Capítulo 15

36 2 0
                                    

Los siguientes días, cuando mis padres se van a trabajar, Axl viene a casa. Hemos empezado juntos la serie Sons Of Anarchy  y el libro Las vírgenes suicidas, que le leo yo. Así pasamos el rato.

Estoy en casa terminando de limpiar. Él suele llegar cuando termino. Primero queda con Alex para ir a jugar a fútbol o simplemente se queda en casa esperando a que llegue la hora de venir. Yo no puedo descuidar mis tareas del hogar si no quiero que mis padres empiecen a sospechar, así que él respeta mis deseos y viene solo cuando acabo para no distraerme.

El timbre suena y voy corriendo a abrir la puerta.

—Hola, chillona—Me sonríe en cuanto abro la puerta. Se acerca a darme un pico antes de entrar. No logro acostumbrarme a esto, a que me salude con un pico cada vez que me ve. Me encanta.

—Hola, calloso. ¿Qué tal el partido?—Él está todo sudado. Esto debería ser asqueroso, pero me pone mucho.

—Bien, hemos ganado—dice sonriendo—. Oye, tenemos planes.

—¿Ah, sí? Me encanta que me avises—ironizo rodando los ojos. Él me da otro pico a modo de disculpa. Entonces se separa de mí y se queda estático en su sitio. Repentinamente se pone nervioso. Axl. Nervioso. Es raro. No para de rascarse la nuca y arreglarse en cabello.

—Verás... yo quería... quería—¿Está tartamudeando?—. Verás, queríainvitarteasalirhoy—suelta rápidamente.

—¿Invitarme a salir? ¿Quieres llevarme a algo así como una cita?—pregunto frunciendo el ceño. Lo que decía, raro.

—¡Exacto!—Ahora parece aliviado—. Solo si te apetece.

—Mm, no sé, Axl. Mis padres...

—Volveremos antes de que lleguen.

—No estoy muy segura...—Mentir otra vez. Ha acabado por convertirse en una costumbre.

—Mira, si no te parece bien podemos quedarnos y terminar la temporada de Sons o terminar ese libro raro tuyo. Yo solo lo decía... bueno, no sé... solo—Joder, ¿por qué me encanta verle nervioso? No sé, es que es tan mono...

Desde que estoy con él he cambiado un poco. Estoy de mejor humor (menos borde), soy más comprensiva, soy más propensa a mentir (miento cada día a mis seres queridos al ocultarles esta "relación"), me siento más viva... no sé, simplemente soy diferente. Así que no es raro que deje de lado lo culpable que pueda sentirme más adelante por aceptar la invitación a ir a una cita con él.

***

Axl me lleva a dar un paseo por la playa. No me lleva a la playa a la que va todo el mundo (en esta época del año debe estar llena de guiris), sino que me lleva a la otra playa de la ciudad. Es la playa en la que permiten perros, así que no va tanta gente como a la otra. Solo los que quieren dejar a sus mascotas sueltas para correr.

—¿Te gustan los perros?—me pregunta cuando me pongo a acariciar a otro que se me ha acercado. Es el tercero que viene a saludarme.

—Sí, mucho. Pero mi madre es alérgica a su pelo, así que debo contentarme con mimar a la perra de Mandy.

El perro se va con su amo y yo vuelvo a acercarme a Axl y a abrazarle la cintura mientras él rodea mis hombros con su brazo. Damos nuestro paseo por la playa así, abrazaditos, mientras hablamos sobre nosotros, solo para ir conociéndonos mejor.

—¡Cuidado!—Al mismo tiempo que lo dice me coge de los hombros y me esconde detrás de él. Coge al vuelo la pelota de fútbol que venía escopeteada en nuestra dirección.

—¡Lo siento!—exclama el chico que ha chutado la pelota mientras viene corriendo a recuperarla seguido por un Pitbull.

—Joder, tiene que ser una broma—gruño.

Made for youWhere stories live. Discover now