Capítulo 25: Pon límites

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POV Marinette.

Me envolví en una toalla y encendí un cigarrillo, mientras me despedía del reflejo en el espejo, sin preocuparme por el olor a humo.

Después de todo la casa de Claude siempre apestaba a tabaco, y más aún desde que comenzamos a dormir juntos.

Así que salí, con toda confianza, del baño descubriendo a Claude todavía acostado.

Las sabanas de su cama no tapaban su dorso desnudo, mientras leía con concentración "El Príncipe", en sus manos.

Negué con la cabeza y me dirigí hacia el bolso donde guardaba mi muda de ropa.

– Llegaremos tarde. –le informé mientras comenzaba a vestirme.

Claude levantó un dedo sin apartar la vista de su lectura.

– Corrección: tú llegarás tarde.

Terminé de abrochar el pantalón negro que tomé del armario de Else's.

– ¿A qué te refieres? –levanté una ceja– ¿Tú no irás?

Claude negó con la cabeza.

– Desearía poder acompañarte esta noche, pero por desgracia a Madame Else sólo le permitieron llevar un acompañante.

Hice una mueca.
Aunque Claude parecía totalmente indiferente, sabía que estaba decepcionado.

Así que me acerqué a la cama y subí encima de él obligándolo a abandonar su lectura.

Claude tomó el cigarro de mi boca para aspirar el humo y botarlo al techo.

Después puso sus manos en mi cintura mientras sonreía.

–¿Cuantos fumaste hoy? –preguntó apagándolo en el cenicero de su mesa de noche.

– Una cajetilla.

Claude empezó a masajear mi piel desnuda con sus pulgares.

– ¿No fue un buen día?

Negué con la cabeza.

– Ahora sé que no tengo muchos admiradores en el trabajo.

– ¿A qué te refieres?

– ¿No te diste cuenta? –fruncí el ceño– Todos me odian; cada vez que hay una reunión con el resto del grupo de diseñadores, todos me miran con desprecio, y no quieren escuchar mis propuestas...

La mano de Claude subió por mi cadera hasta mi brazo.

– No deberían importarte. –me consoló– Solo están celosos porque se ven intimidados por tu talento.

Sabía que eso no era cierto, había algo más de fondo, pero no seguí hablando del tema.

Me encogí de hombros y besé a Claude en los labios.

– Quisiera poder llevarte en mi cartera. –mentí.

– Para nada –me soltó riendo– Eso causaría muchos problemas, sin contar el hecho de que me sentiría muy incómodo. Ahora termina de alistarte...–me levantó como si no pesara nada, poniéndome a su lado en el colchón.

Manual Para Jugadores ExpertosWhere stories live. Discover now