Cap 18. No se enfade conmigo.

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Abrió los ojos y dio un respingo en la cama. Por un momento, se había encontrado totalmente descolocado... fuera de lugar. Hasta que su cerebro terminó de reiniciarse, recordando dónde se encontraba y lo acontecido la noche anterior...

Severus se incorporó en la cama, bajo la atenta mirada de Hermione. Tenía clavados en él aquellos ojos melados, y en sus labios se hallaba dibujada una gran sonrisa de triunfo. Después de todo, se había salido con la suya.

-Buenos días profesor...

-¿Buenos días? -dijo Severus con asombro- ¿Qué hora es?

Snape casi salta de la cama, lleno de preocupación, pero Hermione le cogió con firmeza del brazo y lo atrajo hacia sí.

-Aún es muy temprano, son las siete de la mañana. Nadie se ha levantado aún en el castillo, así que no temas...

-¿Las siete?- preguntó con incredulidad- ¿Quieres decir... que he dormido toda la noche?

Hermione asintió con la cabeza.

-¡No me lo puedo creer! ¡Has sido tú Hermione! Gracias a ti he conseguido dormir...- Snape reía de la satisfacción.

-Pues para ser alguien que padece insomnio... Parecías una locomotora, ¡Menudos ronquidos!

-Yo no ronco...- Dijo Severus entrecerrando los ojos -Eso lo dirás tú...

-¿Yo? Por un momento temía que alguien te escuchara y nos sorprendiera aquí...

Severus en un movimiento rápido, rodó encima de la chica, colocándose encima de ella. La agarró fuertemente por las muñecas, poniéndole los brazos por encima de su cabeza, para evitar que le tirase del pelo.

-Eso que dices es una insolencia... y una sucia mentira.

-Yo no miento profesor.- Dijo la chica entre risas.

-Creo que voy a tener que castigarte...

Hermione notó como "alguien" más se había despertado entre las sábanas.

Severus Snape miró ambos lados del pasillo, antes de salir de la sala de los menesteres. Hermione hacía un rato que se había marchado a su sala común, antes que todos esos indeseables niñatos a los que llamaba amigos, se despertasen. Salio con paso firme, notando como la puerta desaparecía a sus espaldas, quedando la sala oculta otra vez. Se sentía tan diferente aquella mañana, tan vivo... tan sorprendentemente bien. Hacía tanto que no se sentía descansado. Había dormido toda la noche del tirón, sin sueños delirantes, sin pesadillas torturándole las pocas horas de sueño que gozaba... Y ella.

Recordaba con ilusión lo que había ocurrido en esa habitación. ¡Lo había hecho con Hermione Granger! ¡Y lo volvería hacer! No se arrepentía de nada y por una vez en su vida, se había sentido amado. Se pasó la mano inconscientemente por el estómago, sentía cosas allí que jamás había sentido... ¿Sería quizás, eso que sentía en la boca del estómago esperanza? ¿Es que acaso estaba volviendo a la vida? Tenía unas locas ganas de comerse el mundo a mordiscos...

Vio una cabellera rubia platino corriendo por el pasillo, se dirigía a toda velocidad a su posición. Cuando lo tuvo al alcance, el chico pareció claramente contrariado de verle allí. Snape cogió al Slytherin de la tela de su capa de colegial.

-¡Draco!- exclamó- ¿Se puede saber que haces tan temprano por esta parte del castillo?

-Eso podría preguntarle yo a usted también... ¿no profesor?

Snape resopló con hastío. Draco llevaba una temporada insolente y desconfiado con él. Quizás tuviera sus razones, pero Snape notaba cómo perdía cada vez más su escasa paciencia, con aquel niño que tanto le recordaba a su indeseable padre.

No te acerques tanto a mí. (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora