•Cσмρℓι¢αтє∂ ℓσνє• [TERMINADA]

Capitulo 4

—¡Maldita sea! ¿Qué mierda me importa tu madre y la puta universidad? A mi casa. 

—No, a mi si me importan ¿Sabes? Tendré que cortar. 

—Tu cortas y por dios que te arrepentirás. 

—¿Qué paso con tu viaje? 

—Se jodio, pero eso no importa ahora. Unos tíos están detrás de mí, me quieren ver muerto, tuve que matar a cinco de ellos, pero estoy como la mierda seguro que van a ir detrás de ti — su confesión me dejo estupefacta, el corazón me empezó a latir frenéticamente, no sabia si alarme porque alguien quería hacernos daño o porque el diga tan naturalmente que mato a cinco personas, ignore lo ultimo no quería pensar en eso ahora ni analizar absolutamente nada. 

—Justin… — logre decir, era mas como un “diablos, ¿dime que hago?”

—Lo se nena, todo esto apesta. Cambio de planes no vaya a mi casa yo pasare por la tuya, no te preocupes por tu madre dejare a alguien que se ocupe de ella y al diablo con la universidad. 

—Yo… esta bien, te espero— suspire y corte la llamada. 

No fue mucho cuando un fuerte golpe en la puerta de abajo sonó. 

—¡_____! — grito Justin 

Salte de la cama y baje deprisa las escaleras. Me encontré con la mirada enloquecida de Justin y la de mi madre que seguramente estaba llena de preguntas.

—No hay tiempo para nada mamá, te lo explicarte luego. Me tengo que ir — me puse una chaqueta y me acerque para darle un beso en la mejilla, diablos no era una madre perfecta pero entiendo que criar a una chica que no hacia mas que meterse en problemas no era fácil, ella después de todo era mi madre. 

Iba a abrí la boca para decir algo pero el tiron de Justin en mi brazo me decía que no teníamos tiempo, después que salimos de ahí él hablo algo con los chicos que había visto, todos ellos asintieron y Justin volvió a mi para plantarme un beso y subirme al auto. 

Todo paso tan rápido, que ni siquiera me di cuanto cuando no estábamos yendo en la dirección de la casa de Justin, ¿Qué mierda? 

—¿A donde vamos?

—California, no queda muy lejos. 

—¿Qué? Pensé que íbamos a tu casa. 

—También yo, pero cambie de idea. 

—¿Por qué?

—Esto parece un maldito interrogatorio, maldición porque se que tu no te quedarías encerrada en mi casa, que te importa una mierda si tu vida corre peligro ¿entiendes?

—Justin…

—Al diablo, a mí si me importa, me importas demasiado porque te amo nena, y esto es una mierda, te juro que esos hijos de perra van a sufrir, nadie asusta a mi chica ni mucho menos intentaran acerté daño — Dijo apretando el volante, sus nudillos estaban blanco por la presión y su cuerpo era tensión pura, tenia una mirada dura y los labios apretados en una línea.