Prólogo

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—Michael, vamos retrasados ¿Sabías? —dijo la chica pelirroja que iba con su novio a casa de sus padres

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—Michael, vamos retrasados ¿Sabías? —dijo la chica pelirroja que iba con su novio a casa de sus padres.

—Lo sé...No puedo ir más rápido, está lloviendo muy fuerte. Quizá deberíamos llamar a tu madre para decirle que nos quedáremos en el próximo hotel. —Propuso él.

—¡¿Qué!? —Gritó histérica. —Son mis padres, tenemos que ir; y no quedaré en ningún hotel, así que acelera el auto para que lleguemos rápido. —Iracunda, se cruzó de brazos recostándose en el espaldar del asiento. —Te dije que no fueras a trabajar hoy. ¡Pero claro, nunca me tomas en cuenta así que no sé cómo le vas a hacer, pero quiero dormir esta noche en casa! —Vociferó mirándolo molesta.

El chico resopló con fastidio y golpeó con fuerza el volante.

—¡Maldita sea, Alissa! ¡Deja de gritar, tras de que casi no puedo ver por la lluvia porque es de noche, tú me quieres dejar sordo! —Exclamó fulminándola con la mirada y nuevamente fijó su vista en la carretera. —Y sí nunca te tomo en cuenta es porque no sirves para nada -Habló de forma despectiva.

El rostro de Alissa entristeció al escuchar las palabras de su novio. Suspiró y puso las manos en su rostro sintiendo como sus ojos se cristalizaban. Las palabras de él la habían afectado causando que una enorme punzada se instalara en su pecho, mientras resonaban en su cabeza.

<No sirves para nada>

Últimamente esas palabras hacían parte del vocabulario de su prometido. Y ella por más que se esforzaba en complacerlo, para que Michael se sintiera orgulloso de ella, no había podido conseguirlo, llenándola de impotencia.

Él al ver que su comentario había afectado a Alissa, disminuyó la velocidad hasta estacionarse a un lado de la carretera; las gotas de agua caían con fuerza. La carretera estaba desolada, ya que ellos se encontraban a las afueras de la ciudad. Michael la abrazó y ella ni se inmutó ante el fuerte abrazo de arrepentimiento.

En las últimas semanas habían tenido muchas peleas a causa del trabajo, y como consecuencia, Alissa pasaba la mayoría de tiempo sola en casa.

—Perdón. —Susurró lleno de arrepentimientoy dolor. Él la pegó a su cuerpo con más fuerza mientras lágrimas caían por el rostro de Alissa. —Lo siento. No debí hablarte así, sabes que te amo. ¿Verdad?

—También te amo. —Ella tomó cierta distancia entre los dos. —Y si no alcanzamos a llegar a casa de mis padres, no importa nos quedáremos en un hotel. —Habló con voz tenue dedicándole una sonrisa a su novio.

—Entonces vamos. —El chico le dio un casto beso en los labios para después poner el auto en marcha.

Nuevamente retomaron su camino, pero unas millas más adelante Michael disminuyó la velocidad y frunció el ceño al ver la figura de alguien bajo la lluvia. Se le hacía muy extraño que alguien anduviera a altas horas de la noche a las afueras de la ciudad. Y, peor aún, lloviendo. Sin embargo, detuvo el auto con un poco de miedo, pues, no era normal encontrar personas en medio de la nada. Alissa se aferró con fuerza al brazo de su novio sintiendo los nervios apoderase de su cuerpo.

Una silueta se fue acercando a ellos y entonces la pareja vio que se trababa de un hombre y que se encontraba en mal estado, debido a que estaba sucio de sangre. Él se detuvo, observando el auto, donde segundos después, se desplomó en medio de la carretera. Alissa soltó un jadeo de la impresión, de inmediato, ambos se quitaron el cinturón de seguridad y bajaron del auto.

—¡Dios mío, se ve muy mal! —Exclamó Alissa, en tanto que caminaba hacia él. —¿Se encuentra bien? —Ella al ver que no recibió respuesta, se arrodilló y con las manos trémulas le tomó el pulso.

Ella no entendía. Su pulso era normal. Alissa lo revisó buscando la herida, de donde provenía la sangre, sin embargo, no encontró nada. La sangre que tenía no le pertenecía a él.

¿Entonces a quién le pertenecía?

Le tardó solo unos segundos para darse cuanta que él se hallaba en buen estado, su cuerpo no mostraba ningún daño.

De repente, el desconocido puso un cuchillo en el cuello de Alissa, haciendo que gritara horrorizada. Ella intentó moverse, pero él fue más rápido, poniéndola de espaldas, con su antebrazo alrededor de su cuello.

—Quieta. —Gruñó, inhalando el aroma que melena pelirroja de Alissa desprendía.

—Tranquilo. —Michael, di un paso a él, y el desconocido ensanchó una sonrisa, de diversión. —Aquí están las llaves del auto, te lo puedes llevar. Pero por favor, no nos hagas nada.

—¿Quién te dijo que quiero tu auto?

—¿Entonces qué es lo que quieres? —Inquirió, desesperado. Michael lo único que quería era que ese hombre soltara a su novia, y los dejara tranquilos.

—Sus vidas.

De un rápido movimiento, el hombre cogió a Alissa por el cabello y la tiró con fuerza contra el pavimento comenzando a acuchillarla sin piedad. Michael aturdido por los gritos de dolor de su novia ante cada puñalada, corrió hacia ella para ayudarla; no obstante, el desconocido sacó un arma y le apuntó con ella.

—Alto ahí —dijo con burla. —Hoy verás cómo desmembraré a tu novia enfrente de ti.—Sonrió con malicia, posteriormente, le disparó en una de sus piernas. Michael cayó al pavimento, y un grito desgarrador salió de su garganta al sentir la bala perforar su carne.

El sujeto siguió apuñalando con fuerza a la chica haciendo que la sangre salpicara su ropa, su rostro, él siguió hasta que la pelirroja comenzó a ahogarse con su propia sangre. Le encantaba sentir la sensación del cuchillo al momento de incrustarlo y tirar hacia abajo, desgarrando todo a su paso.

Amaba sentirse así, porque cuándo él cometía esos actos atroces, era que podía sentir un poco de satisfacción, pues no tenía que fingir, solo era él haciendo lo que en realidad de gustaba.

Al terminar su trabajo, él sonrió satisfecho en tanto que, Michael miraba con horror el cuerpo de su novia, ahora sin vida. Y sabía que ese loco maniático no había tenido compasión con una chica, mucho menos la tendría con él. Su pregunta era: ¿por qué lo hacía?

—Tu turno. —Esbozó una sonrisa, acercándose a él con diversión.

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Acechada por el mal |COMPLETA|Where stories live. Discover now