Capítulo 24 : Conoce a tus rivales.

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POV Marinette.

Días después.

Arrugué la nariz e intenté concentrarme en el diseño que estaba trabajando, pero ya estaba arruinado.

Así que tomé la hoja y la partí en dos antes de lanzarla al basurero.
Tomé otra y volví a presionar mi lápiz.

Estaba trabajando en nuevos diseños desde hace días, pero mi inspiración estaba por los suelos y mi mente en las nubes.

"¿Nubes llamadas Félix?" Preguntó una voz molestando a la vez que mi mano se desviaba arruinando otro diseño.

Gruñí y deseché el papel para empezar de nuevo.

Habían pasado semanas desde la última que había visto a Félix y mi mente aún no podía olvidarlo.

«–Aun no puedo perdonarte, pero creo que por ahora podemos tener un tiempo de paz...»
¿Cómo se me ocurría decirle eso?

Yo no quería un tiempo de paz. No quería nada con él.

No quería tener que mirarlo a los ojos y desear sus labios sabiendo que no podían pertenecerme.

– ¡Argh! –gruñí tomando una goma e intentando arreglar el diseño en el papel.

Había roto mi promesa al volver a hablar con Félix esa noche y ofrecer una tregua.

Me había prohibido a mí misma caer en sus redes de nuevo...

Pero al ver sus ojos grises tan abatidos no pude mantenerme alejada, tenía una gran necesidad por ayudarlo sabiendo que probablemente su vida no estaba tan bien como la mía.

Los problemas que tenía con su padre no desaparecían, y a pesar de que eran los rivales de mi compañía, no podía abandonarlo.

Quería ayudarlo.

– ¡Tonta! –susurré botando el lápiz contra la mesa odiando no poder concentrarme.

– Vaya. –exclamó una voz desde la puerta.

Volteé la cabeza sobresaltada, descubriendo a Claude apoyado con una sonrisa divertida y una rosa en una mano.

– Hey, me asustaste. –le recriminé volviendo a mi trabajo.

Claude soltó una corta risa y se acercó a mesa de trabajo.

– Logro que Madame Else te de esta oficina para ti sola y aún así te cuesta concentrarte. –Puso la flor en la mesa y se apoyó en mi silla ojeando mi diseño– Me pregunto qué pasa por tu mente para mantenerte tan estresada.

Lancé un suspiro y negué con la cabeza.

– Nada, sólo quiero terminar esto lo más pronto posible.

Tomé la rosa y levanté la mirada hacia él.

– Gracias por todo.

Claude me guiñó un ojo.

– Sabes que no tienes nada que agradecer.

Manual Para Jugadores ExpertosWhere stories live. Discover now