07:30am - 09/08/45.

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¿Qué pasaría si te dijeran que es el último día que tienes? ¿Qué harías? ¿Serías tan valiente para vivir y gozar todo hasta el minuto final? ¿No sentirías miedo?

Con la cabeza recostada sobre mi pupitre, me limitaba a escuchar las palabras sin sentido que decía el profesor al otro lado del aula. Era literatura, y si había algo que más odiaba que esa materia, era desperdiciar una mañana de primavera encerrado en aquel salón de clases.

Del otro lado del cristal, en aquel campo verde de la escuela, se encontraba Taehyung y su grupo de deportes, corriendo libremente tras un balón. Observarlo se ganaba toda mi atención, ya que era digno de verlo. Su sonrisa crecía y me producía una sensación que ya tanto conocía.

Me encontraba estúpidamente enamorado de él, y lo aceptaba.

- ¡Jung Hoseok! – El profesor me llamó con intención de desviar mi vista de la ventana, la cuál siguió posada en el menor. - ¡Jung Hoseok!

- ¿Sí? – le respondí en tono bajo, cansado, voltee para verlo.

- Me gustaría que nos leyeras el poema que he encargado de tarea. – terminó de decir, ahora mas calmado.

- ¿P-poema? Pero no soy bueno con las palabras... - le debatí, pero en su mirada sabía que no podría negarme.

Con las manos sudorosas, y mi garganta seca, me levante de mi silla. Los alumnos a mi alrededor parecían igual de nerviosos que yo.

- Lo harás bien, Hoseokie. – escuché decir a Nana, mi compañera de asiento.

Todos guardaron silencio, uno tan grande, que parecía ahogarme. Observado por todos, sería juzgado en esa misma aula.

Aquel poema no era mío, era de él, del chico que corría libremente en el campo.

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Jimin corrió hacia mí, quitándome el balón de entre las piernas, anotando un gol casi al instante. Su equipo estalló en victoria, mientras yo intentaba recobrar el aire perdido.

- ¡Todos a cambiarse! - El entrenador gritó desde el otro lado del campo. Deteniendo el partido.

Sentía como si mi cuerpo hubiera corrido kilómetros, ansiando un poco de agua en cada metro que pasaba. Busqué con la mirada mi botella, pero ya la tenía frente a mí, siendo sostenida por un sonriente Jungkook.

- ¿Cansado?

- Siento que voy a morir muy joven. – le contesté, llevando la botella a mis labios, bebiendo de aquella fresca agua. – No sé como es que logras amar esto, el sol, el sudor...

- Me hace sentir vivo. – se excusó, tomando asiento a mi lado. – Pero hoy no pude concentrarme como hubiera querido... y todo ha sido tu culpa. – golpeó ligeramente mis costillas con su codo.

- ¿Mi culpa? No tuve ni el balón tres veces...

- Mira allá. – Me indicó, guiando mi vista hasta el salón con grandes ventanas, en donde claramente podía observar a Hoseok parado en medio de él. Sonreí inconscientemente. – No pude concentrarme porque te aseguro que no dejo de verte en todo lo que duró el partido.

- Eso no me parece...

- Le han llamado la atención por tu culpa.

Nos dirigimos juntos hasta los vestuarios, hablando de más cosas sin sentido, pero en mi mente, no podía dejar de pensar una y otra vez la razón por la cuál Hoseok estuviera viéndome jugar, tal vez era literatura y se encontraba aburrido...

With the universe upon us.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora