Confié en una maraca.

#59

—¿Qué querí? —le respondí.

—Saludarte po. —sonrió falsamente.

—No te vengai a hacer la buena conmigo ¿querís?

—Ay, ¡Qué resentida niña por dios! —se rió.

—¿Resentida? ¿de qué voy a estar resentida según tú?

—Tú sabí po linda, mandale saludos al Pabli. —me guiñó el ojo.

—¿Qué huea maraca hija de la perra? —se metió la Maca.

—¿Y quién erí tú? ¿te patearon la Jaula? Uh uh. —se pegó en el pecho haciendo burla.

—Tu m...

—¡Ya Maca no la pesquís! —la interrumpí.

—Ya po Jose, nos vemos linda. —dijo con sarcasmo. —cuida a tu mascota. —apuntó a la Maca.

La Maca le iba a agarrar las mechas cuando le dio la espalda pero la detuve. No quería problemas, ni menos funar el carrete.

—¿Tu mamá? ¿en serio? —la miré.

—Dejame, aún no maduro.

—Hueona tonta, igual te amo. —me reí.

—¡Vamos a buscar copete!

—No, después te ponís hueona Macarena.

—Como siempre, ¿o no? —puso una sonrisa en su rostro y fue a buscar una lata de cerveza.

—¡Aburrete! Me canso de ser la amiga sana.

—¡No se diga más! —me pasó una cerveza.

—No gracias, yo sí que me pongo ahueoná po... —se la devolví.

—Como esa vez que te curaste brigido y hablaste puras hueás del Pablo. —se cagó de la risa mientras daba un sorbo a su lata y dejaba la mía en la mesa.

—Ni recordar ese día mejor hueona. —miré hacia donde estaba la Emilia. —Puta que me cae mal esta mina. —alegué.

—¿Querí que le saque la chucha? Tú sabí que yo hago lo que sea por ti.

—No, no funemos el carrete.

—Un carrete sin pelea no es carrete po amiga.

—No es mala tu idea pero no es el momento. Y sabí que... Pasame esa cerveza.

—¡Esa es mi amiga! —se rió y me pasó la cerveza.

—Si vinimos a pasarla bien, no dejaré que nadie me lo cague, ni menos esa hueona.

—¿Dónde le doi me encanta? ¡Salud!

Chocamos nuestras cervezas.

Éramos hueonas, pero felices.

—Vamos a bailar.

—Dale.

Fuimos a bailar, las dos juntas, éramos las amigas más lesbianas pero nos importaba un pico.

{• • •}

—¡Buena las cabras! —apareció él Piero, un hueón que conocimos hace dos años con la Valeria y la Maca en un carrete.

—¡Mentira! ¿Qué hací aquí tú? —dijo la Maca.

Olvidé decir, que éstos se comieron.

—¡Vino pal remember po! –dije, lo sucientemente curá y ahueoná.

—¡Ah, todo el rato po! —dijo él Piero.

—¡No, no, no! —dijo la Maca.

—¿Ya no me amai? —preguntó haciendo puchero.