#4

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Ya filo como le dije al Joaco, era.

Ahora iba a hacer mi vida sola y sin ningún hueón ni hueona que me traicionara.

Bloquee de todos lados al Joaco y por un minuto se me ocurrió cambiarme de colegio pero no podía porque faltaban 2 semanas para entrar y fue una idea muy idiota.

—Hermanita...

—¿Dime?

—¿Vamos a la piscina? Dicen que hay minos ricos.

—Ya, deja peinarme y voy.

—Te espero en el auto.

Me puse un traje de baño azul y me hice una cola de caballo, arreglé un bolso con mis hueás y me fui.

—¿Te vay a ir con el traje de baño no más?

—Sí, ¿porqué?

—Ah, te pregunto, está bien, súbete y vamos.

Sentí la indirecta de la Marti igual, que era como muy estúpido pero me dio lo mismo no quería llevar tanta ropa.

Llegamos y el lugar estaba lleno de personas, habían dos piscinas una para los adultos con tobogán y la mediana con una parte como para bebes y tenía un tobogán pequeño.

Nos sentamos en el pasto y dejamos nuestras toallas.

—¿Vamos al tiro a bañarnos?

—Bueno.

El agua estaba un poco tibia me imaginó por la cantidad de persona que había y eso me dio asco, pero igual me metí.

—¡Jose vamos al tobogán!

—Ya, corre.

Fuimos a hacer una fila para el tobogán que estaríamos ahí aproximadamente 15 minutos así que estaba más aburrida que la mierda.

—Hola.

—¿Hola?

—¿No te acordai de mí?

—Mmmh, no. Sorry.

—Soy el Pablo, íbamos juntos al jardín.

—Ah, disculpa pero no me acuerdo.

—Bueno, no pasa nada... ¿cómo has estado?

—Em, bien. (hecha pico) ¿y tú?

—¡Bien! Estás muy cambiada.

Seguro lo decía porque cuando era chica era una bolita llena de amor y ternura.

—Me gustaría poder decir lo mismo.

—No te preocupís. —se rió.

—Bueno. —le sonreí.

Igual era bien guapo el hueón.

—Ya te dejo, después nos vemos abajo—sonrió.

—Está bien. —le devolví la sonrisa.

Se tiró y después me tiré yo, me espero abajo para seguir hablando.

—¿Y qué haces por acá?

—Estoy con mi hermana, ¿y tú?

—Con mi mamá y mi hermano.

—Que buena. —le sonreí.

—Oye espero que no te sientas incomoda pero tienes una sonrisa muy hermosa.

Me sonrojé.

—Gracias, la tuya también es muy linda.

Estaba sintiendo cosas en el estómago, la huea bélica.

—¿Una carrera?

—¿Hasta donde?

—Hasta lo profundo.

—Un, d.. ya.

Salí hecha una sirena, ah casi.

El Pablo me llevaba harta ventaja, así que le puse bueno y puse todo mi esfuerzo.

—Buen intento pero igual te gané.

—Pucha sí. —hice puchero.

—Tomemos aire y la hacemos hacía el otro lado.

—Está bien.

—Él se sumergió y tomo mis pies, me asusté caleta porque pensé que me iba a ahogar, pero me tomo en brazo y me llevo al otro lado.

—Ahora ganamos los dos.

—Que erís idiota. —me reí.

—¿Te asusté?

—Sí, pensé que me moría, ah no.

—Pesá. —se rió.

Me soltó y quede colgando de su cuello, no sé porque pero me dieron unas ganas de besarlo inmensas.

Él se empezo a acercar y sentía su respiración, mi corazón empezó a latir muy rápido.

Confié en una maraca.Where stories live. Discover now