· XXV · Parte 2

Start from the beginning
                                    

-¡Hermano...!

No aguanto más, rodeo mis brazos en su cuello y lloro en su pecho. Su cuerpo está caliente, esto es real, debe serlo.

-Por eso... –Continúa– Puedes descansar para siempre, al lado de los tuyos –me coge de los hombros y me da la vuelta.

Ahora no estaba mi madre sola, a su alrededor estaban Gu-En, Shu-Ten y Abi sonrientes.

-¿Estoy soñando? –Pregunto incrédula mirando a Hiryuu.

-No, porque nunca más despertarás.

Esa respuesta me choca. Y al ver mi reacción mi hermano lo nota.

-Es lógico, estás cosas pasan al llegar aquí, ellos también pasaron por lo mismo. Mio, te arrebataron la inmortalidad que te otorgaron y ahora estás... muerta –intenta decir con tacto.

Miro al suelo, en el fondo lo sabía y lo deseaba, aunque me parecía increíble sabiendo lo que soy, bueno, era.

Pero... Estoy intentando recordar lo que pasó antes de morir y hay como lagunas, hay algo que no concuerda.

-Espera un momento... ¿Qué ha pasado? Lo último que recuerdo es estar sola, no había nadie para que me hubiera quitado la vida.

Mi hermano mayor se queda pensativo, como si dudara en contestarme.

-¿Hiryuu?

-Creo que eso es algo que te darás cuenta tu sola.

-¿Entonces, ya está? ¿Puedo estar con vosotros... para siempre? –Digo lo último alegre.

-Así es –cierra los ojos y asiente.

Giro para volver a ver a mi madre y los hermanos que conseguí tener en vida, allí me esperaban, a unos pocos pasos. Comienzo a andar hacia ellos, mi cara rebosaría la felicidad extrema, por fin... Por fin mi súplica había llegado a los dioses... Pero entonces, un llanto a mis espaldas hace que me oprima el pecho y haga que me dé la vuelta, donde antes estaba Hiryuu ahora había como una especie de agujero que reflejaba lo que era el mundo de los mortales.

-Zeno... –menciono el nombre del hermano que me faltaba.

Me acerco corriendo y me caigo de rodillas.

-¡Zeno! ¡Zeno tiene que estar con nosotros! ¿Verdad? –Pregunto esperando una respuesta afirmativa.

-Me temo que no... –Me contesta Hiryuu triste– A diferencia de ti, él no tiene ningún punto débil, permanecerá allí toda la eternidad.

-¿Cómo...? No puede ser...

Vuelvo a observar el orificio y fijándome bien, me percato que los lloros de Zeno se deben a un cadáver que tiene entre sus brazos. Intento pegar mi cabeza lo máximo que puedo y entonces caigo en la cuenta, esa anciana...

-Soy yo...

De repente mi cerebro empieza a funcionar y me llena la cabeza de imágenes sobre los últimos meses vividos.

-¡Yoon, Hak, Kija, Jae-Ha, Shin-Ah, Ao, Yona...! –Al nombrarlos la abertura se hace más grande y veo a todos los mencionados combatir– ¡¿Qué pasará con ellos?! ¡Hay que ayudarles!

-Mio, si vuelves allí no creo que a la próxima puedas volver aquí... –Me dice apenado el pelirrojo.

-¿Qué quieres decir?

-Que si bajas tendrás que continuar con tu promesa, pero tu deseo de estar con nosotros nunca se hará realidad...

Observo de nuevo a mis seres queridos, continúan sonriéndome aunque pueda notar en sus ojos la tristeza por Zeno.

ℓα ℓσвα ףυє αмαвα α ℓσѕ ∂яαgσиєѕ · AKATSUKI NO YONAWhere stories live. Discover now