Capítulo Siete

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Anali, se había subido al metro, minutos antes llamó a Namjoon por que tenía muchas dudas y necesitaba hablar con alguien y él parecía el indicado. Se había quitado el uniforme y ahora caminaba al centro de Seul para verse con él en una heladería. Cuando encontró el lugar el ya estaba allí. Al verla entrar, Namjoon le hizo una seña con la mano para que lo ubicara y al estar cerca, él se levanto y le ofreció el asiento de enfrente, rápidamente una camarera se acercó a solicitar su orden.

Anali llevaba los papeles en un sobre, abrazados contra su pecho, su cabello negro y largo estaba libre.

-Siento llegar tarde.

Se disculpo mientras se sentaba, ordeno helado de chocolate y recargo los codos sobre la mesa mirándolo con calidez.

-Esta bien, hacia mucho que no me tomaba un tipo a solas -contesto sonriendo - bien, entonces, ¿de que quieres hablarme?

Anali le explicó a Nam sus dudas, que mas que nada tenían que ver con los términos legales, las dudas personales, le dijo, tenía que tratarlas con Taehyung ya que era un acuerdo entre ellos y si estaba dispuesta a llevarlo a acabo debía estar segura y cómoda con las condiciones y plantear las suyas también.

-¿Entonces tengo que verlo? -Namjoon asintió -aarrg quería evitarlo lo mas que pudiera.

Namjoon emitió una sonora carcajada.

-Es agradable una vez que lo conoces -dijo mirándola divertido -es amistoso y la gente siempre es buena y amable con él.

-Pues no entiendo por que -rezongo la chica cruzándose de brazos.

Namjoon miró su reloj, tenia una junta con sus amigos.

-Lo siento Anali debo irme, tengo que trabajar -le informo colocando ambas manos en el escritorio- Llamalo, entre mas pronto mejor. -se puso de pie y Anali hizo lo mismo.

-Gracias Namjoon -Anali lo abrazo dejándolo sorprendido -eres muy buena persona.

La chica se aparto y las mejillas de Namjoon se tiñeron de rojo, sonrió y agachando la cabeza salió del lugar.

Anali termino su helado, volvió a guardar los papeles en los sobres y salió del lugar, ahora tenía que irse a trabajar, pero debía llamar a Taehyung, cuando lo hizo este no le contesto.

Taehyung estaba en ese momento recibiendo a los inversionistas latinos que han venido a su compañía para invertir en sus productos.

-¡aaaiiish! Seguramente se molesto por que no le conteste -refunfuñaba mientras caminaba rumbo a su trabajo.

Eran casi las ocho de la noche cuando sintió su móvil vibrar, tuvo que irse a la bodega para poder tomar la llamada ya que tenían prohibido usar su móvil. Era él, por fin se había dignado a regresarle la llamada.

-¡Vaya! por fin -dijo Anali.

-Lo siento, no pude devolverte la llamada antes -Taehyung se dejo caer en el sofá de su oficina, le dolía la cabeza-¿has leído los documentos?- pregunto mientras se cubría los ojos con el antebrazo.
-Si, lo he leído pero tengo algunas dudas y quisiera agregar algunas condiciones.
-Me parece bien. Pasare por ti en seguida- dijo terminando la llamada.
Taehyung se levantó estirando las piernas, dando un suspiro levanto los brazos al cielo estirándose tan largo como era y salio de la oficina.

Mientras conducía Anette, que había salido al extranjero para un desfile de modas, lo llamó.
-Hola amor, ¿como va todo?
-Me estoy muriendo por estar contigo, ¿por que no vienes a verme?- dijo la mujer en tono meloso.
-Justo ahora no es posible querida, tengo a unos inversionistas aquí.
-Ooouw que mal- contesto en el mismo tono.
-¿Cuando regresas? - Taehyung entraba a un estacionamiento.
-En un par de días.
-Muy bien hagamos algo cuando estés aquí.
-Si!
-traeme un regalo -dijo Tae. A cada ciudad que iba Anette siempre le llevaba un recuerdo de la ciudad y el hacia lo mismo.
-Siiii bye- respondió la chica.
-Bye baby sleep well. Love you.
-Love you too.
Taehyung termino la llamada, bajo del auto y se encamino al lugar de trabajo de Anali, un retortijón en el estómago le recordó que lo único que probo en el día fue el desayuno con Hoseok.
-Aaahg- se doblo debido al dolor. Si su nana se enteraba seguramente lo regalaría. Pensó mientras llegaba frente a la tienda de maquillaje.
Anali atendía a una clienta en ese momento. Traía puesto el uniforme del trabajo. No se veía mal con ese traje negro y la blusa color hueso con cuello de encaje que se ataba con un pequeño listón de seda.

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