Capitulo 12

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Justin estaba sentado en el sofá, con la mirada perdida mientras fumaba ¿Nunca se cansaba de esa porquería? El gruñía y pasaba su mano por su cabello continuamente. 

Rodee los ojos y seguí mi camino a la nevera. 

Saque una porción de pizza y la coloque en el microondas. 

— Mañana regresare a Stanford — me sobresalte al escuchar la voz de Justin, ¿Dijo “regresare”? ¿Qué hay de mí? 

— Oh, genial — dije antes de darme cuenta el estúpido “genial” que salio de mi boca ¿Genial que? ¡Me iba a dejar sola! Pero, eso era lo que quería, quedarme sola y no verle la cara ¿No? 

Escuche el suspiro exasperado de Justin detrás mío, aunque estaba de espalda podía sentir su mirada enojada sobre mi. 

— No es tan genial como crees — gruño. 

— Lo que sea — conteste indiferente. Le eche un vistazo a mi pizza y ya estaba lista, cuando la quise sacar mi torpe dedo toco la parte de abajo caliente, muy caliente. 

— Oh, mierda — gemí al sacar mi magullado dedo. Y al instante siguiente tenia a Justin conmigo, sujetando mi mano y soplando la parte en la quemadura. 

— ¿Estas bien? — pregunto con la mirada fija en mi, sentí que mis rodillas temblaban y quede por un momento inmnotizada por su mirada. 

Diablos, él me hacia tan débil. Entonces recordé todo lo que había pasado anteriormente y todo tipo de debilidad se esfumo de mí. 

— Sí… —suspire — estoy bien — saque mi mano de la suya y me di vuelta para sacar mi pizza por completo pero, ahora, ya no me apetecía. 

— Deberías comer — dijo Justin detrás de mí. 

Lo enfrente. 

— Ya no tengo hambre — susurre, realmente de repente mi estomago dejo de gruñir y no sentía deseos de comer, ¿Qué diablos pasaba conmigo? Quise salir de ahí, pero Justin me tenia acorralada — ¿Puedes hacerte a un lado? 

El me miro sin ninguna expresión y cuando abrió la boca para decir algo, su teléfono sonó, interrumpiéndolo. Sin embargo, quedo en la misma posición mientras atendía. 

— Si, lo sé… tenia que quedar aquí Jess por unos asuntos. Esta bien, hasta luego — ¿Hablaba con otra mujer? ¿Quién demonios era Jess? ¿Por qué hablo con ella con tanta confianza? 

Los celos me invadieron. 

Justin me miro levantando una ceja, algo divertido. 

— ¿Todo esta bien? — pregunto corriendo de mi rostro unos mechones rebeldes de mi cabello. 

— Todo esta absolutamente bien, ¿Sabes? — dije entre dientes. 

— No parece, te noto algo tensa nena… 

— Vete. Al. Diablo — solté entrecortadamente y logre escabullirme. 

¿Jess? ¿Qué mierda? ¿Por qué no le preguntaba quien rayos era Jess? 

— ¿Quién es Jess? — pregunte sin darme cuenta y me senté en un pequeño bar que estaba lleno de bebidas ¿Por qué nunca me fije en esto? Sacudí mi cabeza. 

— Sigo esperando la respuesta — insistí cuando Justin no decía nada. Estaba de brazos cruzado y me miraba divertido. 

Cogi un pequeño vaso y me serví algo con una rara etiqueta, ni siquiera sabia que era, pero me daba igual.

— No vas a tomar eso — hablo por fin Justin y me quito el baso con mi bebida, reemplazándolo por uno con jugo. 

— Quiero mi vaso y que contestes mi pregunta, ahora. 

— No y solo es una conocida. 

— Oh vaya, eso me dice mucho — dije sarcásticamente y volví a agarrar otro vaso para llenarlo de lo mismo por completo y lo tome rápidamente antes de me lo sacara, sentí mi garganta arder. 

— Mierda, dije que no tomaras eso ¿Acaso sabes que es? — Justin frunció el ceño, me encogí de hombros y Justin me alzo en sus brazos para depositarme en él sofá.

— Nop, pero sabe bien, aunque quema, pero sabe bien – unos minutos después me invadió una estúpidas ganas de reír. 

— Maldición — susurro Justin y se fue. 

— ¿Por qué te llamaba esa perra? ¿Justin…? — alargaba las palabras y un dolor de cabeza me invadió. 

— Toma esto — dijo Justin cuando regreso con agua y algún tipo de pastilla, no me opuse y me la tome de inmediato —No quiero que vuelvas a tomar eso, voy a sacar toda esa mierda, ¿en que estabas pensando? ¿Olvidaste que el alcohol te hace daño? 

— Oh, lo siento papá — susurre en tono irónico, sujetando mi cabeza. 

— Deja de comportarte como una niña, si esto es por Jess, no es nadie más que una compañera de trabajo. 

—No se de que hablas, déjame en paz — el dolor se hacia mas intenso y ya no podía mantener mis ojos abiertos, me recosté en el sofá gimiendo. 

— Te dejara de doler en unos minutos — Soltó Justin. 

El dolor se opacaba, pero me sentía con mucho frío ¿Qué diablos me pasaba?

— ¿Puedes… puedes acostarte a mi lado? — tartamudee. Él me hizo a un lado suavemente y se coloco a mi izquierda abrazándome por la cintura. 

— ¿Te duele, todavía?

•Cσмρℓι¢αтє∂ ℓσνє• [TERMINADA]Where stories live. Discover now