Capítulo Especial.

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Se encontraba observando desde lo mas alto la ciudad, uno de sus sueños era poder pasar una noche en la Ciudad de las Vegas en donde todo puede pasar. Las niñas se encontraban en la cama y la castaña le hacía compañía con un vaso de cerveza.

-¿Mi turno?- preguntó ella llevando el vaso de cristal a su boca. Jimin asintió. Ambos llevaron sus manos detrás de sus espaldas y gritaron al mismo tiempo ¡piedra, papel y tijeras!, consistía en que si Jimin ganaba tendría que darle un beso en los labios a ella pero si la contraria obtenía la victoria tendría que darle una bofetada al pelinegro. Poco a poco iba subiendo el límite.

-¡Déjate!- ordenó divertido Jimin. Era la quinta vez que ganaba y ella solo ha podido ganar una vez. El pelinegro era todo un experto en aquel juego. Rodó los ojos y los cerró a su paso y a los pocos segundos los labios de Jimin estaban encima de los de ella. Una vez mas hicieron el mismo acto de hace minutos y esta vez había ganado la castaña.
Con una sonrisa de malicia alzó su mano pero esta fue detenida por Jimin.

-¡Oye!- gritó ella. -¡tienes que dejarte porqué he ganado!

-Ya me pegaste una vez y no dejaré que me pegues dos veces- habló el entre risas. -si me quieres pegar que sea en otra parte- su voz ronca retumbó en los oídos de____.

-¡Eres un tramposo!- se soltó del agarre de Jimin y se levantó para adentrarse a la habitación. Su cuerpo se pegó rápidamente al de Jimin cuando el había tirado de su brazo derecho, ocasionando que su cerveza fuera a dar en el suelo.

-¿Tan rápido?- preguntó en su oído. -yo que quería seguir jugando- mordió levemente el pómulo de su oreja.

-Suéltame- imploro casi en risas, fingir que estaba enojada le era imposible y mas cuando sabía que perdería de todos modos.

-Debemos aprovechar, nos quedan dos días para estar acá en las Vegas y créeme que tengo muchas cosas por hacer, todas las quiero probar contigo- ahora ambos se encontraban mirándose fijamente, aquellos ojos estaban cegados por la lujuria.

-¿Qué son esas cosas?- preguntó ella pasando la punta de su lengua por encima de los labios del pelinegro.

-¿Y si mejor las probamos?- preguntó bajando lentamente la bata de dormir que cubría su cuerpo. Su piel se erizó al instante cuando sintió el tacto de Jimin sobre su piel, la brisa que corría por el gran balcón no ayudaba y solo causaba que su piel se erizara mas de la cuenta. Agradecía que las niñas estuvieran dormidas, hoy había sido una tarde muy agotadora. Sus miradas hablaban por si solas, aquél silencio que había solo hacia que la situación se volviera mas excitante de lo que ambos ya se encontraban.

Sus respiraciones se mezclaban y los tibios labios del pelinegro fueron a dar en sus labios por millonésima vez. El beso era lento y le gustaba, a ambos les gustaba sentir como traspasaban saliva y el sonido que hacían cuando estos se movían de un lado a otro._____colocó sus manos detrás de la cabeza de Jimin y el susodicho la apegó mas contra su canto. Dio un fuerte apretón en su trasero y el ritmo aceleró un poco mas.

-Sabes...- Jimin la dejó de besar y la observo unos segundos. -jamás he deseado a una mujer como lo hago contigo. -No sabes lo mucho que me gusta hacerte mía, saber que eres de mi propiedad- la castaña solo cerró sus ojos y se obligó a si misma a disfrutar de los besos húmedos que Jimin dejaba en su cuello, como siempre lo hacia. Entre besos caminaron a una silla que se encontraba en aquel lugar y____tomó asiento encima de el.

-Quiero que esta noche no acabe, que nuestra luna de miel sea para siempre- susurró Jimin encima de los labios de____.

-La noche aún es joven...podemos sacar provecho de esto- las caderas de la castaña empezaron a moverse haciendo contacto con el bulto de Jimin el cual pedía a gritos ser liberado. Los besos se hicieron presente una vez mas y la pareja ya se encontraba totalmente desnuda. Moría por vaciar todo dentro de ella y hacerla cuantas veces quiera suya, tal y como el se lo había dicho. Jimin atrapó los labios de ella cuando vio que iba a dejar escapar un gemido; las gemelas poseían de un gran oído y cualquier movimiento podía despertarlas.

-Solo quédate en silencio- susurró Jimin dejando un casto beso sobre sus labios. La contraria cerró sus ojos y dejó que él pelinegro tomara el control de la situación. Jimin llevó sus labios a los senos y comenzó a dar pequeños besos y a tirar de sus pezones. La susodicha escondió su rostro en el cuello de Jimin y empezó también por mover y ayudar en el acto.

-¡Por Dios!- gimió cuando las embestidas empezaron a tornarse mas rápidas y profundas. Jimin una vez mas se vio obligado a besarla para que esta no gimiera. Sus grandes senos rebotaban al compás de cada embestida, sus paredes vaginales se contraian haciendo que el pelinegro gimiera por lo bajo. -¡Joder!- aguantar todo lo que tenía era imposible, dejó escapar involuntariamente aquel gemido y con ayuda de sus manos removio todo el cabello que estuviera en su rostro. Ambos cuerpos ya se encontraban llenos de sudor y sus respiraciones se cortaban, la pareja llegaría al clímax en tan poco segundos.

-¡Mierda, Jimin!- dejó escapar un jadeo que obviamente despertaría a las gemelas, y sin mas ambos habían logrado conseguir el clímax que tanto querían. El líquido tibio quedo impregnado en la zona íntima de ella y su cabeza se vio descansado en el hombro de Jimin.

Nunca antes había pensado en que el amor si existía, quizá, para el pelinegro jamás existió en su infancia, pero ahora que ya era un adulto podía confirmar para si mismo de que el amor y una felicidad si existe. Los ojos de la castaña le trasmitia tranquilidad y le daba a entender de que ya no tenía de que preocuparse. Su mundo se basaba en ella y sus pequeñas hijas que algún día crecerían y serían felices. Ahora, se encargará de hacer lo que su padre quizá nunca pudo hacer. Darles una familia y algo por lo cual las haría vivir cada día mas.

La noche cada vez se estaba acabando y muy pocos días faltaban para que tuvieran que abandonar la ciudad de las Vegas, en donde todo puede pasar en tan solo una noche. Y fue así en como paso todo en ellos, su amor creció mas y se confirmaron por millonésima vez que jamás se odiaran. Por nada del mundo. Jimin tomó el cuerpo desnudo de la castaña y ambos se adentraron a la habitación cerrando de paso la puerta del balcón, tener una noche alocada también los dejaba exhaustos. Con sus brazos apegó mas a_____a su canto y empezó a dar pequeñas caricias en su espalda desnuda.

-¿Por mas días juntos?- interrogó el pelinegro observando a la castaña como iba cerrando sus ojos poco a poco.

-Por mas días juntos- confirmó dejando ver una leve sonrisa. -Te amo, Park- acercó sus labios a los de el y plantó un casto beso volviendo a la posición en la que estaba antes.

-También te amo, Jones- sin mas ambos cerraron sus ojos para que fueran al mundo de los sueños, aquél que también tenía cierto parecido con la realidad.

Extrañarían las Vegas, ahora, solo podían disfrutar de los dos días de estadía que quedaban para tener que regresar de nuevo a Seúl. Pero de algo estaban seguros ambos y, fue que desde aquella noche su amor creció mas de lo normal y se juraron que jamás se iban a separar pase lo que pase. Su vida consta en pasar tiempo al lado de_____y las gemelas, que muy pronto empezarian a crecer y sin duda alguna ambos morían porque llegase aquel día. Ahora, solo podía pensar en aquella palabra que tanto le gusta escuchar. Te amo.


Luna de miel ✅✅.

#2 ¿quieres jugar? ©park jimin.Where stories live. Discover now