#2 ¿quieres jugar? ©park jimin.

Capítulo 78.

Jimin se encargó una vez mas de revisar que las gemelas estuvieran en sus respectivas cunas, se han dado cuenta de que Hani ha salido demasiado traviesa. Depósito un beso en cada frente de las pelinegras y salió de aquella hermosa habitación que el mismo se había encargado de decorar especialmente para ellas. Por otro lado, la castaña se encontraba en la habitación matrimonial quitando todas sus prendas para colocar la pijama que días antes Jimin había comprado especialmente para ella.

Unas manos a sus espaldas sintió ella junto con un beso en la parte de su cuello. El tacto de Jimin la derretia que le era imposible controlar las emociones que justo ahora estaba sintiendo. Se dio media vuelta para ver a Jimin a los ojos y dejar un casto beso en sus labios.

-Ya se quedaron dormidas, fue imposible dormir a Lilly pero lo logré- habló Jimin quitando su camisa para dejar su pecho al aire libre. A____le fue inevitable morder su labio inferior debido a la "v" que poseía. Una escultura tallada por los dioses griegos. Jimin se adentró al baño y se dio una mojada en su rostro que se encontraba hirviendo sin razón alguna.

-¿Te gusta?- preguntó ella al ver a Jimin en la cama. -¿No crees que es algo muy "mostrona"- hacia referencia a la pijama que había comprado para ella.

-Pero muestras para mi, así que, no hay problema en eso. Después del todo eres mi esposa- las últimas palabras erizaron toda su espina dorsal. La manera en que articulaba cada palabra la excitaba mas de lo que ya se encontraba. Esta con la respiración a mil caminó hacia la cama y se adentró en ella. La tensión era impresionante.

-Tengo un problema- comentó el pelinegro dando caricias sobre la cabeza de ella. -No se que hacer contigo- la castaña se incorporó mejor en la cama para verlo mas detallado. Frunció el ceño al escuchar aquello. -Necesito estar dentro de ti- este acerco sus labios a la parte de su cuello y empezó a repartir besos húmedos por montón. -quiero hacerte mía- sus labios quemaban su piel. -escuchar mi nombre salir de tu boca- bajo la tiranta de la pijama para dejar a la vista su hombro y dar besos en el también. -quiero que me entierres las uñas como siempre lo haces, quiero volver a marcar una vez mas mi territorio, lo que me pertenece, me perteneces- y lo último hizo que el lado pervertido y lujurioso saliera por parte de____. Esta se posicionó encima de el y empezó a moverse para sentir el enorme bulto de Jimin que desde hace rato ya se encontraba ahí pidiendo a gritos ser liberado. El sonido de sus labios moverse era el único que se podía escuchar en la habitación matrimonial, con sus manos apretó el trasero de ella dejando escapar un leve gemido.

Ahora quien se encontraba encima era el pelinegro quien no dejaba de succionar la parte de su cuello dejando una que otra marca en ese, como siempre acostumbra. Bajó por completo la pijama dejando a la vista la ropa interior que hacia juego con su piel; el color rojo también lo excitaba en demasía. Sin decir mas se deshizo del sujetador encontrándose con dos grandes senos, llevó uno a su boca para devorarlo. Las manos de ella fueron a los cabellos del pelinegro para tirar de estos debido al gran placer que Jimin tan solo le propinaba con besar sus senos.

El pene de Jimin pegaba fuertemente en el vientre de ella, quería vaciar todo lo que tenía adentro y lo necesitaba ya. A los pocos segundos ambos se encontraban totalmente desnudos y sin previo aviso la castaña empezó a cabalgar encima de el mientras que Jimin solo apretaba su trasero. Aquel movimiento que hacia provocaba que sus senos rebotaran a tal punto que hacia excitar mas al pelinegro; con solo ver su rostro de placer lo ponía duro como una roca. Mientras seguía cabalgando el pelinegro aprovechó para llevar de nuevo sus senos a su boca. Tiró fuertemente de su pezón ocasionando que ella soltara un gemido. Hacia adelante y hacia atrás eran los nuevos movimientos que hacia ella.

Las paredes de su vagina atrapaban el pene de Jimin y eso hacia que el placer fuera mas, aquellos ojos color marrón estaban cegados por la lujuria al igual que Jimin. Ahora, no importaba que las niñas escuchasen. Se habían olvidado por completo. Jimin levantó sus caderas para ayudar mejor a la castaña, el sonido de sus testículos pegar fuertemente en su trasero se podía escuchar en la habitación matrimonial. Juntaron de nuevo sus labios en busca de un beso para que después cambiaran de siguiente posición.