¡Maldito Karma! [✓]

29-"You're beautiful."

AVISO: Este capítulo es el segundo más cargado que he escrito en toda esta peculiar saga de la familia Siles, ¿qué cuál es el primero? El siguiente ;) 

Me he esforzado y desvelado por las noches para terminar de cuadrarlo, espero que le déis todo el amor que se merece y que me enterréis en comentarios-

#MalditoKarma

#LaFiesta

Capítulo 29. You're beautiful

Estaba muerta.

Vale, quizás estuviera exagerando un poco la nota, pero la situación se había vuelto tan surrealista que me costaba racionalizar con normalidad.

No comprendía lo que había ido mal en las últimas semanas para acabar así, debajo de la cama de un estadounidense sin dos dedos de frente, escondiéndome como una delincuente y entrando en descontrolados instantes de ansiedad. Algo había ido terriblemente mal si me había convertido en eso.

¡Yo, Alba Siles!

¡A la mierda!

Haciendo de tripas corazón me impulsé hacia fuera con toda la agilidad que disponía, rodando sobre mí misma tuve el tiempo suficiente como para ponerme en pie de un salto que me costó un leve mareo. Ignorando las chispas negras que afloraron en mi visión interpuse mis manos sobre los labios de Hunter, ahogando la exclamación sorprendida que habría llamado desagradablemente la atención de sus padres.

—No chilles. No hables. Solo escucha —siseé lanzando una mirada angustiada a la puerta, aún con la adrenalina drenando por mis venas— No he venido aquí por mero gusto. Te guste o no sigues siendo un colaborador activo en mi proyecto, y como la palabra fracasar carece de sentido para mí seguiremos adelante, ¿está bien? Me da igual todo. Absolutamente. No quiero escuchar una queja.

Despegué los ojos de la puerta para redirigirlos hacia Hunter, quien no se había movido un milímetro. Solo sentía su acelerada respiración golpeando mis manos. Cuando lo hice me arrepentí, al ser terrible espectador de su expresión.

Lentamente elevó los brazos y antes de que me diera tiempo a reaccionar por mis propios medios, me aferró de las muñecas. Sentí cada uno de sus dedos cerrarse entorno a mi piel. Él mismo apartó mis manos de su rostro.

Cuando pensé que la soltaría las presionó con más fuerza.

—Alba —tragué saliva— estás loca.

Fruncí las cejas, con incredulidad, liberando mis muñecas de su agarre.

—Lo que sea —chasqueé la lengua empezando a pensar que había sido una muy mala idea presentarme allí— ¿me seguirás ayudando?

La última frase se tiñó de un matiz de súplica. Inmediatamente después me sorprendí de dicha actitud y parpadeé intentando exterminarla.

Hunter que hasta el momento había permanecido impasible en mitad de la habitación soltó una especia de gruñido de molestia y se derrumbó sobre la cama. Arqueé las cejas, sin moverme del sitio, intentando no parecer ansiosa.

Pude ver la ligera hinchazón de sus nudillos por el golpe que habían recibido contra la pared.

Estuve tentada a comentarlo, pero solo sería una forma inútil de aumentar la incomodidad más que patente en el ambiente.

—No lo sé.

Entreabrí los labios.

—¿No lo sabes? —Grazné— Claro que lo sabes. Mira, firmaste un contrato, pero si eso no significa nada para ti solo dilo antes de que sea demasiado tarde para buscarte un sustituto.