Capítulo 19: Mantente Firme

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POV Marinnette.

Inspiré lentamente el aire para intentar calmar un poco las palpitaciones que daba mi corazón.

No sabía qué sentir, cómo reaccionar, ni qué pensar sobre esta situación.

Mi pecho gritaba miles de sensaciones, colores y sabores que no podía interpretar del todo.
¿Tristeza, enojo, melancolía o cariño?

Mi garganta se aferraba al nudo de púas que me indicaban las ganas de llorar. Mi estómago temblaba a causa de las mariposas que causaban un remolino. Y mi corazón saltaba de la emoción.

Solté el aire de mis pulmones y cerré los ojos.

«No pierdas el control, Marinnette» me pedí.

Después de meses sin ver su rostro creia que lo único que residía en mí era el enojo por el engaño.
Por lo tanto no estaba preparada para volver a sentir esas ganas por sentir su piel, escuchar su voz y observar sus ojos indefinidamente.

No estaba preparada para nada y mi cuerpo me lo demostró.

- ¿Marinnette? -me sobresaltó la voz de Claude devolviéndome a la realidad- ¿Marinnette?

Abrí los ojos y lo miré.

- ¿Qué?

- Estas muy distraída- Acusó levantando una ceja y antes de que pudiera responder continuó- Te decía que acaba de llegar Fannu Bloc... -señaló a un hombre con una camisa a cuadros naranjas y un sombrero al estilo de Abraham Lincoln-, es el artista que tiene la mayoría de acciones en una de las mejores marcas rusas.

Entendí que se trataba de otra misión y pateé mis pensamientos para que no interfieran con el trabajo. Ya no era el momento de sentir.

Fruncí el ceño levemente al terminar de analizar al hombre.

- ¿Es una Marca rival?

Claude se encogió de hombros.

- No del todo, pero Else no quiere correr con el riesgo de que en el futuro lo sea.

Fruncí los labios.

Parte de mi trabajo se había convertido en quitarle prestigio y accionistas a Gabriel's, pero poco a poco extendía mi don hacia otras empresas.

El sabor amargo en mi boca cuando pensaba en ello me recordaba a los viajes de regreso a mi casa después de romperle el corazón a un chico, después de ver sus rostros empapados de desprecio y tristeza.

Así que para intentar eliminar ese sabor bebí lo último de vino que quedaba en mi copa dejándola vacía.
Claude la tomo de mi mano.

- No te veo motivada hoy. -me dijo mientras sonreía en forma de saludo a una vieja accionista sueca.

- Estoy motivada. -repliqué intentando disimular mi mal humor.

Claude puso sus ojos en los míos y los observó detenidamente.
Le sostuve la mirada, sin dejar que me intimide.

Entonces después de varios segundos, no le quedó a Claude de otra que confiar en mis palabras.

Manual Para Jugadores ExpertosWhere stories live. Discover now