Sanarte el alma

Capitulo 59

Andrea
Ninguna de las preguntas fue respondida, ya que lo vinieron a buscar por la junta que tenía, aunque se que sólo quería quedarse conmigo, lo vi en sus ojos...yo solo asenti, en señal de que luego hablaríamos. Pero eso no quitaba la angustia que sentía por dentro y rabia de volver a verle la cara. Si de algo estaba segura es que no me precipitaria en cuanto a sacar conclusiones...dejaría que él me explique. El pasado esta empeñado en volver a cada momento, por mucho que quiera olvidarlo.
Volví a casa y fui a la habitación de mi hermana, era todo lo que necesitaba en este momento, pero al entrar y verla con sus ojos llenos de lágrimas y una carta a su lado, supe que ella me necesitaba a mi.

Andrea: la carta de Fran? (me siento a su lado y la acerco a mi)

Alexa: si (apoya su cabeza en mi hombro)

Andrea: ya no llores

Alexa: es de alegría. Es lindo saber que fue feliz sus últimos días

Andrea: si...tu fuiste su ángel, ya te lo había dicho...creo (suspiro)

Alexa: que te sucede a ti?

Andrea: nada

Alexa: entraste triste a la habitación y luego, cuando me viste...tu rostro cambio a preocupación. ¿No le gusto la sorpresa?

Andrea: le encantó (sonrío) no es eso...

Alexa: entonces? (me mira)

Andrea: volvió la mujer con la que Samuel me fue infiel

Alexa: que?

Andrea: no sólo eso...sino que mencionó algo de un contrato e insinuó que...que Samuel y ella hablaban de mi

Alexa: y que explicación te dio Samuel?

Andrea: ninguna...no le dio tiempo, tenía una junta. Y si quieres saber si discutimos o peleamos, pues no

Alexa: pero si quieres una explicación

Andrea: (asiento) volvió para seguir con él...estoy segura

Alexa: mírame (toma mi rostro y hace que la mire) ¿Confías en él?

Andrea: claro que si. Sino no le hubiese dado otra oportunidad, esta diferente, y me encanta

Alexa: solo haz caso a lo que él te explique, no te dejes llevar por comentarios de esa. Yo estaré aquí siempre. ¿Si?

Andrea: es por eso que siempre agradezco a Dios de tenerte. Te quiero

Alexa: y yo (me abraza). Ahora pasemos momentos de hermanas

Andrea: eso suena genial (sonríe)

Ese momento de hermanas significaba largas charlas, risas y otras cosas. Cocinar cosas ricas y comerlas. Y obviamente mirar películas y sin duda alguna, eran las mejores horas que podría pasar. Llegada casi la noche, Alexa fue a llevar a la cocina todo lo que habíamos ensuciado y dos minutos después mi celular suena, miro la pantalla y es David.

Llamada
Andrea: más te vale tengas buenas noticias
David: también me alegra escuchar tu voz amiga
Andrea: entonces?
David: nada más que dos besos
Andrea: te perdono? ¿Volvieron?
David: Dios te oiga
Andrea: y esos dos besos fueron...
David: a la fuerza
Andrea: David eres tonto o que? ¿Le llevaste flores, la invitaste a salir, le pediste perdón, así como lo habíamos hablado?
David: no
Andrea: me alegro que no te haya perdonado
David: se supone que eres mi amiga
Andrea: pues fijate que no la conozco y Lucía ya me cae bien...
David: es que me trato tan mal, tan cortante, tan fría. Así como tu tratabas al pobre Samuel
Andrea: bien que te gustaba verlo sufrir. Haz las cosas bien
David: como vas con Samuel?
Andrea: con Samuel? (miro hacia la puerta y allí está) bien
David: por que no te creo?
Andrea: luego hablamos, si? Es que acaba de llegar
David: esta bien. Pero me debes una explicación. Te quiero
Andrea: y yo a ti (cuelgo)