•Cσмρℓι¢αтє∂ ℓσνє• [TERMINADA]

Capitulo 40

¿Iba perdonarlo? ¿Podría hacerlo? 

Me pregunte todo el día, cada palabra que me dijo quedaron en mi mente. 

“El siempre fue desconfiado y posesivo, era obvio que reaccionaria así cuando paso toda esa mierda”

Quería convencerme, mi corazón me lo decía. Incluso las palabras de Angie me confundieron mas. 

“No es bueno para ti, ni para Drew, debes alejarte de él, esconderte” me había dicho cuando le conté todo lo sucedido y yo solo había asentido. Estaba muy confundía y todo era difícil… muy difícil. No sabia que hacer, solo dejar y que pase lo que tenga que pasar ¿No? 

– Y el perrito me salto y jugamos… ¿Mamá? – lo mire, Drew había llegado desde hace algunos minutos, contándome toda sus aventuras. 

– ¿Si? – dije mirándome en el espejo trataba de acomodar mi blusa y mis jeans. 

Tenia que ir al curso de Administración. 

– ¿A que hora volverás? ¿Con quien me quedare? – pregunto mientras jugaba con sus juguetes en la cama.

– Nos veremos mañana recién cariño, vas a quedar con Molly ¿Recuerdas? 

– Molly, la amiga de la abuela ¿Verdad?

– Así es cariño. – el asintió hombros y siguió jugando, mientras yo trataba de no pensar en nada.

Una vez que termine de atar mi cabello en una coleta. Cambie a Drew que ya se había dado una ducha. 

– Muchas gracias por cuidarlo señora. De verdad – le dije a la anciana. Era muy amable.

– Oh, no me agradezcas nada, sabes que me encantan los niños y Drew es un angelito – le sonreí y no puede evitar reír cuando Drew entro corriendo a su casa para jugar con un gato negro que tenia Molly. 

– Si sucede algo tiene mi número. Hasta luego.

– Adiós mami, te amo. 

– También te amo. – y me fui de allí. 

No quería ir en auto, necesitaba caminar y despejarme un poco, después de todo ya no tenia paparazzi a mi alrededor y ni siquiera sabia que paso, pero algo me decía que Justin tenía que ver en todo eso. 

Mi teléfono sonó. No sabía quien era. 

– ¿Hola?

– Nena, ¿Dónde esta Drew? – Oh… Justin.

– Esta bien, deje a alguien cuidándolo.

– ¿Qué? ¿Tu no estas con el?

– No. 

– ¿Dónde estas _____?

– Justin… eso no…

– Vamos bebé, hagámoslo – escuche la voz de una mujer, y sentí como la furia mi invadía. ¿Estaba con otra maldita mujer y se atrevía a preguntarme donde mierda estoy cuando no le tiene que importar? 

– ______.... – murmuro Justin, sabia que yo escuche la voz de esa zorra. Mierda. 

– Vete al diablo. 

Guarde el teléfono bruscamente en el bolsillo trasero de mis jeans y camine con furia hasta el instituto. 

¿Quién diablos era la perra con la que estaba? ¿Cómo se atrevía a llamarme cuando estaba con otra mujer? ¿Eran celos los que sentía? Maldita sea, maldito él. 

– ¿Señorita ______? ¿Se encuentra bien? – pregunto el profesor, me sonroje por completo, estaba segura que había estado murmurando maldiciones hacia Justin.