Madre e hija

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Antes de partir miraste a tu madre, se encontraba llorando sobre la tumba de tu padre. Se encontraba incada, llorando mientras tocaba la húmeda tierra.

-¿Por qué llora?- te situaste detrás de ella.

-Yo, aún lo amaba.

-Usted se alejó de él y de mí.- seriamente le mencionaste. Mirando hacia el horizonte.

Ella se quedó estática, cuando en un abrir y cerrar de ojos se levantó y caminó hacia tí.

-¿qué sabes tú de sacrificios? ¿Qué sabes tú del amor? Solo eres una niña- Dijo gritándote y acercándose demasiado a tí. Tú en tu defensa sacaste la hoja oculta por si acaso.

-Perdona- dijo ella caminando hacia otro lugar con las manos en la espalda.

Niña, esa odiosa palabra. Esa palabra de nuevo resonaba. Desde que saliste del país no había otra palabra más mencionada por la gente. Bueno, quizá los primeros años podías considerarte aún niña. Pero la gente de los negocios, los banqueros, enemigos e incluso Connor cuando se quería sentir "superior" no dejaban de llamarte así. Si había una cosa peor que la discriminación a ti, a tu raza y enaltecimiento a los cabrones españoles e ingleses era ese adjetivo -Niña- soltaste una pequeña risa -bonito adjetivo.

-Es lo que eres.

- Lo repiten en mucho, me cansa.

- ¿cómo quieres que te llame?

- Sería bueno que lo hiciere por mi nombre. Espero sepa cuál es.

-Muy bien _____________.Estoy de acuerdo.

- Espere ¿cómo sé que es usted una persona de confianza? Y que quiere que el fruto esté a salvo.

- Ya te dije trabajo sola, además no me interesa el poder. No me interesa gobernar a todo el mundo ¿para qué? Bastante tengo con lo que he hecho.

- Sus palabras suenan sinceras, pero nada me garantiza que lo sean. No me importa que usted sea mi madre, la vigilare muy de cerca y perdóneme si eso le molesta.

- ¡Qué buena educación!-Dijo refiriéndose a lo antes mencionado

Pusiste los ojos en blanco, no sabías si estar conviviendo con tu madre sería bueno o malo. Espera, quizá no era tu madre. Sólo estaba usándote, que ingenua.

-¡alto!

-Que...

-¿cómo sé que eres mi madre? Y no me está usando.

Ahora era turno de ella poner los ojos en blanco.

-Tienes un collar, lo traes puesto. Es un collar con una diosa de nuestros antepasados.

- Pe-Pero com...

- Tengo uno igual, sólo que es la diosa madre.

Seguías sin entender, por lo que ella explicó.

-Tu collar y el mío datan de aproximadamente hace tres siglos, no tengo idea de cómo han sobrevivido tanto tanto tiempo. En fin, yo tengo a la diosa ______________ representada por la luna menguante o vieja mientras que tú, tienes a su hija _________que representa la luna nueva. ________ la luna nueva es la renovación de ___________, la luna menguante. La hija es la renovación de su madre.

Te quedaste sin palabras parada enfrente de ella con la boca semi abierta, ella sabía exactamente que era el collar que tenías. Nadie, nunca, externo más que tu padre sabían de la existencia de dicho collar.

-¿Y? ¿Suficiente o quieres más pruebas? Si gustas busco a la mujer que me ayudó a traerte al mundo.

Saliendo de la conmoción le respondiste sin mirarla y estando aun pensándolo -No, está bien. Exageré.

No necesito un salvador, necesito un amigo. (Connor Kenway x lector)Where stories live. Discover now