Música.

586 33 7
                                    

Ya había paso algo de tiempo, el por fin se había ido, pero para suerte mía todo había mejorado para mi, estaba en la secundaria y por fin me pude adaptar, ya tenía algunos amigos, no eran muchos pero al menos tenía alguien con quien estar en receso, platicaba con ellos de muchas cosas, algunas muy graciosas y otras no tanto pero siempre me la pase bien con ellos. Aún que seguía teniendo problemos con mi físico no le daba mucha importancia para no ponerme tan triste, aun que mis profesores no me ayudaban de mucho ya que siempre me lo recordaban de una u otra forma, como diciéndome "rellenita" o no dejándome correr por miedo a que me pasará algo, eso me molestaba y me hacía sentir mal pero simplemente decidía ignorarlo.

También recuerdo que por ese entonces me llegó la loquera de querer tocar algún instrumento, en este caso la guitarra, sabía que no sería algo fácil pero realmente quería intentarlo, aun que también mis amigos me decían que tenía una muy linda voz, yo no les creía ya que aun tenía algunos conflictos conmigo misma pero procuraba no hablar mucho de eso. De cualquier forma lograron convencerme de que estudiará canto, la cuestión era ¿dónde podría estudiar canto y guitarra? Por suerte la respuesta llego pronto, ya que en un cartel de esos que pegan en los postes de luz, había una invitación para jóvenes de cualquier edad a ingresar a él taller de canto e instrumentos, por supuesto yo estaba encantada con esto y claramente fui de inmediato a inscribirme.

Recuerdo bien que en mi primer día en clases de música estaba algo nerviosa, creo que era porque la mayoría de mis compañeros eran hombres y sólo se limitaba a haber unas cuantas chicas, para ser exactos sólo había 6 incluyendo me a mi, algo me decía que muchas chicas no estaban interesadas en la música o al menos sólo 6 si. Cuando mi maestro llegó se presentó, nos dio la bienvenida y nos dijo que estaba contento de saber que había gente interesada en aprender sobre la música y demás cosas relacionadas con ella, luego procedió a hacer que nos presentaramos y dijéramos que queríamos aprender, todos decían cosas como "Mi nombre es bla bla bla y quiero aprender a tocar el bajo", o otros decían "Mi nombre es blaaaaaa y quiero cantar". Lo gracioso paso cuando mi turno llegó, ya que yo no tenía muchas ganas de hablar pero debía hacerlo, así que dije mi nombre y dije que quería aprender a tocar la guitarra, entonces el profesor me miro con cara de "otra que quiere tocar la guitarra, valla que original", emtonces yo le dije que también quería cantar pero le gustará o no me debía enseñar a tocar guitarra porque para eso pague, recuerdo que todos se rieron incluso el maestro, el cual sólo terminó diciendo "claro niña tranquila te enseñaré a tocar la guitarra pero no te me enojes".

Después de todo eso el profesor nos empezó a decir cosas básicas sobre música, tales como las notas, ciertas figuras, sus valores y demás cosas. No voy a mentir, al principio me pareció algo aburrido pero con forme lo íbamos poniendo en práctica me pareció cada vez más interesante, al punto de que la persona que más ponía atención y participaba era ello. Ya unas clases más adelante, cuando ya había pasado dos o tres meses ya comenzaba a tocar la guitarra, aun que obviamente sólo un poco, algunas canciones ya que a penas estaba empezando, pero me sentía bien, realmente me ayudó bastante la música, me dio paz de cierta forma he incluso me hizo sentir mejor conmigo misma al ver de lo que podía llegar a ser capaz, pero sin duda alguna lo que más me gusta (y que ni yo me podía creer) era cantar, era realmente fascinante, antes no tenía ni un poco de interés pero mientras más me adentraba al mundo de la música más me gustaba. Recuerdo bien que el maestro nos dijo que la música nos podía ayudar si la dejábamos hacerlo, que el más simple sonido nos podía dar tranquilidad y hasta paz, yo me quedé con esas palabras pero no creí que fuera verdad.

Pero a pesar de todo, a un tenía ciertos inconvenientes, no tenían que ver con la música, si no con mi vida, seguía sin tener mucha autoestima, seguía sintiéndome mal conmigo misma, no tenía paz ni tranquilidad, aun no mejoraba en ese aspecto, y debido a esto entre ratos ya no le daba mucha importancia a las clases, se que es algo tonto pero al no estar de humor, no podía hacer las cosas o más bien no tenía mucho ánimo de hacerlo. Recuerdo bien que un día tenía que ir a la escuela, era viernes y por el clima, el ambiente, la forma como vestía (ya que estaba vestida con mi falda pero debajo tenía mayas y llevaba una camisa apretada debajo de la del uniforme, algo que yo no hacía muy amenudo) pintaba para ser un mal día, así que algún impulso o algo en mi hizo que tomará la decisión de irme de pinta, en vez de ir a la escuela me fui a un centro comercial donde concurrirá mucha gente todo los días, personalmente eso no me molestó mucho porque el punto era pasar desapercibida, aun que con mi tamaño dudaba mucho que eso fuese a pasar.

Una Chica Diferente.Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα