- ¿Qué es eso? - comenzó a forcejear con ella, era imposible, cuando una idea cruzaba por la cabeza de Silvia no había forma de quitarla con nada, así que sin poder contra sus fuerzas, Silvia logró hacerse camino hasta el anillo.

- Es tu prometido. - grito.  Todos los presentes dejaron de hacer sus cosas para prestar atención a lo que acababan de decir, era realmente inesperado que alguien ya estaba comprometido a tan temprana edad, seguramente estaba embarazada.

- Era de esperarse que estuviera embarazada. - susurraron por un lado.

- Si ve, con semejantes atributos, cualquiera se atreve a dejarla en cinta. - dijeron por otro.

Yuki comenzó a ponerse roja, eso no era cierto, Axel no le había puesto la mano encima, él nunca.  Todos los sonidos a su alrededor se habían callado a sus oídos, no podía escuchar nada que no fuera el sonido de su corazón, Axel nunca había intentado hacerle nada que no fuera un beso en los labios; había ocasiones en las que Yuki no podía dormir y Axel se quedaba despierto acariciándole la cabeza o el vientre,  pero nunca había intentado tocar nada más.  Quizás no era lo suficientemente atractiva, probablemente el hecho de que Axel se casara con ella solo era para enmascarar que era homosexual, muchas dudas asaltaron la mente de Yuki y cada una de ella era peor que la anterior, no podía dejar de lado todas sus preocupaciones, realmente no podía soportarlas  ideas que se le estaban presentando a la mente.  Sin poder remediarlo comenzó a llorar, lágrimas cálidas que salían solas de sus ojos.

- ¿Estás embarazada? - preguntó asustada Silvia.  Yuki negó con la cabeza, escondía su rostro entre sus manos, Axel no la veía como a una mujer.

- Ven, vamos al baño, debes refrescarte un poco. - Silvia la acompañó al baño, debía serenarse, respirar un poco, sabía que después de calmarse le contaría lo ocurrido y así sucedió, se habían saltado la clase del profesor, no era como si realmente el profesor de diera cuenta de su ausencia.

Se sentaron en unas bancas alejadas de todos, allí Yuki le explicó todo lo ocurrido a Silvia, la quiebra en el negocio de su padre, el trato que habían hecho con uno de los abogados para salir beneficiados ambos, los preparativos de la boda, el día que desapareció su hermana, el hecho de que tuvo que tomar su lugar, que ahora vivía con él pero tenía que ser secreto; también le contó que amaba a su esposo y sentía dudas porque la comparaba con su hermana cuando estaba receptiva; así que básicamente no sabía que pensar sobre Axel.

- ¿Si te compara no crees que es porque está enamorado de ella? - preguntó sin tapujos, Silvia no era una chica que se fuera por las ramas, ella siempre llegaba al meollo del asunto.

- Es lo que no sé... cada vez que tomó el tema, me dice que no me preocupe, que estará conmigo.  ¿Es normal que no me toque?  Digo, hasta ahora todos los chicos solo quieren eso... ¿Por qué él no?

- Te sentirías asustada si fuera esa clase de chico, ¿O no? Quizás solo esta siendo considerado contigo.

- Puede ser.

- Invítame a tu casa.  Quiero conocer en donde se está quedando mi amiga, ya sabes, para eso de las tareas y demás. - guiñó el ojo de manera pícara, realmente deseaba ver cómo era vivir con un hombre mayor que no fuera de la familia pero no podía decirlo.

- Está bien.  De todas formas dudo que se moleste, siempre está trabajando.

Las clases continuaron, ese día Eduardo no había ido a clases, según dijeron tuvo problemas familiares y ahora estaba tomando un tiempo antes de poder venir, solo esperaban que no hubiera pasado nada grave con su familia.

Las clases terminaron, a pesar de llamar a la casa de Eduardo para darle información de la tarea, no fue posible localizarlo; no contestaban en casa y él no contestaba el celular.  Esperaban que se encontrara bien; Axel había ido a recogerla como siempre, se sorprendió bastante al ver que no venía sola.

- Lo siento Axel; lo descubrió. - Yuki miraba al suelo, como si hubiese hecho algo malo, sabía que no era así, pero esa sensación de estarlo traicionando.

- Tú fuiste la única que quería ocultarlo.  Mucho gusto, Axel. - tendió la mano, se mostraba contento, ahora Yuki había contado su relación con él a otra persona.

- Soy Silvia, encantada de conocerte.  Es más guapo en persona.  Que suerte tienes Yuki.

Subieron al auto, tal parecía que Yuki quería platicar con su amiga por más tiempo, para ponerse al tanto de todo y esas coas, no comprendía mucho de chicas y era mejor de esa manera, a pesar de eso estar cerca de Yuki en estos momentos se sentía bastante extraño.

Cuando bajaron del coche, nadie podía creer lo que estaba pasando, había un coche de la mudanza enfrente del jardín de la señora Rosa, estaban bajando las cosas para el nuevo acompañante de anciana, era cierto que había olvidado por completo que su nieto llegaría ese día.

- Vamos, vamos ya llegaron los vecinos, saluda. - se escuchó desde la puerta principal, al parecer la señora Rosa estaba realmente emocionada porque conociera a su nieto.

- Ya voy, no tienes porque empujarme abuela. 

Caminaba de forma automática, con los ojos cerrados, era fastidioso ser cortés con los vecinos nuevos, realmente odiaba eso, pero no podía desobedecer a su abuela, era su adoración. Así que tendría que sobrepasar la vergüenza y saludar.

- Hola, a partir de hoy soy su vecino.  Gusto en conocerlos. - no les había visto a la cara, había caminado por inercia a donde ellos se encontraban, no deseaba mirarles el rostro, seguramente eran personas mayores como todas las que había conocido hasta el momento.

- Eres tú... - la voz de un hombre bastante joven le llamó la atención, su animo cambió de repente, ahora si estaría realmente feliz de vivir allí.

Axel estaba molesto, su nuevo vecino era la persona que más odiaba en el mundo a pesar de no conocerlo en persona, suponía un peligro para su actual relación con Yuki que apenas comenzaba a ir bien.

- Hola Yuki... vine a vivir con mi abuela.  Vamos a ser muy buenos amigos.  Y por cierto, no me llamó tú... Soy Eduardo. - miró a Axel con desprecio, si bien no comprendía mucho de lo que estaba pasando, una cosa era cierta, sabía por Silvia que Yuki no estaba en casa, así que solo podía haber una explicación, este hombre se la había robado y él iba a recuperarla.

Un reemplazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora