Capítulo 21. Practicando

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- A ver, no creas que vas a conseguir escapar del tema - sentencio a Cloe, voy sentada del lado del copiloto en su coche y vamos en dirección a mi casa- comienza a hablar de una vez antes de que lleguemos a casa con Zac porque te lo advierto, que él esté presente no detendrá mi interrogatorio, así que abre la boca y habla.

Me mira de reojo pero vuelve a centrarse en la carretera.

-Te estoy esperando - tamborileo mis uñas contra el tablero del coche.

-Pasó por mí a la hora que dijiste, y se veía muy guapo, pero eso equis, nos fuimos en su coche hacia el centro de la ciudad, me preguntó dónde quería comer, o sea, yo nunca sé dónde quiero comer, sólo que quiero hacerlo, pero tomando en cuenta que él es nuevo en la ciudad y no conoce ningún sitio, y que McDonald's no era una opción, me vi obligada a tomar una decisión y dije que fuéramos a The Mill, nos perdimos en el camino, soy una pésima, en verdad, de verdad, de verdad pésima copiloto, he vivido en esta ciudad toda mi vida, se supone que debo de conocer cada calle como a la palma de mi mano y el día en que salgo con un ardiente francés se me ocurre perdernos-sacude la cabeza avergonzada- gracias al cielo y al gps pudimos llegar a salvo al restaurante, me gustó que no me lo haya echado en cara, durante todo el tiempo que estuvimos perdidos únicamente se rió de mis tontos intentos de encontrar la calle correcta, me hizo sentir un poco avergonzada por mi torpeza, pero no se enojó, ni gritó ni nada por el estilo, al final incluso me hizo sentir cómoda con un par de chistes malos que me causaron gracia, ya en el restaurante obtuve toda su atención, ni siquiera volteó a ver al televisor o a su teléfono, sólo a mí, y unas tipas estúpidas con atuendo de zorras h maquillaje de mal gusto quisieron pasarse de listas llamando su atención como si yo no estuviera presente, pero las despidió de inmediato y me recompensó con una sonrisa, es increíble, me contó de su vida, de sus padres, ¿Sabías que es un Dinastic de nacimiento? -Afirmo con la cabeza- Y tiene hermanos, sus padres siguen casados después de cinco siglos, pff, eso es... Oh por dios, qué aguante- suelta el volante y sacude sus manos alrededor de su cabeza -es genial, y lo llevé a dar un recorrido por el centro de la ciudad y me dijo que le encantaba, la ciudad, aclaro, cuando obscureció me llevó a mi casa h nos despedimos con un beso, en la mejilla, y fue extraño después de saber lo delicioso que besan sus labios.

Me trago una risa.

-Ahórrate ese tipo de comentarios, no quiero saber cómo besa, yo no te ando contando de mis besos con Alex.

-Lo haces.

-Claro que no.

-No importa, aunque lo hicieras no te mandaría a callar, pero bueno, tienes razón, suena un poco perturbador.

-Bastante, de hecho.

-Da igual, mucho, bastante, demasiado.

-¿Cómo te sientes con Zac? Sé honesta o me bajo del coche y voy a pie lo que resta del camino.

-Qué chocante.

-Voy en serio.

-Simplemente me hace reír, me hace sentir relajada, hace que todo parezca sencillo, tan sencillo como respirar, su risa se siente como brisa fresca, él se siente como un día de campo, y todo sale natural, es complicado, quiero decir, esta no es una declaración de amor, está muy lejos de serlo, no malinterpretes las cosas, tal vez a muchas chicas les arranque suspiros o incluso las panties, pero a mí me arranca sonrisas, y se siente bien, y es un tonto adulador, pero es genial, y voy a confesarte una cosa pero pobre de ti si dices algo más, siento la necesidad de estar con él, no de la formande arrojarme a sus brazos y besarlo, sino de estar estar, pasar tiempo, platicar, respirar el mismo aire, ese tipo de cosas que no tienen título, sólo ser, sin etiquetar.

ReinaWhere stories live. Discover now