#16

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Llegué al colegio, buscando por todos lados al Joaquín como ahueoná, sí como ahueoná porque no había razón pa' rogarle, si la Martina tenía razón, el hueón me cagó con mi MEJOR AMIGA ¿cachan?, ya... la hueá es que lo busqué por todos lados y no lo encontraba.

Subí al segundo piso, no. Tercer piso, menos. Ya me rendí y fui a buscar al Jesús pa' ver si sabía igual algo de la Valeria y él Joaco por lo que le dije el otro día.

—¿Jesús? —abrí las medias pepotas.

—Eh Jose, ho-la. —se separó del mino al que le estaba dando un beso, que era un pendejo culiao como de octavo básico.

—Perdón, cerré la puerta y me fui traumada, no es por ser homofobica, si no que era un niñito de octavo básico.

¿Estó se significaba que él Jesús era gay? ni siquiera se le notaba.

Llegué a mi sala y me senté toda sóla porque el Jesús andaba en sus asuntos.

Aún faltaban 10 minutos pa' que tocaran, no sé porque chucha me vengo temprano me parezco ahueoná.
salí a ver si había llegado el Joaco, y sí había llegado.

—¿Joaco podemos hablar?

–No ¿Pa' qué?

—¿Cómo qué pa' qué? Ayer me dejaste botá po.

—Yo en ningún momento te dije que iba a ir Josefa.

—Ah hueón las cagai pa' hueón tú, ¿me cagai y ahora te enojai?

—No estoy enojado. —miró hacía la puerta. —Chao, me tengo que ir.

Miré pa' atrás y estaba la maraca de la Valeria esperandolo con una sonrisa de prostituta culiá. Me quería pegar un balazo ahí mismo por hueona y gorría.

Me fui entre choriá y decepcioná a mi sala y me sentí una pobre hueona, mejor me quedaba con él Pablo, demás él me haría una mina feliz y no me cagaría con mi mejor amiga. la única hueá que espero es que el Jesús no se lo coma, no mentira, Jesús te amo.

Tocó el timbre por fin, y el Jesús llegó rojo a la sala.

—Jo-se... podemos ¿Hablar? —dijo nervioso.

—Oye Jesús si no te preocupís, no le diré a nadie, confía en mí. —le guiñé el ojo.

—Gracias, erís súper buena amiga.

—Tranqui, oye ¿Supiste algo de la Valeria con el mino?

—¡Sí!, Los vi el otro día afuera del mall, estaban super acaramelados tomados de la mano.

—¿Qué otro día?

—Ay, ayer, me da por decir el otro día.

¿AYER? por eso el hueón me dejó plantá.

—Ah dale, gracias por la ayuda.

—Lo que sea por ti.

—Lindo. —le sonreí.

Me pusé a pensar miles de hueas, onda era más que obvio, había elegido a la maraca igual como yo voy a elegir al Pablo, ya era éste hueón del Joaquín. PA' NUNCA MÁS.

Confié en una maraca.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora