Capítulo 12. Él te vio primero

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Martes 26 de Noviembre de 2013
[Punto de Vista Julia]
Emily me dejó una camiseta mientras se secaba mi jersey, para no tener que pasearme con el torso desnudo por la casa; sonreí ante la idea de hacerlo y, de esa manera, provocar a Louis. Aun más, si cabía. Pero la deseché al instante al pensar que no sólo le provocaría a él.
Sam. Cerré los ojos antes de entrar al salón y traté de engullir la marea de sentimientos que corrían por mi cuerpo.
Louis y yo habíamos vuelto a besarnos.
Y eso empezaba a significar para mí más de lo que me gustaba.
Además, fui consciente de que tratar de convencerme a mí misma de que lo había entre Louis y yo no podía ser cada vez se me antojaba más absurdo. Tenía que poder ser.
- ¿De qué habláis? -Preguntó Emily, sentándose junto al chico de los ojos azules.
- Fútbol -contestó éste, alegre.
Emily puso los ojos en blanco y sonreí. Odiaba el fútbol. Tomé asiento junto a Judi y clavé mis ojos en Louis. Tenía que quitarme esa estúpida manía de mirarle siempre que tenía ocasión.
- Aprovecháis cualquier oportunidad en que no estoy para hablar de ese deporte horrible.
- ¿Prefieres que lo hagamos delante de ti? -Sonrió Louis con malicia.
- De eso nada.
- Entonces calladita estás más guapa -la revolvió el pelo y todos reímos.
- No entiendo por qué tiene que ser mono-tema...
- Uno, no es mono-tema -Judi se inclinó hacia alante y la asesinó con la mirada. Como yo, adoraba ese fantástico deporte-. Dos, si lo fuera, no sería ningún problema. Tres, calla o te torturamos el resto de la noche con él.
- Además -añadió Sam-, hoy es día de Champions y nos lo estamos perdiendo por tu culpa -hizo una mueca.
- Oh, cuanto lo siento.
- Juega mi Barça... -Susurré.
- Espera, ¿qué? -Louis me miró alzando una de sus cejas. Abrí los ojos.
- ¿Qué de qué?
- ¿Qué has dicho? ¿Tu... Qué?
Dejé escapar una risa.
- Mi Barça.
- ¿Barça? ¿Eres del Barça? -Asentí-. Fuera de esta casa.
Carcajeé y Emily lo empujó con fuerza.
- Es mi casa y yo decido quien se queda y quien se va. Y tú, Tomlinson, tienes las papeletas para lo segundo.
- ¡Pero si es del Barça! No me puedo creer que...
- ¿¡Qué!? -Inquirí, interrumpiendo sus protestas.
Curvó sus labios hacia arriba.
- Pues va perdiendo, que lo sepas, encanto.
Me guiñó un ojo e instantáneamente le ordené a mi corazón que siguiera latiendo. Tenía pinta de dejar de hacerlo ante su gesto.
- Mañana lo hará el Madrid -contraataqué, sabiendo que a Louis le tiraba más el blanco.
- Más quisieras, encanto -repitió su anterior palabra y respiré con dificultad-. ¿Sabéis que podríamos hacer? -Entreabrió la boca y miró a la nada durante unos segundos.
- Sorpréndenos -intervino Sam.
- Podríamos quedar mañana para verlo -propuso.
- Es buena idea -apoyé en seguida.
- Conmigo no contéis -Emily se cruzó de brazos y se recostó contra el sofá.
- Yo me apunto sin duda -Sam asintió.
Observé cómo Judi se mordía el labio y fruncí el ceño.
- Yo... He quedado... -Tartamudeó.
Iba a preguntar con quién pero la expresión de su rostro me lo dijo todo.
Zayn.
Miré a Louis al instante; también él tenía posada su mirada en nuestra amiga. Acto seguido la desvió hacia mí y después agachó la cabeza. No dijo una sola palabra y se extendió un silencio un tanto incómodo en la sala.
- Voy a por algo de beber -Emily se incorporó y se llevó a Louis de la mano.
Cuando regresaron, todo había vuelto a la normalidad. Sam, Judi y yo charlábamos animados y ellos dos no tardaron demasiado en unirse. Dos horas después, cogí el coche y me dirigí a casa.
Sin nada más que un "hasta mañana" por parte de Louis. Y un tierno beso en la mejilla.
¿Algún día dejaría de querer más que eso?

Miércoles 27 de noviembre de 2013
[Punto de Vista Louis]
Habíamos quedado en mi casa para ver el partido. Salí de la ducha a la seis y media y cogí el móvil, asegurándome de que Juls había recibido las indicaciones necesarias para llegar hasta aquí. Comprobé que así era y sonreí.
Mi gesto se volvió más amplio cuando abrí la conversación con Sam. "Me tienen encerrado en la redacción tío, creo que llegaré tarde...", decía el mensaje.
Me puse rígido al instante. Había sonreído como un idiota al leer eso e imaginar que Juls y yo volveríamos a pasar unos minutos a solas.
- No puedes sonreír por algo así, a ver cuándo te entra en la cabeza... -Me dije a mí mismo.
El día anterior había pasado factura en mí. Había comprobado lo débil que podía llegar a ser cuando se trataba de ella y de sus labios acercándose a mí. Había comprobado que no sabía cómo decir que no; incluso aunque luego me sintiera la persona más miserable del mundo por estar engañando de esa manera a mi amigo de toda la vida.
Había comprobado que cuando ella estaba, no estaba nadie más.
Si había una manera de parar todo eso, desde luego yo no la había encontrado.
La única baza que me quedaba era tratar de convencerla de que debíamos alejarnos el uno del otro; ya era plenamente consciente de que si ella quería estar cerca de mí no tenía ninguna manera de impedírselo.
Y eso me hacía sentir aún más miserable.
Pero haría todo lo que estuviera en mi mano para cortar esa especie de relación que no llevaba a ninguna parte porque, a largo plazo, nos acabaría haciendo daño a todos.
Abrí un par de latas de Coca-Cola, sabiendo que era lo que Juls iba a pedirme para beber, y las deposité sobre la mesa baja que se encontraba frente a la televisión, ya encendida y con el Real Madrid -Galatasaray a punto de comenzar. Justo cuando me dirigía a la cocina a cerciorarme de que había suficientes pizzas para cenar, llamaron al timbre.
Todos mis músculos se tensaron al instante. Sólo podía ser Juls.
Apareció sonriente ante mí cuando abrí la puerta y, antes de darme tiempo a corresponder su gesto, se inclinó hacia mí y me besó en la comisura de los labios. Cerré los ojos cuando su aroma me envolvió por completo y sentí cómo me rozaba suavemente el brazo. Volví a dirigir mi mirada hacia ella y me regaló una nueva sonrisa.
- ¿Qué tal? -Preguntó.
"Embobado", quise responder.
- Bien... -Me apresuré a cerrar la puerta y a comenzar a andar hacia el salón, poniendo distancia entre nosotros-. ¿Te ha costado llegar?
- ¡Qué va! Ya me conozco Londres como la palma de mi mano.
- Qué listilla eres, ¿no? -Me tiré en el sofá, mordiéndome el labio ante sus palabras-. Cuando quieras podemos comprobarlo. Apuesto a que hago que te pierdas dando dos vueltas a la manzana.
- ¿Qué quieres apostar? -Preguntó, insinuante.
Suspiré mientras dejaba escapar una risa.
- ¡Nada! -Exclamé, provocando su risa-. ¿Qué tal hoy en el trabajo?
- Tema tabú, ¿vale? Prohibido hablar de ello.
- Vale, vale -levanté las manos y nos miramos durante unos segundos. Me acerqué a ella unos centímetros sin despegar mi mirada de la suya. Me preocupaba su trabajo; me preocupaba cómo pudiera encontrarse ella-. ¿Pero estás bien? -Sonrió con ternura. Estiró su mano y acarició mi mejilla izquierda mientras asentía-. Ayer lloraste, ¿verdad?
Recordé sus ojos vidriosos al llegar a casa de Emily y me estremecí. Ojala no tuviera que verla nunca más así. Me miró con asombro.
- ¿Cómo eres capaz de darte cuenta de esas cosas?
Me encogí de hombros.
- ¿Era por el trabajo?
- Sí...
- Juls...
- Lou, no quiero hablar de ello, de verdad. Te lo agradezco muchísimo, pero hoy estoy bien. De verdad, te lo prometo -exhibió una sonrisa sincera y no tuve más remedio que creer en ella-. ¡Cuéntame tú! Todavía no me has dicho nada de cómo fue el 1DDay...
Carcajeé y pasé una mano por mi pelo.
- Fue muy divertido. Hicimos de todo.
- ¿De todo?
- Hasta bailar.
- Sois pésimos bailando, deberíais dejar de intentarlo.
- Eh, pues el otro día no se nos dio mal...
- ¡Serás mentiroso! -Pegó un brinco en el sofá.
Tardé unos segundos en caer en ello.
- ¿Y tú cómo sabes si estoy mintiendo o no? -Abrí la boca hasta el suelo y alargué mis brazos, conduciéndolos a su cintura, haciendo que se moviera con brusquedad por mis cosquillas-. ¡¡Nos viste!! -Exclamé mientras reía-. ¡Eres nuestra máxima fan y por eso nos viste!
- ¡¡Para!!
- ¡Te tragaste las siete horas enteritas! ¡Te mueres por nuestros huesos!
Se revolvía entre mis brazos sin dejar de reír y sabía que la sonrisa más grande de este planeta se estaba extendiendo por mi rostro al verla así.
- ¡Para, Louis, por favor! ¡Dame un respiro!
Me retiré inmediatamente de ella sin detener mi sonrisa y me miró con la respiración entrecortada, ligeramente tumbada en el sofá, con una de sus piernas apoyadas en los cojines.
- No tiene sentido lo que acabas de hacer, ¿te das cuenta? -Se incorporó lentamente, haciendo que nuestros cuerpos quedaran más juntos de lo que habían estado en un principio-. ¿Me torturas porque crees que soy vuestra mayor fan? -Enarcó una ceja y reí.
- ¿Es una tortura para ti? -Pregunté, divertido.
Hizo ademán de decir algo pero se detuvo y miró hacia otro lado.
- En realidad... No -negó con la cabeza. Como había hecho antes, pasó su mano por mi rostro-. Me gustas un montón.
- ¡¡CALLA!! -Exclamé. Me llevé las manos a los oídos haciendo que riera a carcajadas-. No digas eso, de verdad, no quiero saberlo... -Continuó mirándome fijamente y poco a poco fui retirando mis manos, permitiéndome escucharle-. ¿Cuánto te gusto? -Interrogué, con la frente arrugada.
Rió de nuevo.
- ¿Te duele saberlo?
- Puf... Ni te imaginas cuánto.
- Oh, Lou... -Acercó su rostro al mío y juntó nuestras frentes-. ¿Por qué no hablamos con Sam?
Me alejé de ella.
- No, Juls.
- ¿Por qué?
- Tengo muchas razones, pero la principal es que sé qué diría Sam.
- ¿Qué diría?
- Que él te vio primero.
Me miró confusa. Después, exhibió una retahíla de muecas, todas ellas de desagrado.
- ¿¡Y a mí qué más me da quién me viera primero!? A mí me gustas tú, no él.
Ladeé la cabeza.
- A mí también me gustas tú, no él -apreté los labios y rio. Apoyó sus manos en mi rostro y me besó con delicadeza-. No, no, no... No me beses más...
Omitió mis palabras.

[Punto de Vista Julia]
Estaba de tan buen humor que incluso me hacía gracia el enorme poder que Louis empezaba a tener sobre mí. Era innegable todo lo que provocaba en mí; igual que era innegable cómo empezaba a sentirme cuanto estaba a su lado.
Comencé a rozar sus labios poco a poco, temiendo que volviera a separarse de mí. No lo hizo. Aumenté la energía del beso y hundí mis manos en su cuidado pelo. Me incorporé ligeramente sin levantarme del sofá y, apoyando una mano en su pecho, lo obligué a echarse hacia atrás. Su espalda quedó recostada contra el respaldo y me coloqué sobre él, a horcajadas, sin dejar que nuestros cuerpos se rozaran del todo, consciente de que si eso pasaba no podría detenernos nadie.
Aferró mis caderas con sus manos y trasladé mis besos a su cuello; olía completamente a él, era embriagador.
Pronto supe que había sido un error abandonar sus labios; pareció recobrar la cordura de alguna manera y asentó sus manos en mis hombros, empujándolos, instándome a que me distanciara de él.
- No... -Susurré.
- Juls, por favor...
- No... -Insistí.
- No me lo pongas más difícil.
- ¡Me encanta ponértelo difícil! Se ha convertido en mi nuevo mejor pasatiempo.
Dejó escapar una risa pero en seguida su rostro se llenó de seriedad.
- De verdad esto me está resultando difícil. No quiero que sigamos así, no lo hagas más, por favor. Soy capaz de no besarte siempre y cuando no lo hagas tú.
- Me acabas de desvelar el truco, no sé si te das cuenta...
- Julia -pronunció mi nombre completo por primera vez desde que nos conocíamos y me erguí de inmediato, borrando cualquier sonrisa de mi cara-. No puedo hacerle esto, así que, por favor... Vamos a intentar alejarnos el uno del otro.
- ¿Alejarnos? -Lo miré casi con temor.
- Es lo mejor que podemos hacer.
- No quiero ver cómo te alejas de mí. De hecho, no sé si soy capaz de aguantarlo.
- Vamos a intentarlo.
- No.
- Por favor -reiteró su petición y torcí mi cabeza hacia la derecha, evitando su mirada, que ya no encerraba ni un atisbo del fuego que me había mostrado antes.
Decidí intentarlo por última vez.
- Piensa en todo esto -trató de hablar pero coloqué mi dedo índice sobre sus labios-. Es una mierda esta situación, los dos lo sabemos, ninguno quiere hacer daño a Sam. Pero... Piensa en esto. Piensa en los pros y en los contras. Piensa en lo bueno y en lo malo. ¿De verdad quieres que me aleje de ti?
El silencio se hizo dueño del salón durante unos segundos. Después, dejó escapar de sus labios un suspiro.
- Juls...
- ¿Sí o no? -Pregunté, nerviosa.
Tenía esperanzas. Tenía esperanzas de que me dijera que no, que no quería eso. Tenía esperanzas y sabía que podríamos encontrar una solución a todo ello.
El sonido del timbre hizo que los dos giráramos la cabeza hacia donde se encontraba la puerta de salida al exterior. Era Sam, con toda seguridad.
Nuestros ojos volvieron a encontrarse a los dos segundos. Aprisionó mi rostro entre sus manos y me miró como nunca antes me había mirado. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- Sí, pequeña... -Musitó-. Es lo mejor para los dos.
Depositó un breve beso en mis labios y me echó, con cuidado, a un lado del sofá, para después levantarse. Ni siquiera dirigió una mirada hacia donde estaba antes de salir del salón para recibir a su amigo.
Me abracé a mi misma, juntando las piernas con mi torso, y me sentí chiquitita.
Quizá había llegado el momento de aceptar su firme decisión y rendirme.
Quizá sí debía alejarme de él.

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¿Qué os parece? ¡Contadme, sabéis que muero por leeros! :D

A veces lloro cuando veo tantos comentarios y tantos votos y tanto todo, así que GRACIAS. Mil trillones de gracias a todas, no tengo palabras para vosotras, sois amor Amor del bueno, del de verdad :') En serio, muchísimas gracias.

Ojala pudiera dedicaros cada día el capítulo a todas, pero al menos me queda la alegría de poder ir haciéndolo poco a poco... :)

Muchííísimos besos para todas

@LookAfterYou28

ALIVE | Fan-fic de Louis TomlinsonWhere stories live. Discover now