Prólogo

45.1K 2.6K 776
                                    

La claridad del día golpea mis párpados pero lucho contra mi voluntad para no abrirlos. Todavía no me encuentro preparada para lidiar con todo lo que me espera en el día de hoy: Mi cumpleaños número diecisiete.

No era como esas personas que no disfrutaban celebrar su cumpleaños, todo lo contrario, me fascinaba la idea de reunirme con mis amigos y mi familia.

Uno de mis ojos comienza a abrirse lentamente y es en ese momento cuando oigo un sonido proveniente de un rincón de mi habitación. Ladeo mi cabeza y me encuentro con mis padres sosteniendo unos globos verdes, y mi hermano, Nathan, me sonríe con un pastel de chocolate en su mano.

—¡Feliz cumpleaños! —gritan al unísono y mi otro ojo se abre lentamente.

Froto mis ojos con una sonrisa y me pongo de pie para abrazar a mi familia.

Estos momentos son los que adoro de cumplir años, el empeño y la dedicación de mis padres para que yo pase el mejor día, y mi hermano dándome un poco más de atención de la que suele darme diariamente.

—Globos verdes, tu color favorito —dice mi padre luego de encerrarme en uno de sus abrazos fuertes.

—Pastel de chocolate, tu favorito también —añade mi hermano—. No olvides que esto sólo lo hago porque es tu cumpleaños —susurra en mi oído y le propino un leve golpe en su hombro.

El día avanzó vertiginosamente y todo era casi perfecto. Mis mejores amigas, Anne y Lola, decidieron pasar el resto de la tarde conmigo pero el día no podía ser perfecto por completo porque todavía no había recibido un saludo de mi novio, Jacob.

—Tal vez tiene alguna sorpresa para ti —dice Lola mientras abre su boca para devorar una porción del pastel de chocolate.

Clavo la mirada en el suelo y me dirijo hasta la mesa cubierta con un mantel blanco. Examino todas las delicias que hay para comer pero no tengo apetito. Mis amigas lo notan y deciden acercarse a mi lado y abrazarme.

—Vamos Terra, es tu cumpleaños no debes estar triste —Anne me consuela y luego hace una pausa—. Te llamará.

Les dedico una sonrisa y suspiro. ¿Por qué mi novio no estaba conmigo el día de mi cumpleaños? Tan sólo quería una llamada.

Segundos después siento la vibración de mi móvil dentro de los bolsillos de mi pantalón y lo tomo de inmediato.

Mensaje de Jacob.

"Terra, lo siento mucho y sé que no debería decir esto por mensaje pero no puedo más con esto y quiero que terminemos. Te quiero y feliz cumpleaños"

Y entonces todo sucede muy rápido.

Tomo mis llaves y salgo de mi casa a una velocidad que jamás creí que podía alcanzar.

Oigo las voces de mis padres gritando mi nombre pero no me detengo, sólo necesito una maldita explicación a ese mensaje.

Jamás creí que Jacob era ese tipo de chicos que rompían con sus novias por mensaje. Nuestra relación no se basaba en peleas y siempre se comportaba como un caballero conmigo. ¿Qué sucedió con todo eso?

Entonces me encuentro corriendo a toda velocidad hasta la casa de Jacob. El frío viento golpea mis pómulos y mi frente. Las lágrimas que se deslizan por mis mejillas desaparecen debido a la baja temperatura y mis piernas se sienten agotadas. Recorro las calles de California a toda velocidad y la gente me mira de manera extraña. La noche se está acercando y las calles se vuelven más oscuras.

Siento la vibración de mi móvil entonces me detengo y noto que es una llamada de mi hermano.

—Terra, ¿dónde demonios estás? —grita—, tus amigas están preocupadas y mamá y papá fueron a buscarte.

—Jacob rompió conmigo —digo entre sollozos y con la respiración entrecortada.

—Vuelve a casa, Jacob es un idiota que no te merece.

Cuando noto que estoy a dos casas de distancia de la casa de Jacob me detengo.

—Tengo que colgar, Nathan —aclaro.

—Terra no cuelgues y vuelve a casa ahora mismo —me ordena.

Estoy a punto de desobedecer a mi hermano cuando oigo el intenso sonido de una bocina a unos metros de mi. Al segundo siguiente veo como un enorme camión atraviesa violentamente un vehículo rojo. Me llevo las manos a mi boca asustada por el impactante choque que acabo de presenciar.

—¿Qué mierda ha sido eso? —grita mi hermano desde el otro lado de la línea.

Asustada y desorientada miro el vehículo rojo y la realidad me golpea. Caigo al suelo sobre mis rodillas y entro en un estado de shock. El vehículo rojo era el de mis padres.

GarvinWhere stories live. Discover now