Pelea, castigo y Plan B.

791 35 16
                                    




NARRA APRIL

No puedo dejar de caminar, mis piernas parecen querer correr pero no las dejo.

En cuanto Ashley me ha dicho que Adam planea irse me he querido auto convencer de que no me importa, me tendría que contentar por ello. Pero no ha sido así, he sentido una patada en el estómago que me ha dejado sin aire.

Es absurdo, todo esto lo es.

Abro la puerta de la clase de baile y la cierro tras de mí con un golpe seco y sonoro.

Adam se gira a verme confundido por mi entrada repentina.

-La clase no ha...-.

-¿Te vas de Wisdown?-. Atropello su frase sin dejarle acabar.

Sus ojos azules me miran fijamente, pero no me intimidan, ahora mismo siento tanta rabia que nada lo haría.

-Responde-. Le exijo cruzándome de brazos.

Sus miradas, sus labios pidiendo ser rozados por los míos, su desaprobación y exigencia en todo lo que hago, su tacto dulce al acercarse a mí, ¿y pretende irse sin más? Merezco una explicación, al menos un por qué.
Ni sí quiera yo misma puedo darme una al preguntarme que mierda hago aquí pidiéndole una respuesta cuando creí desear que desapareciera de mi vida. 

-No tengo por que darte una respuesta, April-. Contesta cortante.

Me mira durante unos segundos y sigue con su calentamiento.

Mi respiración empieza a alterarse.

-Tienes razón, ni yo por que pedírtela-. Gruño entre dientes.

Molesta, giro sobre mis talones y me dispongo a salir de la habitación.

Ya he hecho bastante el ridículo, y no he sacado respuestas por parte de mi profesor.

-Las cosas se han vuelto complicadas-. Suelta haciendo que me detenga justo delante de la puerta.

-No-. Lanzo un suspiro cansada y me giro a verle. -Usted las ha complicado. Ya no estoy segura de sí debo hablarle de usted o de tú, por que me has vuelto loca en este tiempo, críticas todo lo que te demuestro sin dejar a un lado el terreno personal, y me estoy cansando-. Hago una pausa para agarrar aire mientras me acerco a él. -No logro descifrar tus miradas cuando me observas, tampoco tus acercamientos por que cuando creo que estas a punto de besarme y mandar a la mierda todo, coges y planeas irte-. Espeto arrugando la frente. -Que te vaya bien con tu nueva novia, Sander-.

Me doy la vuelta y con paso firme llego hasta la puerta, la abro y vuelvo a cerrar con un sonoro ruido, tal y como entré.

La verdad es que no sé ni por que he dicho todo eso pero lo tenía guardado, y no hay nada mejor que dejarlo salir y decírselo a la persona que va dirigido.

Debería de ir en dirección contraria y dirigirme a la clase que me toca ahora mismo pero no estoy para escuchar a alguien que no sea yo misma.

Salgo del edificio y me siento en las escaleras de la entrada, al fin y al cabo no puedo ir muy lejos.

Me quedo mirando el suelo durante un buen rato, intentando buscar respuestas, esas que no soy capaz de darme a mi misma por miedo a la verdad.

No debería estar aquí sentada, tendría que estar en una clase aprendiendo, que es lo que vine a hacer aquí. Pero parece que este jugando a la ruleta de la fortuna.
¿Caeré en la quiebra o me llevaré el premio?

-¿Un mal día?-. Pregunta una voz grave y áspera.

Levanto la cabeza y observo de pie al chico que habíamos visto en la cafetería está mañana, por el que Carol casi nos llena de babas.

Dos chicas, una ciudad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora