Me abro al cierre → Harry Potter [Editando] ✓

Quarantatré

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El desayuno transcurría lleno de murmullos, la mayoría tenía entre sus manos el diario "El Profeta", Neville lo leía junto a Alessia, la chica solo podía ver aquellas mentiras que el Ministerios daba de Sirius solo para evitar lo inevitable, el regreso de Voldemort.

—¿Estás bien, Neville? —el chico apretaba los puños contra el papel provocando que este se arrugara, no despegaba su vista de la foto de Bellatrix Lestrange, misma que demostraba cuan loca era la mujer perteneciente a la familia Black.

—Eso creo —fue lo único que logró contestar ante la conmoción que causó el que Seamus llamase a Harry, siendo que este estuvo tratando mal durante lo que llevaba del año escolar.

—Harry, quiero disculparme —este se movía nervioso, le costaba tanto el aceptar su equivocación—. Ahora, hasta mamá dice que la versión de "El Profeta" no es cierta, así que lo que en realidad quiero decir es que... —soltó un suspiro sintiendo las miradas de quienes escuchaban la conversación— Te creemos.

—Vamos, Neville. Tenemos que ir a clases —la pelirroja tomó sus cosas para levantarse siendo seguida por el chico, Neville se mantenía en silencio algo extraño siendo que siempre este iniciaba la conversación—¿Sabes que puedes contarme lo que sea? —se colocó frente al chico para que este dejase de caminar, los ojos claros del chico se posaron en los de la chica, aunque estos carecían de brillo ante la tristeza que sentía.

—Lo sé —soltó un suspiro—. Hace catorce años una mortifaga llamada Bellatrix Lestrange, utilizó la maldición Cruciatus en mis padres —Alessia miró discretamente a lo lados y en cuanto encontró lo que buscaba tomó el brazo del chico y le guio a la banca a un par de metros de ellos, ambos se sentaron—. Ellos no cedieron a pesar de ser torturados por mortifagos, tengo miedo de que ellos no estén orgullosos de mí, yo estoy orgulloso de ser su hijo, pero no sé si estarían orgullosos de la persona que soy —sintió un nudo en la garganta, el tema de sus padres siempre serán un tema delicado para él.