Capítulo 11. No vuelvas a rechazarme

7.3K 350 129
                                    

Martes 26 de noviembre de 2013

[Punto de Vista Julia]

Llegué a casa destrozada, como venía siendo habitual en la última semana. Había estado haciendo exactamente lo que mi primo Steve me pidió: tratar de integrarme en la empresa. Desplegué toda mi simpatía entre mis compañeros. ¿El resultado? Pocos cambios. Al menos, una parte de ellos habían pasado del desprecio a la indiferencia. ¿Debería estar satisfecha?

Me tiré en el sofá agotada y saqué el móvil del bolso. Emily había escrito recordando que en una hora nos quería a todos en su casa: nos había invitado a cenar con motivo de su cumpleaños. Insistimos en que, con el fiestón que había montado una semana atrás, no hacía falta más por su parte, pero ella era así. Por eso nos invitó. A los cuatro.

Louis había regresado el día anterior, un lunes; exactamente siete días después de marcharse. Exactamente nueve días después de verle por última vez. ¡Nueve días! Suspiré.

Estaba nerviosa. Llevaba nueve días sin escuchar su voz; llevaba nueve días sin saber nada de él. Apenas le conocía y era extraño lo que sentía. ¿Le había echado de menos? No lo diría así, pero sí es cierto que había notado su ausencia. Mucho. Más de lo que me gustaría.

¿Habría pensado en mí?

¿Seguiría pensando en mí?

¿Se habría olvidado de todo lo que había pasado?

En realidad, lo más probable es que fuera así. Sus no-mensajes, sus-no llamadas, sus no-señales de vida así me lo indicaban. Seguramente, en esos nueve días lejos de Londres habría conocido a mil personas. ¿Por qué iba a seguir pensando en mí pudiendo pensar en cualquier modelo de metro ochenta que le pusiera ojitos? Suspiré.

Yo sí llevaba nueve días pensando en él. ¿Qué me había hecho?

Me levanté a regañadientes y decidí comenzar a arreglarme; nada de lujos, algo cómodo y sencillo para ir a cenar con cuatro amigos. Vaqueros, converse y un jersey calentito. Mi bufanda preferida, de un tono marrón clarito, y mi fiel abrigo, compañero de bajas temperaturas.

Volví a suspirar antes de salir de casa y la esperanza acudió de nuevo a mí. Me golpeé en la cabeza y la obligué a retornar a un lugar perdido de mi mente, donde no supiera nada más de ella. Ni quería ni podía tener esperanza.

Miré el móvil de nuevo. Ningún mensaje, ninguna llamada, ninguna señal de vida.

Él no había pensado en mí; al menos no como yo lo había hecho.

[Punto de Vista Louis]

A quién pretendía engañar, tenía ganas de ver a Julia. Había estado todos esos días intentando convencerme a mí mismo de que lo único que me había motivado a actuar como actué el último día había sido la simple atracción que sentía hacia ella. Puede que no estuviera equivocado, puede que únicamente fuera atracción, pero desde luego no era "simple". Era fuerte. Era muy grande. Y, nueve días después, seguía intacta.

No había salido de mi cabeza. Los chicos y yo habíamos hablado largo y tendido acerca de ello y todos coincidían en lo mismo: mientras Sam estuviese no podía hacer nada. No sólo por él, también por mí. Me conocían bien y sabían, al igual que yo lo sabía, que si hacía algo no me lo iba a perdonar nunca.

¿Era capaz de olvidarme de ello, entonces? Debía serlo.

Pero moría de ganas por verla.

Llamé al timbre y me abrió una sonriente Emily que me abrazó con ganas.

- Eres el último, tardón -reprochó, con una sonrisa, sin embargo.

- Las buenas costumbres no hay que perderlas -contesté, también con una sonrisa-. ¿Qué tarta has comprado? -Pregunté, con cara de no haber roto un plato.

ALIVE | Fan-fic de Louis TomlinsonWhere stories live. Discover now