—Luna, permite que me quede a solas con tu hermana, por favor. —Trago el nudo que no sabía que se me había formado en la garganta y asiento, me pongo de pie y beso la frente de mi hermana.

—Todo irá bien —le aseguro antes de marcharme.

***

—Eso explica muchas cosas —acierta Braden cuando termino de contarle sobre mi conversación con Solangel; al dejarla a solas con mi padre, fui en busca del vampiro. Como siempre, buscando orientación de su parte. Además, es parte de la familia, merece saberlo—. Su cambio de actitud fue muy repentino y aunque estamos de acuerdo en que la pagó con quien menos debía, ahora entiendo el porqué. Era solo una niña.

—Lo sé, nunca imaginé algo así. —Nos quedamos un momento en silencio, estamos uno al lado del otro recostados en una pared lateral del salón medio vacío. Desde aquí podemos ver a todos y nadie puede vernos, las cortinas se mueven como si hubiese viento en la sala, que no es así, ocultando nuestras figuras estratégicamente—. Oye... ¿Arath te mencionó algo sobre el Spectro que nos atacó el otro día?

—No —gruñe, tensión se adueña de su cuerpo—. Sabía que algo ocultaba —continúa hablando con los dientes apretados—. Es tan incrédulo a veces, la Reina lo quiere de vuelta y piensa que podrá rehuirla. No se detendrá ante nada y, si en su intento de atraer a Arath descubre tu existencia, habrá más de un problema.

—¿Por qué?

—Encontrará una razón para hacer creer a todos los vampiros y a sus sirvientes que no debes vivir. Ofrecerá una recompensa a quien le entregue tu cabeza.

—¡No tengo nada que ver con sus asuntos! —replico.

—Tienes todo que ver con Arath, a eso puedes sumarle tu parentesco conmigo —suspira—. Fuimos sus mejores guerreros en mucho, mucho tiempo. Si nos quiere, en especial a Arath, sabrá que eres lo único que le impide regresar, ¿y qué haces cuándo tienes un obstáculo en tus planes?

—Te deshaces de él —murmuro, la realización de lo que eso podría significar, se asienta. El salón poco a poco se va llenando y en minutos empiezan las notas de una música suave, en lo alto de la escalera Solangel aparece junto a mi padre. Ambos sonríen y confío en que todo haya ido bien. Bajan despacio los escalones y de inmediato empiezan el baile. Braden y yo somos los siguientes—. No he visto a los Cerati —comento, danzando al ritmo de la suave melodía. Desde que volvimos de Francia, Arath ha guardado distancias. Extraño el intercambio de mensajes, incluso sus llamadas ocasionales.

Esa noche mi reacción fue precipitada, fue más la sorpresa y el miedo a lo desconocido, no a lo que él pudiera hacerme. No a lo que es él. Por mí, podría tener cuernos y alas de murciélago, todavía lo querría.

Con Arath, todo se siente diferente. Mis emociones son normalmente un revoltijo a su lado, siendo no solo desconocidas en su mayoría, sino también potenciadas.

Desde hace dos años mi único interés había sido convertirme en una bruja de rango intermedio, hace unos meses mis objetivos cambiaron ligeramente. Todavía quiero ser algo más, descubrir qué hay ahí afuera para mí. Pero también, está él y esas estúpidas mariposas que hacen un baile en mi estómago cuando lo tengo cerca.

—Llegarán más tarde, una reunión de último minuto con la Asamblea y el Parlamento —comunica Braden.

—¿No deberías estar ahí?

—Es el cumpleaños de mi hermana pequeña, no faltaría —sentencia—. Le tengo mucho cariño a Solangel, que sea más cercano a ti no quiere decir que a ella la protegería menos —añade y sonrío, Solangel está tan equivocada acerca de nosotros.

Diosa de La LunaWhere stories live. Discover now