Sé cuando la rubia miente, y ahora lo está haciendo.

Asiento a pesar de ello y me doy media vuelta caminando hacia la salida al campo.

-Logan-. Su voz vuelve a detener mis pasos, solo que esta vez suena peor que la primera, parece que se está rompiendo por dentro. Algo que me alarma. -Nos vemos pronto, no me eches de menos-. Intenta recuperar su hilo de voz para que no me percate pero soy más rápido que ella.

Me quedo serio durante unos segundos. Intentando buscar explicación a su actitud.

-Lo mismo digo-. Le sonrío pícaramente haciendo que levante sus comisuras hacia arriba.

Si la razón de su actitud fuera por Ian no tendría por qué disimularla, y de llevar razón, ¿que otra cosa puede ocultar Ashley?

-¿Qué te ha dicho?-. April se coloca a mi lado mientras atravesamos el campo, bajo el vitoreo de las abarrotadas gradas.

-Que vamos a jugar con una cara conocida-.

Junta sus cejas frunciendo el ceño sin entender.

-Ian-. Sus ojos se abren desmesuradamente, y como si fuera mi hermana gemela, aprieta los puños como yo he hecho minutos atrás. -Nadie tiene más ganas que yo de dejar a ese imbécil  en el suelo con la cara destrozada, pero Ashley me ha hecho prometerle que no haré nada de eso-.

La morena queda más extrañada que antes.

-Tú también entras en la promesa-. Le advierto mirándola fijamente.

-Yo no le he prometido nada-. Se queja arrugando la frente.

-A Ashley le ocurre otra cosa más grave, y no sé que es-. April detiene su paso para mirarme sería. -No sé que es-. Le aclaro.

-¿Y si se ha enterado de que la quieres?-.

Niego rápidamente con la cabeza.

-¿Habéis visto quién es mi contrario?-. Eidan interrumpe nuestra conversación, haciendo que nos giremos a verle. -Ian-. Señala hacia dónde se encuentra el rubio hablando animadamente con James y Collin.

Los tres miramos a Ashley como acto reflejo, está alza sus pompones en símbolo de saludo.

-Parece contenta-. Comenta el moreno asintiendo con la cabeza.

April y yo le fulminamos con la mirada.

-Solo finge-. Le rectifico.

-¿Será más feliz si le parto la cara al rubio sin neuronas?-. Pregunta mientras hace estiramientos con las manos.

-Puede que no pero yo si-. Añade April sonriendo.

-¡El partido va a comenzar!-. Grita nuestro entrenador para que corramos hasta nuestra posición.

-Nadie va a pegar a Ian, y si lo hacemos dejarme que sea el primero-.

Los dos asienten a lo que digo.

El partido comienza como cualquier otro, sin contar la brusquedad con la que atacamos los dos equipos, esto ha aumentado debido a lo que está en juego y parece causarle miedo a April, quien se protege envolviendo su cuerpo con los brazos y cerrando los ojos fuertemente cada vez que la pelota está cerca de ella.

Pueden cambiar muchas cosas en el mundo pero seguirá siendo penosa en este juego.

Me preparo para recibir la pelota de Eidan en un lanzamiento al aire, pero Ian se interpone en mi camino haciendo que caiga en el suelo chocando bruscamente con la espalda.

Dos chicas, una ciudad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora