Cap 14. El pasado no importa, lo que realmente importa es el futuro.

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Snape se levantó de la cama con una pereza casi indecorosa. No había pegado ojo durante toda la noche, la visita nocturna de Hermione le había trastocado por completo la mente. Había logrado ponerle a mil por hora, colocándole al límite de sus nervios. Los nervios... un gran aliado para el asqueroso insomnio. No había conseguido dormir, pero tampoco le importaba tanto, el canto de los pájaros no le irritaba tanto como antaño.

Se encontraba animado, como nunca había recordado estar.

Se contempló un momento al espejo. El reflejo no era nada alentador: era lamentable. Su piel cetrina, sus inmensas ojeras, su pelo grasiento... Aquel día se sintió más coqueto, era mejor que comenzara a cuidar esos detalles, sino quería convertirse en un viejo precoz.

Después de todo estaba con una chica veinte años más joven...

Hermione esperó a Ginny en la sala común para bajar a desayunar. Se encontraba de excelente humor, animada. Cada vez que recordaba lo pasado la noche anterior, sus mejillas se teñían de pálido rojo. Aún no se podía creer el valor que le había derrochado, si le llegan a contar una semana antes lo que terminaría haciendo, no lo hubiera creído ni por asomo. Se notaba que prodigaba valor Gryffindor por todos los poros de su piel.

Ginny bajó dando gráciles saltitos por la escalera. Hermione la recibió con una gran sonrisa. No lo podía evitar, desde la noche anterior esa sonrisa se había adherido a su rostro, no podía borrarla por mucho que lo intentara, era imposible. Sonreía como una verdadera estúpida.

-Te veo muy contenta esta mañana... ¿Te ha pasado algo?- preguntó con picardía la pelirroja.

Hermione sabía que debía tener cuidado con su amiga. Ella no era los tontorrones de Harry y Ron, que no se enteraban nunca de nada.

-No... ¿Qué ha podido pasarme esta noche en la cama?

-No sé... Has podido volver a tener otro sueño de los tuyos...

Hermione decidió que era mejor ignorar por completo aquel comentario. ¿Quien quería soñar con Snape cuando podía tenerlo en la realidad?

Salieron por el retrato de la señora gorda.

-¡TÚ!- gritó la señora gorda cuando vio a Hermione- ¿Cómo has entrado? Ayer te vi salir por la noche, pero no te di permiso para entrar...

Hermione la ignoró y siguió caminando, seguida de una extrañada Ginny.

-¿Que te pasa con la señora gorda? ¿Anoche saliste?

-Sí salí un momento a recoger algo que olvidé en la biblioteca... Volvió a pillarme el idiota del murciélago. Me castigó esta tarde.

-Ya me extrañaba a mí. Anoche miré nuestro recuento de puntos antes de acostarme y esta mañana temprano teníamos cinco puntos menos. Pensé que Harry y el cabeza hueca de mi hermano habían echo alguna trastada de las suyas... Lo que no entiendo... ¿Cómo es que la señora gorda afirma que ayer no entraste? ¿Cómo lo hiciste?

-¡Bah! Claro que entré por el retrato, lo que ocurre es que se había inflado a bombones de licor y tenía una cogorza de aúpa.

Hermione se sorprendió de la gran capacidad que estaba desarrollando para mentir.

-Podrías pedirle prestada la capa a Harry, te estás aficionando a esos peligrosos paseos nocturnos y a este ritmo conseguirás que Slytherin nos arrebate este año la copa de la casa.

Hermione se paró en la entrada del comedor y se volvió a su amiga molesta.

-¡Yo consigo más puntos que nadie para Gryffindor en las clases! Además, sólo lo he hecho en dos ocasiones.

No te acerques tanto a mí. (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora