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Luego de lo que parece una eternidad, pero que solo pudo haber sido un par de minutos, mi cuerpo se mueve hacia el bufé, como en un trance; tomo una de las magdalenas de chocolate y la como despacio, escaneando en la multitud buscando a... «¿Qué estoy haciendo? ¡Lo acabo de conocer!» Río en mi mente por lo chiquilla que estoy siendo, no puedo creer que un chico me esté sacando de balance. Alrededor, los presentes beben y charlan, esbozo una sonrisa irónica. Hay humanos entre nosotros y no tienen ni idea de la clase de criaturas que los rodean. Ja, si supieran.

«Probablemente saldrían corriendo asustados. O se volverían locos. O ambas cosas. Nunca se sabe cómo van a reaccionar ante lo desconocido».

—Luna, hola. —Un delgado cuerpo aparece de imprevisto a mi lado, abro los ojos preocupada porque alguien la haya visto hacer eso.

—Bea, ¡por los Dioses! Hay mortales presentes —mascullo entre dientes, tomándola bruscamente por un brazo y tirando de ella hacia una esquina; me irrita todavía más cuando suelta una risita.

Ups... lo siento, es la costumbre. —Sí, claro—. Quería comentarte algo —susurra, está envuelta en satén que se extiende hasta medio muslo con zapatos altísimos, el maquillaje es mínimo y trae su melena rubia suelta, cayendo detrás de sus hombros—. Iremos a Crystal esta noche, quiero que inventes una excusa para que tú y tu amiga pulgosa no vayan.

—¿Disculpa? —No puedo creer su descaro. Espera, sí puedo. Bea es directa, ruda y no tiene pelos en la lengua—. ¿Por qué siquiera consideraría eso? —pregunto, poniendo distancia entre nosotras y preparándome para uno de sus comentarios hostiles.

—Haremos cosas de adultos, ya sabes. —Hace un gesto que indica que debería ser obvio para mí—. No necesitamos estar cuidando de ti o de esa... —Arruga la nariz con desprecio—. Mestiza —culmina. Algo en mí se remueve, quiero tanto darle una lección por osar insultar a mi mejor amiga. Sé que no debo, no aquí—. Queremos divertirnos, la presencia de ustedes nos obligaría a cohibirnos.

Oh, ya sé por dónde va esto. Bea está encaprichada con mi hermano desde el año pasado, sin importarle que somos primos; muy lejanos, pero primos, al fin y al cabo. Intenta, sin lograrlo, que Braden le preste un cuarto de la atención que brinda a Kyanna, y claro, la cambiaformas es un obstáculo para sus planes de seducción.

—Lo lamento, mi queridísima prima. —Mi voz se tiñe de sarcasmo—. Kya y yo estaremos ahí esta noche y cada vez que queramos. Y permíteme advertirte algo... Si intentas cualquier cosa que pueda perjudicarla, voy a hacer todo lo que esté en mis manos —advierto mientras alzo la mano cerca de su cara, magia fluye a través de mis dedos, formando hilos de poder que van de un dígito a otro—, para que no se vuelva a repetir —concluyo chasqueando los dedos, dejando que una ráfaga de energía atraviese su cuerpo; Bea se tambalea. No fue más que un corrientazo, no quise llamar la atención, pero fue suficiente para provocarla y, ahora, con el rostro rojo de ira, da un paso hacia mí, sus ojos marrones cambian a puro fuego, intentando intimidarme—. Cuidado, Bea, alguien puede encontrar extraño que estés a punto de convertirte en una antorcha así de la nada. —Le guiño antes de dar la vuelta y adentrarme en la pista.

Eso fue arriesgado, aunque se lo merecía, así que no me siento mal. Nadie me vio, entonces nada pasó, ¿cierto?

Avanzo sin mirar al frente, por lo que no me percato de que hay alguien en mi camino y acabo tropezando; abro la boca para disculparme por mi torpeza, pero se me traba la lengua, no logro formular ni una sola palabra mientras contemplo esos ojos violetas. Logra evitar que me caiga y atraiga el interés de los invitados al sujetar mi brazo y tirar de mí hacia él.

El calor se su cuerpo envuelve el mío, mi rostro queda a centímetros del suyo y no puedo hablar o dejar de mirar sus ojos. Son hermosos.

—Nunca dijiste tu nombre —comenta, dejando de lado mi estropicio, me siento agradecida. Da varios pasos hacia atrás, sin mirar y, aun así, esquivando a las demás parejas sin dificultad.

Diosa de La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora