Capítulo 44: Prométeme que serás feliz

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- Vamos Sara... come algo...- Se volvió a acercar a mí con aquel cuenco lleno de una sopa asquerosa. 

- No.- Escondí mi rostro entre mis piernas para que me dejase en paz por fin. 

- Llevas cuatro días sin comer... a este paso te vas a morir. 

- Carlos, un ser humano puede estar un mes sin comer, no me voy a morir... No pienso comer la comida que nos den esos malditos... 

- Me parece muy bien que pienses eso, pero yo no voy a dejar que te dejes morir, tú eres capaz de estar sin comer hasta que no te queden fuerzas. 

- Ellos vendrán a salvarnos en cualquier momento... - Esas palabras, más que para convencerle a él las dije para convencerme a mi misma. 

Carlos suspiró y se sentó en el suelo apoyando su espalda en la pared. Ya llevábamos cuatro días en aquel asqueroso lugar. Con los sueros que Orochimaru nos ponía casi cada día no podíamos usar nuestra energía, y para colmo, los enlaces se estaban debilitando. No me podía creer que no nos pudiésemos teleportar hacia Obito y Guy por mucho que ellos se separasen, además que la energía que nos unía cada vez era más débil, casi ni se veía.  La única buena noticia, es que ellos nos podrían encontrar si seguían la dirección del enlace, y seguramente ya sabrán donde estamos, lo que no entendía, era por que no habían venido ya a por nosotros. 

Cogí mi collar y lo observé, tenía esperanzas de que todo saliese bien... Porque todo iba a salir bien...¿verdad?

Oímos la puerta metálica empezar a chirriar. Subí mi mirada para poder ver quien era, y apreté mis manos contra mis brazos cuando vi al hombre que entró. 

- Aaalooooooooooooo.- Un hombre completamente blanco entró sonriente con dos jeringuillas en su única mano.- Vengo con el reparto diario. 

Sí, era un zetsu blanco, y venía todos los días a inyectarnos una sustancia que lo único que hacía era que me sintiera cada vez más débil. El zetsu avanzó hacia Carlos y él, sin rechistar, extendió su brazo para que le inyectara la sustancia. Zetsu me miró unos segundos y sonrió. 

- Tú turno.- Se acercó a mi y extendió su jeringuilla para pincharme, pero justo antes de que la aguja se clavase en mi piel, pateé con fuerza la pierna del hombre, haciendo que cayese al suelo y rompiese la jeringa al soltarla por el impacto.- Ah... siempre tan testadura... - Se levantó y se sacudió el "polvo" que tenía.- Ya me arrancaste el brazo hace tiempo, ¿no te pareció suficiente? 

Apreté mis mandíbulas.- Suerte tuviste de poder esquivar mi ataque... una pena que no pudiese arrancarte la cabeza...

- ¿Aún sigues enfadada por haber puesto aquel sello en ese shinobi? Vamos, solo seguía órdenes, no fue mi culpa. 

Los experimentos de Orochimaru habían ido demasiado lejos, tanto, que incluso había conseguido que aquel Zetsu pudiese conseguir el aspecto de Carlos y algunas de sus habilidades, como la teletrasnportación. Así que sí, aquel hombre fue el que puso el sello en la mente de Kakashi, no se con que fin, pero al menos ya sabía quién había sido el culpable de aquella desgracia. Al igual que tampoco entendía que hacía un Zetsu blanco con Orochimaru. 

- Si no te dejas por las buenas... habrá que hacerlo por las malas... 

Zetsu blanco sonrió y se fue rápidamente por la puerta cerrándola de un portazo. 

- Sara... las cosas se complicarán si no...

- ¡Cállate! No voy a dejar que hagan conmigo lo que quieran, si tú quieres rendirte adelante, pero yo no voy a...- Mi voz se quebró mientras que varias lágrimas salían de mis ojos.- No voy a ... a dejar de intentarlo... 

Un Nuevo Mundo [✍Corrigiendo✍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora