Reina

Capítulo 27. Esta es mi historia

Alex.

Alex está justo ahí, frente a mí, fue su grito el que escuché, quiero hablar, quiero ir con él, pero no puedo moverme; él tampoco habla ni se mueve, me mira como si estuviera viendo una alucinación, tiene la boca y los ojos bien abiertos, vio cómo mi pecho absorbió la bola de fuego como si nada. Cloe tampoco habla. Nadie respira. Tengo miedo, tengo tanto miedo, miedo de que un suspiro y todo estará perdido, ésta es la escena de mis pesadillas, él viéndome así. Mi mayor temor se viene en mi contra, tengo miedo de que se vaya, no quiero perderlo, no quiero que me deje.

Dios, si estás en alguna parte, por favor no dejes que se vaya.

Mis labios se mueven, pero no me sale la voz.

Siento que me asfixio, trato de llevar aire a mis pulmones.

Las lágrimas amenazan con desgarrarme en medio de la desesperación.

-Alex- consigo decir y eso lo saca de su trance.

-Felissa- se apresura en mi dirección- toma mi cara con suavidad pero a la vez con desesperación. Inspecciona mi cuerpo. Inspecciona mi pecho. Me mira a los ojos y las lágrimas se desbordan. Comienzo a sollozar, por el rabillo del ojo sólo percibo cómo Cloe desaparece dentro de la casa. Alex trata de tranquilizarme, me abraza al tiempo que enjuga mis lágrimas que parecen no tener fin.

-Oh, Alex- sollozo en su pecho- perdóname, por favor. Yo...yo... yo...- comienzo a hipar.

-Tranquila, preciosa, cálmate. Respira por favor.

Su actitud amorosa ne hace llorar aún más.

-E-es es que y-o- niego con la cabeza- de-deja que yo... que yo te explique...

-Sí, cariño, vas a explicármelo, pero tienes que recordar respirar ¿De acuerdo? -asiento con la cabeza- bien, deja de temblar, por favor.

Tomo respiraciones profundas tratando de tranquilizarme, estoy perdiendo todos los estribos, lo sé, llorando como una bebé no voy a conseguir nada, solamente que se preocupe.

-Fuuuuu- suelto todo el aire.

-¿Ya estás mejor?- asiento con la cabeza- de acuerdo, cuando estés lista vas a contarme qué es lo que acaba de pasar ¿Va?

-Será mejor que entremos a la casa. Tal vez quieras sentarte- o echarte a correr, ponerte un nombre falso y huir del continente.

-Lo que tú quieres, cariño, sólo quiero que estés tranquila- casi me echo a llorar otra vez por el sentimiento que causa en mí.

-Ven- lo tomo de la mano para que entremos a la casa. Cloe está sentada en el sofá abrazando a Chubaca- Clo- llamo su atención.

Me mira con ojos tristes, no sé qué cara tengo, pero estoy segura de que no es la mejor.

- Em ¿sí?

-¿Podrías... podrías por favor dejarnos un momento a solas?

-Eh, sí, claro- Se levanta rápidamente del sofá- ¿Quieres que me lleve a Chubaca.

Lo pienso, pero cuando Alex me deje, no quiero quedarme completamente sola en esta casa.

-No, gracias, aquí está bien.

-Sí- ella también está nerviosa- bien, bien, bien, em, me voy, hablaré con Zac- ni siquiera respondo a ese comentario, aunque supongo que agradezco el hecho de que va a pedirle que nos dé algo de privacidad- nos vemos mañana. Supongo.

Sale de la casa prácticamente volando.

Le señalo el sillón a Alex y una vez que se sienta ocupo mi lugar a su lado, pero estoy retirada, le estoy dando su lugar, es lo mejor que puedo hacer.