Primera cita

250 25 12
                                    


-Hasta luego Achilles.

-Ten cuidado ________ no dejes que tus sentimientos te controlen y hagan hacer algo incorrecto

Sabías que no podías engañar a Achilles. En cambio sólo le diste una señal afirmativa con la cabeza y partiste.

Necesitabas llegar a Nueva York. No sabías si Haytham o peor; Charles Lee estaría trabajando con ese tipejo. Temías lo peor, quizá estaban engañando a Connor e incluso a su gente y manipular a Connor. Y lo peor de todo era que la persona que creías había enviado la carta sabía jugar con la mente. No tenías idea de cómo o porque, pero causaba un daño psicológico a las personas que eran sus enemigos.

Al llegar a Nueva York tenías que pensar y actuar sigilosamente y acertadamente pues había poco tiempo, pues quizá éste tipo o alguien quisiera echar por la borda el trabajo de Connor.

Deberías recordar también que si veías a Connor deberías alejarte lo más posible de él pues podrían utilizarlo y evitar también que te siguiera pues podían herirlo.

-¿Dónde me escondería si yo fuera un bastardo?- Te dijiste a ti misma caminando por las calles de Nueva York.

-Andando.- Esa voz...

-Vete al infierno.

-¡He dicho andando!- Era Connor, estaba cerca. No había otra opción que trepar a los techos y ver por qué estaba persiguiendo a un casaca roja.

Haytham estaba ahí, seguro era para sacar información valiosa. Bueno, no podías quedarte a espiarlos, había algo más importante que hacer.

En nueva York había una bodega abandonada, como muchas otras. Pero si habías acertado con la persona que pensabas, era tan cobarde para no alejarse de algún fuerte y necesitar protección de alguien. Así entonces fuiste a la bodega cerca del fuerte George.

Todo parecía en calma. Pero sabías que alguien se escondía, era bueno engañando a la gente tal como Charles Lee.

-Sé que estás aquí ¡muestra tu cara!- Tus palabras estaban llenas de rabia

Salió de las sombras y te vió con esos ojos azules, esos ojos que denotaban odio, envidia, coraje, muchos sentimientos negativos.

-Hola dulzura. Te esperaba más tarde bueno, podremos charlar más tiempo.

-¡Xavier! ¡Sabía que eras tú! ¡¿Qué quieres ahora!?

Xavier sonrió, esa sonrisa malvada que había heredado de su padre. La familia Suarez había sido la causante de muchos de tus problemas, y obviamente de los de tu familia; en el pasado él te había pedido salir (casi exigiéndolo) pero ¿Quién rayos aceptaría salir con un estafador, lamebotas de los templarios y un traidor?

-Sabes lo que quiero...- Dijo mirándose al espejo, ese cabello rubio, esos ojos azules, esa piel pálida, esa complexión delgada. Recordabas que todo eso era lo que las chicas buscaban. ¿Pero de que le servía? si era un asco de persona.

-¡Ni -en -sueños!- Sacaste la hoja oculta dirigiéndote a él pero cuatro casacas rojas te sostuvieron los brazos mientras otros dos apuntaban con sus armas, sería difícil moverte así y salir ilesa. Luchabas por liberarte de los brazos de esos hombres pero todo fue en vano.

Xavier examinó tu rostro y cuerpo- Veo que te has puesto más bonita con el paso de los años.

-Eres un bastardo- Le escupiste en la cara

-Dudo que eso sea por el cumplido que te hice-Dijo quitando tu saliva de su cara con un pañuelo-parece que sigues traumada por el pasado y lo que acaba de acontecer con tu familia.

No necesito un salvador, necesito un amigo. (Connor Kenway x lector)Where stories live. Discover now