CAPITULO 30 Verdades.

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---Ald---

En cuanto llegue los guardias reales me dijeron que el príncipe del desierto estaba en una de las habitaciones herido, así que me encamine y al cuarto y lo vi, él es un hombre con gran capacidad de sobrevivencia, así que me relaje, pero no mucho puesto vi a mi hermoso Shiro y no pude contenerme, y creo que él tampoco ya que corrió a mis brazos y lo bese como nunca antes.

-Te extrañe. –sollozo.
-Lo siento tanto mi amor, en verdad no siento.
-Sé que es tú trabajo, pero quiero estar siempre contigo, sonará egoísta pero quiero estar donde tu estés, no puedo estar sin ti.
-Perdóname amor mío, mi dulce angelito, te prometo que jamás te dejaré, ni un segundo.
-Creo que se olvidaron de nosotros Raven, ¿no lo crees? –comento Iason.
-Es lo que veo. –rio mi amigo.
-L-lo siento. –se sonrojo mi amado.
-No tienes que disculparte, pero tal vez ustedes dos desean estar solos un rato.
-Gracias primo, pero si me lo permites mañana hablaremos todo lo que quieras porque lo que resta del día seré únicamente de Shiro, bueno toda mi vida seré de él.
-Supongo que jamás hablaremos. –rio mi primo.
-Etto, -se sonrojo mi niño- puedo prestárselo si quieren.
-Me alegra que seas compartido.

Tome a mi angelito de la mano y bajamos hasta el jardín, le conté acerca de cómo me había ido en el viaje, que afortunadamente se estaba restableciendo el orden.

-Shiro, -lo tome de la cintura- no sabes cuánto te amo.
-Yo también te amo Ald, no lo olvides.

Lo bese tiernamente mientras sacaba la cajita que tenía guardada en mi bolsillo, lentamente la abrí y me separe un poco de mi niño.

-¿Ald?
-Shiro, quiero decirte que eres lo mejor que me ha pasado, que te amo como un loco, quiero pasar todos los días de mi vida a tu lado, quiero que seas tú el único que llene mis pensamientos, mi corazón, que seas mi felicidad, tal vez si tenemos hijos serían las excepciones, -sonreí y le mostré el anillo- déjame ser el único en tu vida, amarte y hacerte feliz, compartir contigo mi vida, despertar a tu lado cada mañana, cuidarte y protegerte, apoyarnos en lo malo y en lo bueno, compartir contigo mis alegrías y mis tristezas, ser la persona que te mime, que vele por tu salud, ser quien te haga feliz, Shiro...

Lo miré y él tenía sus ojos cristalinos y un gran sonrojo por sus mejillas.

-¿Quieres casarte conmigo? ¿Aceptas a un hombre enamorado como un loco?
-S-Sí Ald, -sollozo- quiero casarme contigo.

Lentamente le coloque el anillo y bese su mano.

-Gracias Shiro.

Él me abrazo fuertemente y me beso, yo lo abrace de la cintura y profundice ese beso, me siento completo, feliz de que sea mío para toda la vida.

Aunque suene pervertido mi cuerpo comenzó a despertarse, una gran necesidad de poseerlo y tenerlo entre mis brazos surgió.

-Shiro, -susurre en su oído- quiero hacerte el amor.

Mi amado se sonrojo y cerró los ojos dándome un beso tierno.

-Y-yo también lo deseo.

Lo cargue y camine rumbo a mi habitación mientras lo besaba apasionadamente, él comenzaba a reír cuando lamía su cuello.

-A-Ald, m-me haces cosquillas.
-¿Enserio?
-Ahh, -gimió cuando lo mordí- A-Ald.
-Te amo Shiro.

Entramos a mi habitación y cerré la puerta con seguro, lentamente lo recosté en mi cama, le empecé a quitar su ropa hasta que lo desnude por completo.

-Hermoso. –relamí mis labios.
-N-No hagas eso.
-Es que no sabes cuánto te deseo.

Lo bese de nuevo y baje hasta su miembro dejando marcas de beso por todo su cuerpo, al llegar a su miembro no esperé más y comencé a lamerlo, mientras metía uno de mis dedos en su pequeña entrada.

-Ahhh, n-no al mismo tiempo. –gimió.
-Aguanta un poco Shiro, te prometo que el dolor pasara.
-N-No es dolor, -susurro- s-se siente raro.

Metí su miembro a mi boca por completo y lo comencé a engullir, inserte el segundo dedo y luego el tercero simulando embestidas.

-A-Ald m-me...

Mi lindo niño se terminó corriendo en mi boca algo que trague con gusto.

-Delicioso, nunca me cansaría de esto.
-E-Eres un pervertido.
-Sí, -me quite la ropa- y pervertidamente te he traído a mi reino y mi mundo de placer, ¿te molesta que será un pervertido?

Lentamente saque mis dedos de su interior.

-N-No, -susurro- me agrada que lo seas.
-Shiro... eres completamente mío.

Acomode mi miembro rosando su entrada y le di una embestida.

-Ahhh, -gimió al sentirme por completo- e-espera y no te muevas.
-Tranquilo mi amor, me moveré cuando tú me lo digas.

Bese a Shiro apasionadamente, mientras acariciaba su miembro que comenzaba a ponerse erecto, empecé a masajearlo un poco mientras él se retorcía en mis brazos.

-M-muévete por favor. –susurro en mi oído.

Comencé a moverme lentamente tomando sus caderas y para tener más contacto con su piel, saboreando cada parte de mi amado niño.

-Ahhh, A-Ald t-te amo. –gimió en mi oído.
-Yo también te amo Shiro, -tome su mano- mi prometido, él próximo señor de Said.

Bese su mano y seguí embistiéndolo con fuerza. Nuestro vaivén de pasión tan tierno y salvaje a la vez nos llevaba hasta el clímax.

Devore sus labios mientras seguía masturbándolo hasta que mi amado se corrió en mis manos y yo dentro de él.

-Necesito más de ti. –lo mire a los ojos.
-¿Eh? –se sonrojo.
-¿Podemos hacerlo hasta el amanecer?
-S-sí. –susurro.
-Te amo...


Por Siempre a Tu Lado... (Nowaki x Hiroki)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt