Confié en una maraca.

#24

Me quedé callá, no le respondí nada al Pablo, en volá parecía drogá, me quedé pegá mirando el árbol como hueona.

—¿Jose? dime algo por fa. -—dijo él.

Avispé.

—Chucha, eh, pucha está bien po.

—¿No te molesta?

—Eh supongo que no. —mentí.

—Uy, si es más linda. —me abrazó.

—Igual que tú no más po.

Me tomó de la mano.

—Me gustai.

¿QUÉ? ERA MÁS QUE OBVIO QUE YO LE GUSTABA PERO NUNCA LO DIJO ASÍ.

—Tú me gustai más. —respondí.

Me robó un beso.

—Me gusta esto de robarte besos, siento que estás distraída y es como darte una sorpresa.

—Que poético mi love.

_¿Ya soy tú amor? que rápida que eres, me asustai.

Me crucé de brazos.

—Te quiero mucho. —dijo.

—Te quiero mucho. —sonreí.

Sacó de su mochila una carta.

—Quiero que la leai cuando estís en tu casa. —me la pasó.

—¿Y estó es...?

—Una carta po pava. —se rió.

—Ya cagaste el momento. —fruncí el ceño.

Me dio un beso en la frente.

—Sólo leela en tu casa.

—¡Uy! ya.

—Quiero que me prometai algo. —me tomó la mano.

—¿Dime?

—Quiero que me prometas que pase lo que pase, siempre me recordarás.

—Te lo prometo. —le dí un abrazo.

—Yo siempre te voy a querer. —me dio un besito en la frente.

Me encantan sus besos en la frente.

—Y yo a ti mamón lindo.

—¿Querí ir a comer algo? —me preguntó.

—¿Puede ser a ti?

—Cuando querai.

Le robé un beso.

—¡Ay! me enamoré.

Le pegué en su brazo.

—¡Ay! que dolor.

—Pesado.

—Tontita ¿Vamos?

—Ya oh.

Nos paramos y fuimos al paradero.

{• • •}

—Pucha que paja, no pasa nunca la cagá de micro. —dije enojá.

—Ahí viene, alterá, enojona y todas esas manos. Chiquitita pero peligrosa.

—Cállate.

—Callame.

—No, no soy tu perkin.

—¡ENOJONA!

Nos subimos a la micro y nos fuimos parados porque iba llena.

Ojalá no me pase ninguna talla ahora, porque siempre me pasan puras hueas en la micro.

Me robó un beso.

—Déjame. —me limpié la boca.

—¿Me querí?

—No. —crucé los brazos.

—Uh, bueno... voy a llorar entonces.

—¡Llora estúpida!

—¡Estúpida, mi dignidad idiota!

Nos reímos juntos.

Una señora nos quedó mirando como el negro de los memes.

Nos bajamos de la micro y nos fuimos de la manito aw.

—Erís una pesá pero igual te quiero mucho y me encantai.

—Me gustai. —dije.

—Me gustai más.

Fuimos al Doggis, pa' que cachen lo saludables que somos.

Pedimos, dos papas, dos completos, dos helados, dos bebidas, y 4 empanadas de queso.

—Pura fibra. —dijo.

—Tí. —me reí.

—¿Por cuál empezamos?

—¿Por él Pablo con ketchup? —hice 1313 con las cejas.

—¿Y si por la Josefa con mostaza?

—Ya po, una combi.

Me sonó el teléfono.

Llamada entrante, Joaquín.

Corté.

—¿Qué pasó? —preguntó.

—Mi hermana que webea.

—Chucha, si querís comemos y nos vamos.

—No, da lo mismo.

Llamada entrante, Joaquín.

Corté.

—¿Segura?

—Sí, sí y sí.

—Ya oh.

Mensaje de Joaquín: Necesito verte, quiero hablar contigo😔.

Mensaje de Joaquín: La verdad, te extraño demasiado.

Apagué la pantalla.

—Tan wenas las papas. —dije.

—Igual que tú.

—Me cohibes mi corazón.

—Es mi trabajo pulmón.

—Fome.

—Igual me querí.

—Obvio que no.

—Volveré a llorar.

—Llora estúp... no fome.

—Uy, más bipolar.

Le iba a responder y entre mirar a las personas que habían en el lugar vi a la Martina, iba con un hueón como de 40 años de la mano.

Quedé impactada, ¿Quién chucha era ese hueón?

—¿Planeta Josefa? —me interrumpió de mis pensamientos.

—Perdón, me distraje. —seguí mirando.

Él Pablo se dió vuelta.

—¿Quién es? —preguntó.

—Mi hermana.

—Quizás por eso te llamaba.

—Qué? Cuan... ah sí, quizás por eso.

CASI LA CAGO CONCHETUMARE.