Epilogo

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5 años después

Andrea
El tiempo había pasado y con el...todos los malos momentos, todo había quedado en el pasado.

Mi gran amigo David, se había casado con Lucia...ellos seguían en Europa, hace apenas un año, tuvieron un hijo del cual están locamente enamorados, su mujer y su hijo, eran sin duda, su razón de existir y no se equivoco en ir tras ella hace cinco años atrás, no me equivoque en insistirle.

Que decir de Chiara...nuestra relación de amistad, porque eso era, se fue afianzando con el paso del tiempo, y ella poco a poco soltó el pasado para darle paso a un presente mejor. Aun recuerdo la vez que me llamo, agradeciéndome por la carta que le había mandado a su actual esposo, hacia tres años se habían vuelto a elegir nuevamente. Ella y su esposo tuvieron otra pequeña, que ahora tiene tres años y es la copia de su madre. Estos cinco años que pasaron, la he visto dos veces al año, y era algo que agradecía...no tener rencor era otra de las cosas por las que me agradecía ella.

Mi hermana, mi mejor amiga, mi ángel...ya estaba casada hace exactamente cuatro años...Damián le había pedido casamiento nada mas y nada menos que en uno de sus conciertos, al cual la había acompañado. Le propuso matrimonio frente a miles de personas, en un escenario repleto de flores y luces...acto que tomo totalmente por sorpresa a mi hermana. Y después de tanto buscar...es mamá de una hermosa niña que es una mezcla perfecta de ambos. La pequeña Francesca, en honor a nuestra amiga, tenia sus ojos verdes, el cabello negro y los labios iguales a los de su mamá, ni hablar de su carácter. Pero era la perdición de ambos, esa pequeña de dos años los tenia hecho un lío.

Samuel...ese hombre que día a día me enamora, nos casamos cuando los trillizos cumplieron un año, nos tardamos, pero fue una hermosa boda...llena de lagrimas de felicidad y risas. Todos los días me sorprendía con un detalle, palabras bonitas y gestos que me daban ganas de no querer soltarlo, sin duda alguna me gustaba este Samuel, el mismo que me enamoró por segunda vez, el mismo que hoy en día me hacia la mujer mas feliz del mundo. Los pequeños trillizos, ya nada tenían de pequeños, fueron esa fuerza que necesitamos para sanar. Hoy con cinco años, me tenían loca de amor como la primera vez que supe que iban a llegar. Dylan, mi príncipe, era igual que su padre, los mismos gestos y las mismas miradas, como también así tenia la costumbre de traerme una flor a la cama todas las mañanas y dejar un fuerte beso en mi mejilla acompañado de un "te quiero mamá". Alexa, la consentida de mi hermana, sin duda saco el carácter y mañas que su tía...así como también sus ganas de cantar por cualquier alrededor de la casa. Y mi dulce Naty, tan dulce y sincera, la que se preocupa que sus hermanos estén bien y los cuida...había sacado ese carácter protector a mi. Los tres son muy unidos...así como lo seguimos siendo Alexa y yo.

Era verano, y todos se encontraban en el área de la piscina...Damián tenia a la pequeña Francesca en sus brazos dentro de la piscina. Mi hermana jugaba con su consentida nadando de un lado a otro, mientras que Samuel jugaba con Dylan y Naty a perseguirse con unas pistolas de agua, la parte que mas me importaba era...las sonrisas en cada uno de esos rostros.
Mientras que yo me encontraba observando todo desde el balcón...aquel balcón que dije que seria mi perdición. Cerré mis ojos unos minutos, dejándome llevar por esos gritos de felicidad de las personas que amo, hasta que sentí unas manos rodear mi vientre, mi abultado vientre.


Samuel: vendrás o que?

Andrea: si...solo estaba mirándolos desde aquí (giro sobre sus brazos, quedando frente a él)

Samuel: pero es mas lindo si tú estas jugando con nosotros, ademas los niños preguntan por ti

Andrea: te juro que estaba yendo (sonrío)

Sanarte el almaWhere stories live. Discover now