Capítulo 14

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Al despertar, el cielo todavía mantenía los tonos del amanecer. El día se me presentaba tranquilo. Me puse unos pantalones vaqueros y una camiseta, y luego tome mi Biblia. La mecedora en el vestíbulo del frente me invitaba a encontrarme con Dios. Luego de cepillarme el cabello y los dientes, eso fue lo que hice.

Abrí la Biblia en los Salmos, lo cual hacia a menudo cuando la vida me sorprendía con golpes. El rechazo del hombre al que amaba parecía devastador. Comenzó a leer el Salmo 91: "El que habita al abrigo del Altísimo morara a la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: Refugio mío y fortaleza mía, mi Dios, en quien confío".

"Señor-susurre en la tranquilidad del día-, ayúdame a confiar en ti. Siento enojo por que no me das lo que mi corazón anhela. Toda mi vida he deseado tener un esposo y una familia y aquí hay una que me necesita. Lo amo, Señor. ¿Por qué él no siente lo mismo por mí?..."

Cerré la Biblia, junte las rodillas contra mi pecho y apoye el mentón en ellas. Mire hacia la casa principal desando calmar el profundo dolor de mi corazón.

— ¿Sophia?

Me puse rápidamente de pie al escuchar la voz de Henry interrumpiendo el silencio.

Seguramente estaba dando un paseo a pie, ya que se acercó desde la dirección opuesta a la de la casa. Lo vi tomar asiento en el escalón más alto del vestíbulo. Llevaba en su mano el monitor de bebes para poder escuchar si los niños se despertaban.

—Con respecto al beso...

—Ese tonto e insignificante error. No vuelvas a pensar en eso. No significo nada para ninguno de los dos—mi voz chillona contradijo eso.

— ¿Eso es lo que realmente sientes?

¿Cómo podía mentir con sus ojos taladrando mi alma?

—No—desvié la mirada y mire en dirección a la casa.

—Tampoco es lo que yo siento.

— ¿No lo es? —la ternura en su voz hizo que me nacieran esperanzas; confundida lo mire a los ojos. El tomo mi mano y en forma suave acaricio mis dedos.

—Sophia, creo que eres la mujer más maravillosa del planeta.

Podía escuchar el implícito "pero" nuevamente entre nosotros. Los ojos de Henry recorrieron mi rostro y sabía que el trataba de alejarme.

Suspiro y continúo.

—El beso fue un error porque soy demasiado viejo para ti.

—Ya no estoy en primer grado y tú en noveno, ahora somos dos adultos— ¿Porque estoy discutiendo? Por la rigidez de su mandíbula supe que ya habia tomado una decisión. Además, yo no iba a suplicarle.

—No en edad, pero si en vivencias. He cometido demasiados errores, y tú no has cometido muchos, eso no quiere decir que quiera que los cometas. Es solo que... te mereces alguien que haya vivido una vida pura como lo has hecho tú. Alguien esta ahí afuera esperándote. Encuéntralo y no lo dejes escapar nunca—su voz se quebró por la emoción.

En ese preciso instante el monitor cobro vida, dejando escuchar ruidos de movimientos y voces.

—Debo irme—me beso la mano, me miro rogándome que entendiera—me conforme una vez con la persona equivocada. No quiero que tú cometas el mismo error.

Lo vi irse caminando penosamente hacia la casa con la vista borrosa por las lágrimas.

¿Era él el hombre equivocado? Parecía ser el correcto...

No te dejaré©Where stories live. Discover now