Enemigas íntimas.

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Después de que acabase el partido, April ha insistido en que fuéramos a celebrar lo bien que han jugado, a pesar de haber perdido. La única que se ha unido a nosotras es Carol ya que los chicos no tenían ganas de celebrar nada. April y ella no han parado de bailar como locas, sin embargo yo estoy tan cansada que he decidido volver antes de que me duerma en la barra.

No me gustaba la idea de regresar sola a estas horas de la noche hasta la residencia pero el camino se me ha echo corto, he tardado menos de lo que pensaba.

Meto torpemente la mano en el bolso buscando las llaves, ya que por las noches la residencia permanece cerrada, recorro cada rincón del bolso pero no las logro encontrar y mucho menos sin lograr ver algo.

Suspiro con fastidio.

¿Cómo es que encuentro hasta tres paquetes de pañuelos pero no las llaves?. Si mi vida dependiese de encontrarlas y abrir la puerta yo ya estaría enterrada. Busco mi móvil pero recuerdo que me lo he dejado en la habitación.

Levanto la vista en busca de ayuda o de un milagro que abra esa maldita puerta. Frunzo el ceño al ver una sombra extendida en los escalones, me acerco despacio para conseguir ver mejor y entonces le veo, tendido sobre los escalones con sus ojos cerrados.

Me siento un escalón más abajo y me acerco a su oído.

-Ian...-. Susurro intentando no sobresaltarle. Abre sus ojos dificultosamente parpadeando varias veces para conseguir ver con claridad, aún que la oscuridad no lo permita.

Me recorre con la vista y finalmente se reincorpora.

-Te estaba esperando-. Suelta mientras pasa sus dedos por su pelo.

Le observo más detenidamente. Sus nudillos están rojos y con algo de sangre, su labio tiene una fina brecha en la comisura y su mejilla esta entre roja y algo morada.

-¿Qué ha pasado?-. Pregunto con urgencia en la voz.

Suponía que tendría alguna herida por el partido pero esto parece muy reciente y además el llevaba casco.

Esquiva mi mirada y la dirige a otro punto.

-Ian-. Pongo mi mano sobre su mentón y hago que se gire para mirarme.

-He tenido una pelea con mi hermano-. Gruñe entre dientes.

-¿Y qué ha sido esta vez? ¿una chica? ¿perder el partido?...-. Tenia planeado seguir pero Ian me corta con su respuesta.

-Tú-.

Trago fuertemente saliva. No quería que pasara esto, intento alejar a Ian pero conforme lo hago me acerco más a James y si no al revés. En esta semana he comprobado que a Ian le molestaba cada mirada que intercambiábamos James y yo pero no me imaginaba que fuesen capaz de pelear por ello.

-Lo siento. No quería causar peleas entre vosotros y mucho menos si acaban así-. Digo dirigiendo la mirada a sus heridas.

-No tienes nada de culpa en esto-. Aclara serio. -Mi hermano y yo competimos por todo, hasta por las chicas, y ahora parece haberse fijado en ti justo después de haberme visto contigo en la fiesta. Él no quiere una relación seria Ashley, él quiere algo con lo que divertirse y he intentado dejarle claro que ese algo no serás tú-.

Agacho mi cabeza por que no consigo mirar a Ian a los ojos sin sentirme culpable por no contarle que conozco a su hermano mejor de lo que cree.

-¿Y Alison?-. Pregunto curiosa recordando lo que me dijo Carol, tenían a Alison como rivalidad y ahora pelean por mí, no logro entenderlo.

Dos chicas, una ciudad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora