Y esperando en silencio volver a ser parte de su vida.

Me adentré en el bosque siendo sigiloso. No quería que me descubrieran espiando como si fuera un psicópata.

Escuchaba susurros que, claramente, eran de Loyce y Sophie, no lograba entender que era lo que decían, estaban algo lejos de mí como para poder escucharlas con claridad.

Y en medio de la oscuridad y sin poderlo evitar, exclamé:

— ¡Auuu! —llevé mi mano hacia mi frente y después a mi boca.

Estúpida rama.

Me escondí tras un arbusto al notar que dejaron de hablar.

«Por favor que no hayan escuchado, eres un asco de espía.»

— ¿Escuchaste eso? —preguntó en susurro Loyce.

Ahora sí podía oírlas.

—Estás peor que Nicky —bramó Sophie—, debió ser, no sé, algún conejo —dijo tranquilamente—. Anda, no quiero perderme la cara de Nicole al verlo.

¿Por qué ese tal Logan estaba en el bosque? Claramente y lo que entendía era Nicky no tenía idea de eso por lo que acababa de escuchar.

Esto no me agradaba para nada.

Asomé mi cabeza sobre el arbusto y logré ver a Emma con un chico alto y rubio que no había visto antes.

¿Ese era Logan?

El chico pasó un brazo por los hombros de Emma y dejó un beso en su coronilla de manera cariñosa, parecía estar más y solamente interesado en la rubia entre sus brazos.

No, no era Logan.

Se notaba a kilómetros que estaba enamorado de Emma.

— ¡José Matteo Del Perpetuo Socorro Wood! ¡Bájame, ahora! — ordenó Nicky luego pataleó mientras era cargada como un bulto de papas.

Ese era el chico castaño que había visto en la fiesta junto a Sophie.

— ¡Oye! ¿Me diste una nalgada?—se quejó el castaño al sorprendido por el atrevimiento de la pelinegra.

La cara de Sophie se tornó molesta.

— ¡Nicole, aleja tus manos de su trasero! —gritó Sophie y luego agregó—: ¡Es mi novio!

— ¡Is mi nivii! —imitó Nicole la voz de su hermana mayor— ¡Pues dile a tu novio que me baje! ¡No soy un bulto de papas! —se quejó.

Nadie le tomó importancia a ello.

—Pero pesas como uno —comentó el castaño, Nicky le dio un golpe en la cabeza —. ¡Auuu!

Sin embargo, para la infortuna de Nicole, el chico no la liberó, siguió caminando hasta el centro del bosque, caminé escondido todo el tiempo pendiente de sus movimientos.

Había una fogata y cuatro tiendas de acampar junto a ella, pero eso no parecía importar, nadie vio interesante el hecho de que esos chicos también estaban acampado aquí y que no lo habíamos notado antes.

Ciertamente debíamos ser más prevenidos.

Toda la atención estaba en Nicky y en su reacción al ser dejada a pocos metros de un chico.

Un chico alto y de cabello negro que le sonreí de forma encantadora.

Ella se quedó de piedra frente al pelinegro mientras él se acercaba de manera vacilante.

Se conocían, una sonrisa se pintó delicadamente en el rostro del joven desconocido haciendo achinar sus ojos oscurecidos.

—Tú... —balbuceó ella.

Pequeña promesa © [#1]Where stories live. Discover now