CAPITULO 27 Confianza.

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---Raven---

Después de que William se llevara a Shiro a la biblioteca yo me quede en el jardín, frote mi vientre con ternura, estoy esperando una linda niña.

-Mi dulce hija, -susurre- sabes que te amo muchísimo, también tu padre aunque es un idiota yo lo amo.
-Yo también te amo Raven.
-¿D-Damon? –me sonroje- ¿Qué diablos haces aquí?
-Necesitaba verte, -se sentó a mi lado- quería verlos a ambos.
-Y-Yo...
-Entonces, ¿es niña?
-Sí. –sonreí.
-Seguramente será hermosa como tú, -acaricio mi vientre- ya quiero tenerla en mis brazos.
-Yo igual. –me recargue en su hombro.
-¿Cómo la quieres llamar?

Me quede pensando unos momentos.

-Harumi. –susurre.
-¿Eh? –me miro sorprendido- Ese nombre es...
-Quiero llamarla como a la antigua reina, a la cual le debo tanto.
-Estoy de acuerdo, seguramente Ald estará muy feliz.
-Sí, -sonreí- además dijo que sería el padrino de nuestra bebé.
-Sabes, -me abrazo- me siento celoso cuando sonríes pronunciando el nombre de otro hombre, aunque ese sea Ald.
-Es como mi hermano. –lo mire con reproche.
-Lo sé pero, solo quiero que hagas esas expresiones para mí.
-Además, -me aparte de él- ¿Qué crees que estás haciendo?
-Abrazándote. –sonrió.
-Eres un idiota, -comente- te dije que...
-Por favor Raven perdóname por favor, yo te amo eres mi vida entera, tanto Harumi como tú son lo más preciado que yo tengo, -tomo mi mentón- por favor no te alejes de mí, vámonos de nuevo y...
-¿Me dirás lo que estás ocultando? –lo mire.
-Yo...
-¿Tanto te cuesta confiar en mí?
-Raven no es eso, te amo en verdad y confió mucho en ti pero no quiero exponerte.
-¿Exponerme? Damon por favor dime todo.
-No puedo.
-Entonces sabes que no puedo dejar a Ald.
-Mi amor...
-Te lo dije Damon, solo cuando me digas las cosas podremos estar juntos de nuevo, solo dándome un poco de información y eso no...
-Te juro que te lo contaré todo, pero dame tiempo, tengo que mantenerte a salvo.
-¿A SALVO DE QUÉ?

-Damon, -comento un guardia- los duques de Arabia quieren hablar con el príncipe William.
-Ahora mismo iré con él.

El guardia se retiró y Damon beso mi vientre.

-Te juro que te lo diré todo, te lo juro.
-No jures en vano Damon. –lo mire.
-Te amo. –beso mi mejilla.

Camino de vuelta al palacio.

-Tú padre es un baka, -sonreí- pero es el idiota que amamos.

Mi niña comenzó a moverse un poco.

-Hai, hai, yo también tengo hambre.
-Entonces, ¿debería invitarte a comer?
-¿Eh? ¿Quién eres tú?

Ese hombre me miro y sonrió.

  -Alguien que te ayudará a resolver misterios que envuelven el reino de las rosas.
-¿Quién eres? –me levante de mi lugar.
-Me dicen el príncipe del desierto o también conocido con el príncipe maldito, -hizo una reverencia- mi nombre es...
-No puede ser, -lo mire- usted es Iason el primo de mi amo.
-Pensé que nadie podría reconocerme, -sonrió- hace años que no vengo, ¿más de 20?
-Como no reconocerlo, -comente- estoy al tanto de toda la familia Said, desde los más cercanos hasta los lejanos.
-Sí que eres muy servicial, me alegra que mi primo Ald tenga a alguien de tu competencia.
-G-Gracias.
-¿Eres Raven?
-Así es. –hice una reverencia.
-Veo que tú eres un doncel, ¿Quién es el padre de la criatura que esperas?
-Es Damon, el sirviente de príncipe William.
-Felicidades, seguramente hacen una hermosa pareja.
-G-Gracias.
-Eres lindo. –revolvió mi cabello.
-¿Vino a ver a mi amo?
-Así es.
-Lamento decirle que el príncipe Ald no se encuentra en estos momentos, él volverá en unas semanas.
-Humm, -suspiro- que mala suerte tengo, supongo que será en otra ocasión.
-¿Volverá a su reino?
-¿Me extrañarías? –sonrió- solo bromeo, quizás me quede en una posada, quisiera platicar contigo.
-¿De?
-Como ya te he mencionado yo se muchas cosas de este reino que ni el más sabio sabe.
-¿Enserio me lo dirá?
-Sí es lo que deseas lo haré.
-Por favor, -hice una reverencia- le ruego que me lo diga.
-Entonces te costara algunas salidas conmigo, o mejor dicho que tú seas mí guía y compañía ahora que estoy aquí.
-Se lo prometo.



---Nowaki---

Tsumori se quedó estático cuando le dije que Hiro-san esperaba un hijo mío.

-F-Felicidades Nowaki.
-Muchas gracias. –sonreí- Aunque no entiendo como los estudios que le hiciste salieron erróneos.
-S-Sabes que eso puede ocurrir, no siempre todo es certero. –comento.
-Tal vez tengas razón, creo que estoy pensando demás.
-Bueno me adelanto, suerte en el trabajo.
-Gracias senpai.

Tsumori salió de los vestidores y yo me dirigí a atender a los pacientes que habían llegado de urgencias.

Ahora que lo pienso se veía un poco alterado, espero que no tenga problemas otra vez por andar de ojo alegre con alguna mujer casada, ya le he dicho que no debe de meterse con ellas pero no entiende, aunque últimamente no me ha contado alguna de sus aventuras.

Es extraño, aunque no debería meterme en sus asuntos.

Después de unas horas de trabajar me senté en una silla de la sala de espera.

-Nowaki.
-¿Hiro-san?

Me levante y camine hasta su lado y lo abrace.

-¿Te sientes mal? ¿Ocurrió algo?
-Sí, -sus ojos estaban cristalinos- e-ese idiota, ese imbécil.
-¿Qué ocurrió Hiro-san?
-Ukyo es un maldito sin corazón.

Sentí un frío recorrer mi espalda y gruñí.

-¿QUÉ FUE LO QUE TE HIZO?
-Quiso matar a nuestro bebé. –sollozo- Le dijo al doctor que, me hiciera abortarlo.
-¿Cómo?

Hiro-san me conto que un día se sintió mal y ese maldito profesor lo acompaño al doctor, le dijeron que tenía anemia y le dieron medicamento para ayudarlo, pero un enfermero le advirtió que no lo tomara, y afortunadamente le hizo caso.

-LO MATARÉ. –rechine los dientes.
-Nowaki, lo siento si yo te lo hubiera dicho tal vez...
-Hiro-san, -bese su frente- lo importante es que nuestro hijo está bien, pero para que estés más tranquilo te llevare con un doctor de mi entera confianza para que estemos seguros.
-Lamento, te desobedecí y salí pero en verdad tenía que averiguar y...
-Lo se mi amado Hiro-san, no te preocupes, estás disculpado si me dejas tenerte apropiadamente.
-B-Baka. –se sonrojo.
-Lo tomaré como un sí. –lo bese.

Lleve a mi amado con el doctor Yamada, y me fui al vestidor, tome mis cosas y me fui a la sala de espera.

-¿Kusama-senpai?
-Marry, buenas noches. –comente.
-Me alegro verlo. –sonrió.
-¿En qué puedo ayudarte?
-En muchas cosas, -me abrazo- lo necesito tanto.
-¿Podrías soltarme?
-Lo siento Nowaki-san, pero en verdad yo...
-¿Qué no oíste mocosa?

Mire detrás y vi a mi amado Hiro-san con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Hiro-san.
-No sé qué pretendes pero una cosa si te digo, -camino hasta nosotros y me separo de ella tomando mi mano- Nowaki es mío y yo soy suyo, jamás me dejara porque estamos comprometidos y nos amamos mucho y no solo eso.
-Hiro-san. –sonreí.

Marry nos miró con desconcierto y yo abrace a mi Hiro-san.

-Nosotros esperamos un bebé el cual necesita todo nuestro amor.
-E-Eso es una mentira. –murmuro ella.
-Es la verdad, y me alegra que este muy sano.
-Te amo. –lo besé.
-Yo también baka, -se sonrojo- no te vuelvas a acercar a ella, no me agrada para nada.
-Lo prometo.



---Externo---

Un rubio subía las escaleras del hospital para llegar a la azotea y cerró la puerta marcando un número por su celular.

-¿Qué ocurre? –respondieron del otro lado.
-El plan ha fracasado.
-¿Cómo?
-Hiroki esta, -rechino los dientes el pediatra- está esperando un hijo del idiota de Nowaki.
-PERO QUE DIABLOS...
-Tal parece que no se separaron.
-ERES UN INUTIL, DE LO PEOR...
-Yo lo...
-Tal parece que tengo que hacerlo todo yo, -gruñó- pero será cuando ese bastardo nazca, no quiero cargar con parásitos...

Por Siempre a Tu Lado... (Nowaki x Hiroki)Where stories live. Discover now