Capítulo 18

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Por la noche, cuando mi padre ha llegado de trabajar, me viene a buscar a casa de Mandy. El trayecto en coche, como todos los que llevamos desde el incidente del chupetón, es incómodo y silencioso.

Al llegar a casa esperamos a que llegue mamá para cenar juntos. Nos sentamos a la mesa y comemos. Normalmente hablamos mucho. Hablamos del trabajo, de cómo nos ha ido el día, del insti, de política y de feminismo, pero hoy solo hablan mamá y papá. A mí me ignoran completamente.

—Emm... mamá, papá—les llamo. Ambos paran su conversación para mirarme—. Tengo algo que deciros.

—¡No me jodas que estás embarazada!—grita mi madre soltando el tenedor, que golpea contra el plato haciendo un ruido muy molesto. Siempre se le han dado fatal las adivinanzas.

—¿¡Ese cabrón te ha preñado!?—ruge mi padre levantándose con furia—. ¡Ya basta de tonterías! ¡Vas a decirme quién es y dónde vive o iré a casa de todos los chicos que conozcas a partirles la cara hasta que dé con el correcto!

—¡Olivia, obedece a tu padre y dile quién es!

—¡Oh, Dios! ¡Estáis como una cabra! ¡Calmaos!

—¿¡Qué acabas de llamarme!?—¡Mierda!—. ¡¿Acaso te crees que soy una de tus colegas para hablarme así?!—Ahora mamá también se ha levantado. Me siento presionada siendo la única sentada y teniéndolos por arriba, así que me levanto, aunque la escena no cambia mucho, siguen sacándome dos cabezas.

—¡No estoy embarazada! Quería deciros que el chico que me hizo el chupetón es mi novio y se llama Axl—suelto de sopetón. Sé que si me entretengo mucho acabaré por acobardarme y no decirlo—. Y quiere conoceros.

Silencio.

Silencio.

Más silencio.

¡Joder, decid algo, coño!

—Quiero que ese gilipollas venga a la cena del domingo—es lo único que dice mi padre. A continuación, recoge su plato y vaso, los mete en el lavavajillas y desaparece escaleras arriba.

—Así que Axl, eh. Dime, ¿le conozco?—Empieza el interrogatorio en cuanto estamos solas.

—No.

—¿Dónde le conociste?

—Un día que quedé con Mandy e Isa. En la playa—miento.

—¿Entonces es amigo de Mandy?

—Sí.

—¡Así que es un fracasado con malas notas!—Qué cansina es. Solo porque los amigos de Mandy en su gran mayoría no sean buenos estudiantes no tienen porque seguir TODOS el mismo patrón—. A ver si adivino, su sueño es ir a Mujeres y Hombres y Viceversa.

—¡No! Mamá, es un chico listo. Buen alumno—Bueeeeno, no es que sea buen alumno. Es listo, pero no destaca por su comportamiento ejemplar. Pero bueno, una mentirijilla más no mata a nadie, ¿no?

Creo que debería dejar de andar con Mandy, yo antes no era así.

—¿Cuál es su media?

—¡Y yo qué sé!—Hace unas preguntas...

—¿Llega al menos al notable?—pregunta haciendo una mueca.

Cabe explicar que mi madre es una persona muy exigente y perfeccionista. Una vez llegué a casa con un ocho y casi me mata. "¡No quiero que vuelvas con una nota mediocre como esta!". Por eso no le conté el siete que una vez saqué en plástica.

—Sí. Llega al notable. Creo.

—¿Cómo es de carácter?

Donde cuelan dos mentiras, cuelan tres.

—Es muy tranquilo, y dulce, y mono.

HAHAHAHAHAHAAHHAHAAHAHAHA. Solo de pensar en asociar esas tres palabras con Axl me dan ganas de reír.

—¿A qué se dedican sus padres?

¿¡Se puede saber qué clase de pregunta es esa!? A hacer meta, ¡yo qué coño sé!

—No lo sé.

—¡Pues averígualo!—Respira. Cálmate, Olivia—. Por hoy basta. Quiero que sepas que ese chico puede ser todo lo mono que tú digas, pero para mí no deja de ser un irrespetuoso que se colaba en mi casa para magrear a mi hija y hacerle chupetones. Buenas noches.

Bueno, no es que la primera impresión que tienen de Axl sea buena, pero tampoco es que vaya a mejorar, así que...

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