#32

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Me junté con el Joaquín en la plaza, y para variar era bien inputual el hueón. No quería seguir pensando en lo del beso, pero estaba segura que hablaríamos de eso.

Espere, y espere, y espere como por media hora.

¡No llegaba! ¿Qué se creía este hueón? me tiene pal webeo más encima.

Al decir esa hueá parece que lo invoqué porque apareció de una.

–Josefa, perdón por demorarme, tuve que ayudar a mi vieja con una hueá. —Me dió un beso en la mejilla.

–Ah, ya estaba bueno ya po, me estaba por ir.

–Sorry, de verdad. ¿Podemos hablar ahora?

–Si no te alterai supongo po.

–Si sé, perdón por eso igual, estaba curao, no quería pegarle, ni menos amenazarte.

–No tenís que pedirme perdón a mí, pidele perdón al Pablo.

–Sí tenís razón, cuando nos veamos no dudís en que no lo haré.

–Mh ok, ¿para qué me trajiste acá?

–Quería pedirte perdón primero que todo, y quería decirte que te dejaré de molestar, veo que estai feliz con él, no necesito insistir, eso nada más.

–¿Qué? ¿Estás hablando en serio?

–Sí, onda yo sé que siempre te amaré ¿ok?, eso no lo quitará nadie, me voy a arrepentir el resto de mi vida por lo que pasó con la Valeria, pero ten presente que erís la mina más la raja que hay.

–Ya po, buena onda entonces, espero sea verdad.

–Confía en mí. Y bueno eso era todo.

–Ok. —Miré hacía otro lado.

–¿Amigos?

–No lo sé Joaquín, no te tendré rencor, pero no creo que podramos ser amigos.

–Esta bien, te entiendo igual. Debe ser complicado para ti.

–No te imaginai cuanto.

–Ya entonces, eso es todo. Nos vemos quizás en el colegio. —Me abrazó.

–Sí quizás, cuidate. —Le devolví el abrazo.

Me paré y seguí mi rumbo, osea... mi casa.

–Espera Josefa. —Gritó el Joaquín.

–¿Qué?

–¿Te tinca si vamos por un helado?

–Mh no sé, no quiero problemas.

–Te prometo que es con toda la buena onda, sin ninguna otra intención.

La dudé, ¿qué pasa si me ve el Pablo? igual me muero, pero este mino me acaba de dejar en claro que no me buscará más, quizás también no es mala idea.

–Ok, vamos.

–¡Esa! ¿dónde te gustaría ir?

–No sé, donde tú quieras.

–¡Vamos donde él Pelao! tiene muy ricos helados artesanales.

–Como quieras, vamos.

Fuimos a tomar helados donde él "Pelao", le decían así porque desde que es chico se rapa al cero, mi mamá dice que desde los 5 años que nunca le han vuelto a ver el pelo.

Nos sentamos a tomar el helado, él Joaco pidió de Menta y yo pedí de Chocolate.

–Tan wenos ah. —Dijo el Joaco.

–Sí po, última salida supongo.

–Espero que no, pero si tú lo quieres así está bien Jose.

–Es pa' evitar problemas, tú cachai.

–Ya si filo, tú sabí que deseo lo mejor en tu nueva relación con él Pablo.

–No somos nada aún, pero ya se sabe pa donde va la cosa.

–¿Aún nada?, qué es logi ese ah.

–¿Por qué? quizás no le gustan las cosas RÁPIDAS.

Quería que se notara el "rápidas" por lo de la Valeria y él.

–¿Qué? —Dijo el Joaquín.

–Nada.

–¿Por qué dices "rápidas" así?

–Tú deberiai cachar más que nadie.

–¿Lo decí por la Valeria?

–Ajá.

–No caí rápido, ella hace tiempo que me buscaba.

–¿Y nunca me lo dijiste?

–No quería herirte.

–Terminaste haciendome algo mucho peor.

–Lo sé y por eso estoy arrepentido. Ella es una víbora, jamás debí haberlo hecho.

–Pero lo hiciste.

–¡Josefa, lo tengo claro! perdón ¿si?, estoy arrepentido y lloro todas las noches por eso.

–Ok, da igual. Ya acabé mi helado.

–¿Te vas?

–Sí, nos vemos quizás el lunes, adiós.

–Bueno, adiós Josefa, te quiero.

Le hice adiós con la mano y me fui a tomar la micro.

Confié en una maraca.Onde histórias criam vida. Descubra agora