpo, susurrándome al oído que me quería. Las risas, las bromas, los obsequios sentimentales. La primera vez que lo vi. La primera vez que nos vimos. La primera vez que hablamos.

-¿Por qué?- su mirada fría e incomprensible no eran más que una actuación. Y dolía, dolía como mil demonios. Incluso dolía saber que el siempre causaba una primera vez en todas mis experiencias. Sobre todo, primera vez a quien amar tal como es.

-porque sé que en verdad me quieres y son la prueba viviente de que no puedo equivocarme- el silencio nos mato a ambos, solo se sentía el sonido del viento, de las hojas aplaudiendo y la brisa quien nos derribo moviendo violentamente nuestro cabellos.

Solo nosotros estábamos ahí, en aquel bosque interminable, junto con nuestras memorias, nuestros recuerdos, nuestra última esencia de vida que goteaba poco a poco a nuestro pozo ciego del fracaso. Directo hacia la nada. Éramos como un mástil clavados en el suelo. Sin sonido más que el de nuestra respiración en conjunto.

Una lagrima y le siguió un suspiro a aquella contradicción, mi cuerpo se marcho sin preámbulos y palabras. No esperaba un –detente, espera, no te vayas- ni nada parecido, solo me fui. En ningún momento quise mirar hacia atrás, sabía que no hallaría ninguna respuesta de su parte.

Seguía el camino nubloso entre tropiezo y jadeos de enojo. Siquiera pude decirle como me sentía de verdad. No pude hacer nada más que darle la espalda.

Incluso sabiendo que todo se supera en la vida, esta vez, no me creí capaz de hacerlo. Abner era una espina maldita. Aunque duela, siempre seguirás amándolo.

Justo antes de encontrar una salida entre la arbolada, tropecé con una raíz, maldije mi existencia, la de él y la de nosotros en conjunto, si es que alguna vez existió un nosotros.

Su mirada, era algo que no podía dejar de recordar, insensible y fría como iceberg. De ser tan frio podía congelar mi tiempo con su ruptura. Solo quería saber el porqué.

-¿Ezra? ¿No vas a ir a trabajar o a la universidad?- detrás de la puerta de mi habitación se escuchaba la aguda voz de mi primo. –Al menos ¿puedes contestarme?- no sabía qué hacer. Dolía, dolía mucho. Enseguida me acosté de lado tapando mi cuerpo con una manta. Mis lágrimas seguían surgiendo sin control. –Ezra- una pausa con la voz apagada del pequeño, se escuchan detrás de la puerta los sollozos. –vamos. Tienes que salir de la habitación-

No lo hice. Después de estar más de tres horas detrás de la puerta sin ninguna contestación mía. Eren desapareció. Sus pasos dejaron de escucharse. Antes, diría que caminaba frente a la puerta en círculos sin parar.

-Ezra por favor- horas más tarde la voz de Josh se escucho.

-Ezra. Por lo menos ábrenos la puerta para ver como estas- el pequeño detrás.

-estoy bien. Quiero estar solo- hasta yo sentí como mi voz cambiaba entre el dolor y mal humor.

-queremos entrar- Josh seguía insistiendo. –Si no nos dejas entrar, golpeare la puerta hasta que nos dejes verte- y así como lo menciono, lo hizo. No dejaba de golpear la puerta, incluso si gritaba pidiéndoles por favor que me dejasen solo, no lo hacían.

Resignado, cumplí con sus pedidos.

Ni bien vieron mi aspecto, no pudieron evitar dedicar esa mirada, aquella que es molesta cuando te la dedican a ti, aquella que siempre siente pena por ti.

-si no borran esa cara. No los dejare pasar nunca más- Eren desprendió una pequeña sonrisa instantánea, luego la borro de su rostro con vergüenza mordiendo sus gruesos labios.

-lo siento, es que no estoy acostumbrado a verte tan desalineado- volví a recostarme tapando desde mi pies a cabeza con la manta. Sentí como el colchón se aplastaba cuando ambos se sentaron a un extremo de la cama.

-Ezra. Debes salir de esta habitación- Josh con su voz suave acariciaba mi espalda como si fuera esa clase de madre que siempre esta a tu lado cuando lo necesitas.

-primo... no quiero verte mas así. Estoy seguro de que Abner tiene una buena escusa para todo esto. Sé que no es una persona que toma una decisión de un minuto para otro-

-¿y eso a mí qué? Se termino. Lo nuestro nunca existió para él, no de la misma forma que lo fue para mí. No lo defiendas. No me importan sus excusas. Es lo que él decidió- destape mi cabeza para verlo a los ojos.

-no lo defiendo. Es solo que debe haber algo más detrás de todo esto. De todas formas, ponte de pie y demuéstrale que eres feliz sin él. Al menos dúchate-

-pero me duele esto, Eren. Me afecto mucho. Comprendo que este dolor se irá tan pronto como me olvide de él. Pero ahora no puedo, no tengo las fuerzas para mostrarles una sonrisa engañosa. No quiero ser así. Solo quiero estar solo- volví a tapar mi cabeza dándole un índice indirecto de que se marcharan en ese preciso instante.

-no te dejaremos. Nunca me dejaste solo, ni aun así pidiéndotelo con enojo. Tú siempre estuviste a mi lado. Y no lo digo porque me sienta adeudado contigo, lo digo porque no quiero dejarte- el pequeño se encontraba furioso.

-tiene razón. Así que ahora vístete y comienza tu día. Demuestra que no te dejas vencer tan fácilmente. Vamos, vamos- mama Josh me reprendía. Aquello último me hizo sonreír, pero ellos no lo notaron debido a que tenía mi rostro cubierto.

Nunca les hice caso. Pero si me mostré antes ellos descubriendo mi rostro.

Solo hablamos de lo que había ocurrido en detalles. Tratando de que la catarsis funcionara, Josh se dedico a hacer café para los tres mientras mirábamos una película en mi portátil.

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hola! que dicen de este cap? a mi me pareció un poco flojo el final del cap jajaja.

bueno, debido a que estoy muy complicada con la escuela últimamente y un poco desanimada, también, el viernes pasado no pude publicar, y como siempre zai me apoya y me acompaña. 

bueno, espero que les haya gustado y no se olviden de regalarme una estrellita y comentar. 

bien, hasta pronto!!!!

Dejaría mi dignidad por ti (Gay - Yaoi)Where stories live. Discover now