Capítulo 11 "Una luz de esperanza"

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Nos estábamos acercando a un desvío, era una especie de camino empedrado

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Nos estábamos acercando a un desvío, era una especie de camino empedrado. Vi que mi hermano le hizo seña a los chicos para que fuéramos por ahí, eso sería introducirnos al bosque. Yo honestamente, no quería.

Me tropecé y caí boca abajo. Un quejido lastimero brotó de mis labios cuando quise levantarme. Miré adelante y todos seguían corriendo, Nick, que iba a unos metros de mí, no se dio cuenta.

Me di la vuelta y cerré los ojos por los rayos del sol. Todo el cuerpo me dolía, ya no podía más. Sentía los músculos tensionados y doloridos. Cuando respiraba, los pulmones también me dolían. Mi cuerpo estaba pesado, se me era imposible moverme. Ya me había resignado, moriría aquí en esta carretera, lejos de mi familia.

Una sombra nubló mi vida, para mi sorpresa, Ángelo se encontraba parado frente a mí. Sin decir una palabra, me ayudó a ponerme de pie y me cargó.

El empezó a correr conmigo en sus brazos mientras escuchaba los gritos de Mich y Nick, diciéndole que se apresurara. Nunca creí que iría por mí.

Cuando llegamos, me dejó en el suelo.

-No nos da tiempo de seguir huyendo. -Escuché la voz de Darien.

-¿Entonces qué hacemos? -preguntó Candace exasperada. Caminaba en círculos con las manos en la cabeza -. Vamos a morir.

Me obligué a mí misma a no caer, no podía darme por vencida. Miré a mi alrededor y todos se veían angustiados. Pasé la mano por mi rostro para quitar el sudor que estaba a punto de caer en mis ojos.

Hurgué en el bolsillo de mi chaqueta y extraje mi teléfono. Seguía sin señal, la cabeza me daba vueltas. Lo alcé en busca de señal, vi Becka que hacía lo mismo. Cuando obtuve un poco, llamé al 911.

-¡Ya viene!

Guardé el teléfono y sentí que Ángelo envolvió su mano sobre la mía. Me dedicó una rápida mirada y tiró de mí hacia unos arbustos. Los demás también se ocultaron. Permanecimos un rato, hasta que se escuchó cuando el auto se detuvo. Apreté el brazo de Ángelo y él con su mirada me dio un poco de calma.

Vi cuando la puerta de la camioneta se abrió dejando a la vista a Benjamin.

¿Él era el asesino?

Ángelo y yo intercambiamos miradas. Rápidamente repasé en mi mente todas las veces que había tenido al enmascarado de frente, no recordaba nada que me diera indicios de que se trataba de Benjamín. Además, el asesino se veía más alto, a menos de que sean varios, porque yo presencié su muerte, al día siguiente de que él le arrebatara la vida a Corbin. Un policía le disparó haciendo que su cuerpo cayera por un precipicio, nunca encontraron su cuerpo, pero dicen que es imposible que haya sobrevivido a esa altura.

-¡Chicos! -gritó corriendo hacia el camino, estando a unos metros de nosotros se detuvo -. ¿Dónde están? ¡Por favor salgan!

No me atrevía a moverme. ¿Y si todo era una trampa? Examiné a Benjamin, notando que su ropa estaba sucia de sangre. Él daba pasos hacia adelante mientras miraba los árboles y arbustos.

Acechada por el mal |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora