32. Shamy

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#MiércolesConMuyMalKarma

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#FelizNoSanSolterínEnhorabuenaALosSupervivientes

Capítulo 32.Shamy.

Es curioso cuanto te cambia la vida en un parpadeo. Parecía que era ayer cuando estaba tan tranquilamente tras una trinchera de profunda indiferencia y un punto de rechazo al asunto amoroso que me condujo a desentrañar y despedazar el idealizado amor.

Y como una broma cruel del destino ahora era yo la despedazada que estaba a punto de sufrir una de las situaciones más humillante de su vida.

Cada paso que daba hacia la casa del árbol era un golpe de oxígeno que abandonaba mis pulmones.

Nunca me habían gustado las charlas que sucedían en el antiguo lugar de recreo de mi madre. Siempre iban orientadas a una misma dirección. De hecho solo la había pisado con ese propósito cuando se destapó el misterio de mi ya perdida virginidad.

Recuerdo los espeluznantes detalles de la conversación que tuve ahí arriba y remató con la costumbre enfermiza de mi madre de proveerme semanalmente de los preservativos. Un reparto que se incrementó cuando la noticia del aumento de la familia sacudió los cimientos de nuestras vidas.

Y como siempre, estoy divagando.

Solo me apetecía meterme en la cama e intentar ordenar mis ideas, rezando para arrancarme esos asquerosos sentimientos.

—No seas cobarde, Alba —farfullé para mí misma encarando la escalinata.

Presioné los labios y me encaramé a los inestables escalones de madera que crujieron estrepitosamente. Quizás con suerte la estructura cediera y acabase de una vez con mis tan mal orientados sentimientos.

Ya sé, mucho dramatismo.

Asomé la cabeza como un suricato asustada, topándome con la mirada verde de mi progenitor orientada incisivamente en mí.

Compuse una sonrisa que enmascaraba mi malestar mientras me impulsaba hasta terminar de apoyar mi trasero sobre las vigas de madera.

Alcé los hombros y carraspeé.

—¿Queríais hablar conmigo? —Inquirí alzando las cejas.

Tenía calambres en las mejillas de mantener la sonrisa forzada.

Mi madre refunfuñó, como si mi actitud fuese una terrible carga para todo. Me limité a rodar los ojos.

—No quiero hablar del tema —mascullé.

Tal vez se apiadasen de mi maltrecha persona...

Pero no, no podía tener unos padres normales.

—Huir de ello no servirá —dijo mi madre con lentitud y una tranquilidad que me erizó el vello de la nuca —hazme caso —gruñó graciosa —no sirve.

Otra vez su historia de amor no, por favor.

La escuchaba una vez más y vomitaba.

—No es tan malo.

Masacré mi labio, sucumbiendo a su mirada mientras me hundía.

-Sí, lo es. Es incluso peor. Atenta contra todo mi trabajo yo... ¡me he esforzado demasiado como para tirarlo todo a la basura por mi estúpido vecino! Hunter es...

—Alba —alcé la cabeza, fijando la mirada en mi padre— las cosas habitualmente no salen como se planean. Es así, cielo. No puedes tenerlo todo bajo control, es imposible. A veces simplemente tienes que aceptar los cambios y enfrentarte a situaciones que no imaginas. Eso te ayuda a crecer, te ayuda a madurar.

¡Maldito Karma! [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora