Capítulo 76.

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Llevó sus manos a su rostro para aliviar el estrés que estaba empezando a tener, hoy no era su día y lo único que pedía era poder ir a casa para estar en compañía de su esposa y sus pequeñas. Miró el reloj de su mano y este le marcaba las 10:30pm, antes de ir a su hogar tendría que dejar todo el papeleo listo para mañana. Las puertas de su oficinas se abrieron dejando ver la silueta de una chica que llevaba en sus manos un café.

-Gracias- Jimin tomó el café y le dio un gran sorbo para dejarlo en su escritorio y seguir trabajando en los papeles.

-Acaba de recibir una llamada de parte de su esposa, dice que no hay problema en que llegue tarde.

-¿A qué horas en la junta mañana?- preguntó Jimin.

-Tiene dos, una es a las 3:00pm y la otra es a las 7:00pm, los de la empresa de SYS dicen que quieren hablar con usted en privado. El enojo se hizo presente en el pelinegro, tomó el café que esta le había dado y recogió sus cosas para poder ir a la casa. Ya no podría aguantar un minuto mas en esas cuatro paredes. Odiaba reemplazar el puesto que su tío había dejado solo y exclusivamente para el.

Se adentro en su camioneta y con la vista empezó a buscar alguna floristería que estuviera abierta para comprar un ramo de girasoles que serían para la castaña. Hoy además de ser su mal día también era bueno porque hoy hace dos años el la había conocido y desde ahí empezó aquella puesta entre Jungkook y el. Cuando encontró la floristería abierta no dudo en comprar los girasoles que por cierto eran los favoritos de su amada.

Estacionó el auto y se bajó de el para ingresar a la casa, esta vez todo estaba en silencio y no había rastro de ninguna, las niñas siempre solían recibirlo con unos abrazos pero esta vez parecía que no.

-¿Cariño?- interrogó Jimin. Un silencio obtuvo por parte de el hasta que escuchó un ruido proveniente del patio trasero. Dejó el maletín en la silla de la sala y con el ramo aún en manos camino hasta el patio. Su corazón se estrujo cuando vio que la castaña estaba organizando una pequeña mesa y unos carteles que decían hermosas frases.

-¿Qué es todo esto?- preguntó Jimin acercándose a ella para darle un beso en los labios.

-Quería hacerte una cena a mi estilo debido a que hoy fue el día en que nos conocimos hace tres años- a Jimin le fue inevitable sonreír para luego besarla. Todo en ella era perfecto y agradecía una vez mas a la vida por haberla puesto en su camino. Mas no podía pedir.

-Solo pude traerte un ramo de girasoles- habló Jimin cuando dejó de besar los labios de su amada. -¿Dónde están las niñas?- interrogó al ver que ellas no lo habían saludado al llegar.

-Pasarán esta noche en casa de Lisa, quiero que esto sea algo especial y solamente para nosotros dos- aquella dejo ver su hermosa y perfecta dentadura blanca. -Traeré la comida- tomó el ramo que Jimin había traído y se adentró en la cocina para llevar la deliciosa comida que había preparado exclusivamente para ellos dos. Jimin no dejaba de mirar aquellos carteles y los pequeños bombillos que estaban alrededor de la cerca, caminó hasta la silla que había en la mesa y se sentó. Bajó la vista a sus manos y empezó a jugar con la argolla de matrimonio, jamás pensó que se casaría con la persona que un día llego a odiar y amar al mismo tiempo. El pelinegro giro su rostro y vio que ella venía en camino con dos grandes platos, se levantó y le ayudó para que fuera memos complicado.

-¿Sabes algo?- preguntó Jimin corriendo la silla para ella. -Si te soy sincero jamás pensé en formar una familia y menos contigo, ahora mas que nada solo deseo seguir amaneciendo a tu lado en compañía de las pequeñas- ella solo escuchaba cada palabra para grabarselas en su mente. La cena transcurrió entre preguntas que cada uno se hacia,_____lucia hermosa bajo la luz de la luna, justo ahora solo quería matarla a besos por ser tan jodidamente perfecta.

A medida que pasaba la noche el frío se hacia presente y ambos querían entrar para sentir el calor que el hogar les brindaba, la casa se encontraba prácticamente en silencio debido a que los gritos y llantos de las gemelas no se hacían presentes. Ya se habían acostumbrado a aquello y no escucharlo era demasiado raro.

-Voltea- ordenó Jimin. La castaña giro su cuerpo para que esta le diera la espalda. -compré esto hace unos días y pensé que hoy sería el momento perfecto- Jimin sacó de su bolsillo interno una pequeña caja y la abrió, levantó el cabello de la castaña y colocó la cadena que tenía las iniciales de ellos dos en compañía de la de las pequeñas.

-¿Jimin, Hani y Lilly?- preguntó ella y Jimin asintió. -Es hermosa- admitió quedando anonada por la belleza de aquella cadena de oro fino.

-Ven- Jimin tomó la mano de ella y salieron de la casa sin que este diera explicación alguna del porque salían tan repentinamente. La hizo adentrar en la camioneta y emprendió camino a un lugar que solo ellos dos conocían a la perfección. Su semblante era serio y ambos no decían palabra alguna, sabía que si preguntaba este no le diría ni una sola palabra, ya lo conocía a la perfección. Su corazón se aceleró cuando llegaron a aquel lugar.

-¿Recuerdas?- preguntó Jimin con una sonrisa dedicada para ella. -Este solía ser nuestro lugar especial- un montón de recuerdos pasaron por la mente de la castaña, ella solía venir cuando estaba sola y algunas veces para recordar a Jimin, se encontraban en la parte abandonada de la escuela que al parecer Jimin tenía el acceso a esta ya que es el único que venía cuando joven.

-Fue en ese entonces en que todo cambió en mi cuando te veía, o cuando nos besábamos- ambos solo se miraban el uno al otro.

-¿Desdé cuándo te guste?- preguntó ella descansando su cabeza en el hombro de el.

-Desde que supe que te caía mal, me llamaste la atención y me enamoraste- sus palabras eran sinceras. -¿Es un delito qué me gustes tanto?- Jimin acarició la cabeza de ella para después darle un beso. -Eres y serás mi jodido pero perfecto problema- una sonrisa se formó en ambos.

-Te amo- la castaña acercó sus labios a los de el para besarlos. -serás un grandioso padre- Jimin frunció el entrecejo al escuchar escuchar aquello.

-¿Acaso no lo soy?- preguntó el con una sonrisa.

-Lo eres y lo serás, seremos padres de nuevo- Jimin llevó sus manos a su rostro para tapar aquellas lágrimas de felicidad que empezaban a salir. No le podía pedir mas a la vida, sus gemelas y el próximo bebé serian muy felices en el futuro. Jimin alzó a la castaña y le plantó otro beso en los labios, ahora mas que nunca podía sonreír a la vida.

-No sabes lo feliz que soy a tu lado- susurró Jimin encima de los labios de ella. -Ahora podemos ser felices- su corazón latía a mil y le era algo difícil poder articular alguna palabra.

-Promete solo una cosa- habló la castaña. -Por favor, no te atrevas a dejarme sola-.

-Jamás lo haría, nunca me atrevería a dejar a mis pequeñas y a ti, más cuando estas esperando un hijo mio- sus palabras eran sinceras y le hacia entender que estaba hablando en serio.

-Eres y serás mi jodido pero perfecto problema- Jimin juntó de nuevo sus labios para besarlos, desde aquella noche aquella frase sería algo que los identificara como la unión de una nueva vida que muy pronto también haría presencia en sus vidas.












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#2 ¿quieres jugar? ©park jimin.Where stories live. Discover now